Serafín de Mata y Oneca, nieto de Ildefonso Mata. Foto: Diccionario biográfico de los diputados forales de navarra (1848-1931)
A pesar de haber dejado a Ildefonso para el final de esta serie dedicada al dorador Andrés de Mata y sus descendientes, casi sin duda será él el primogénito; como no he podido encontrar datos ni de su partida de nacimiento, ni de bautismo, lo situaré naciendo en Cárcar alrededor de los años 1750-52. Al igual que los anteriores, tanto Ildefonso como sus descendientes tuvieron gran relevancia en el ámbito público, destacando en diversas disciplinas especialmente jurídicas y políticas.
ILDEFONSO DE MATA Y OTEIZA, hijo de Andrés y Joaquina, estudió leyes en la Universidad de Huesca, se licenció en dicha universidad el día 28 de noviembre del año 1783. Fue abogado de los Reales Tribunales del Reino de Navarra en el Antiguo Régimen, y ejerció también como depositario interventor. Al igual que su hermana Melchora, se casó en Cárcar alrededor del año 1778 y lo hizo con Gerónima Chocarro Quintana, hija de José Chocarro y García y Gerónima Quintana y de Sadaba, todos ellos también naturales de Cárcar.
Los hijos de Ildefonso y Gerónima nacieron todos en esta población ribera, por lo que buena parte de la vida de esta familia la pasaron en Cárcar; estos fueron: Bernabé Feliciano (1780), Antonia Crescencia (1784), Pedro Nolasco Valerio (1787), Claudio Conrado (1790), María Isidora (1793), María Joaquina (1795) y Juan Cruz Mata y Chocarro (1796). Poco después de nacer Juan Cruz la familia Mata-Chocarro se traslada a vivir a Pamplona, seguramente por promoción laboral del padre. Isidora, una de las hijas del matrimonio, se casará en Cárcar con José Hernández Lasarte y se establecerán allí tanto ellos como sus descendientes. Por su parte, Conrado y Juan Cruz, serán escribanos reales, el equivalente a notarios.
De entre toda esta familia Mata que ha ido apareciendo, será Ildefonso quien se encargue, hasta el final de sus días, de pagar religiosamente al ecónomo de la parroquia de Cárcar los aniversarios por la muerte de su padre, Andrés de Mata. Probablemente porque él era el primogénito varón, como ya he dicho. Ildefonso por su parte muere en el año 1808.
De entre todos los hijos seguiré únicamente la línea de Juan Cruz.
JUAN CRUZ MATA Y CHOCARRO será el último de los hijos de Ildefonso y Gerónima y nace como sus hermanos en Cárcar el día 23 de noviembre del año 1796. Juan Cruz se formó y trabajó en Pamplona en diversas secretarías, tanto en la Curia como en los Tribunales Reales, así como “con el doctor don Ángel Sagaseta de Ilurdoz, nuestro síndico consultor”, que, como ya he dicho anteriormente, era el marido de su prima Joaquina. Avalado con ese currículo se presenta al examen para obtener el título de Escribano Real (notario), cosa que consigue. Celebradas Cortes Generales el día 23 de marzo de 1829 fue aprobado su nombramiento y publicado en Real Decreto. Juan Cruz tenía en ese momento treinta y tres años. Tres años antes se había casado en esa ciudad de Pamplona, un 31 de julio del año 1826, con Bonifacia Oneca Alonso, hija de Manuel, natural de Pitillas, y Francisca, de Pamplona. La ceremonia se celebró en la iglesia de san Juan. Pronto empezaron a llegar los hijos: María Manuela Matea (1827) y Juana Feliciana (1830) son bautizadas en la iglesia de San Nicolás, sin embargo Benita Josefa Feliciana (1833) lo hará en la iglesia de San Juan. Al año siguiente de nacer esta niña, Juan Cruz es separado de su puesto de oficial segundo de la Diputación acusado de connivencia con el carlismo (no es de extrañar este punto ya que toda la familia en mayor o menor medida resultaron serlo). Tampoco hay que olvidar que Juan Cruz, además de primo político de Sagaseta de Iluzdoz, era también primo carnal de la mujer de Zumalacárregui, por lo que a todos les alcanzó algún grado de connivencia en las conspiraciones y contubernios políticos que se llevaron a cabo bajo esa bandera.
Firma de Juan Cruz de Mata
Al perder Juan Cruz su puesto de trabajo vuelve a su pueblo de Cárcar, y se hace cargo de su notaría entre los años que van desde 1835 a 1844 asumiendo también la secretaría del juzgado. En 1837 nace en Cárcar el cuarto de sus hijos, Veremundo y dos años más tarde Serafín Feliciano, aunque este no nacerá en Cárcar, como sería lógico pensar, sino en Pamplona, y es bautizado en la iglesia de San Juan de la capital navarra. A Bonifacia le debió sobrevenir el parto de forma inesperada mientras se encontraba esporádicamente allí, o bien porque expresamente se trasladó a Pamplona para dar a luz.
Los años siguientes la familia seguirán viviendo en Cárcar hasta que en el año 1845, seis años después de nacer Serafín, deja Juan Cruz la notaría de Cárcar, (que será ocupada por Manuel Ona y Goicoechea) y se traslada a Lerín para hacerse cargo de la notaría de esta población vecina, seguramente acompañado también de su mujer e hijos. No sé cuánto tiempo estuvo en esta notaría ya que para el año 1856 consta ejerciendo en Peralta, ocupando la plaza que dejaba su hermano Conrado; plaza en la que había estado ejerciendo durante treinta y cinco años: desde el período que va entre el año 1819 hasta 1856.
Firma de Manuel Ona, que siguió a Juan Cruz en la notaría de Cárcar
En un momento dado, cuando el momento político pintaba mejor, Juan Cruz vuelve a Pamplona y retoma la plaza que dejó en el año 1834, y que ocupará hasta 1869, año en que definitivamente cesa por jubilación. En ese momento tenía ya 73 años de edad.
De los hijos de Juan Cruz Mata y Bonifacia Oneca solo Veremundo elegirá la carrera eclesiástica; por su parte María Manuela se casará en Pamplona en 1855 con Antonio Sainz Oroz, y en 1852 lo hará Juana con Joaquín Mir Aguilar. Uno de los hijos de este matrimonio será Octaviano Mir y Mata, perito mercantil y periodista de gran recorrido; Octaviano fue redactor en Madrid de El Correo Español, director de los periódicos La Atalaya, El Observador y El Castellano en las ciudades de Santander, Cádiz y Burgos, respectivamente; director en Bilbao del periódico nacionalista El Correo Vasco. Y colaborador del rotativo bilbaíno El Vizcaíno; en Pamplona fue también redactor de El Eco de Navarra. Octaviano era un periodista catalogado como brillante y muy fecundo, además de ser hombre de profundas convicciones cristianas. Se casó en Pamplona con Victoriana García Lacarra y una de sus hijas, Juana Mir García, fue también escritora y periodista, además de pacifista y, como mujer, una de las pioneras en su profesión. Murió fusilada en el año 1937 en el cementerio de Derio, a manos del ejército nacional, perseguida por el perfil de sus crónicas en el periódico en el que trabajaba; se le consideró “peligrosa socialmente”. El padre, Octaviano Mir y Mata, falleció por su parte en el año 1921 después de haber estado escribiendo crónicas después varios años en el rotativo El Pueblo Vasco.
Y ya solo me quedaría abordar la figura de Serafín, el pequeño de los hijos de Juan Cruz y Bonifacia.
Serafin Mata Oneca.
SERAFÍN DE MATA Y ONECA, hijo de Juan Cruz y Bonifacia, nace como he dicho en Pamplona el día 12 de octubre del año 1839, cuando su padre estaba ejerciendo de notario en Cárcar. Intentar conocer el motivo por el que Serafín nació en Pamplona en lugar de en Cárcar, como sería de esperar, sobrepasa esta investigación; pero lo que está claro es que al menos los primeros seis años de su vida los pasó en el pueblo carcarés.
Serafín estudió Derecho en la Universidad de Salamanca, y a los veinticinco años ingresó en el Colegio de Abogados de Pamplona. Allá por la década de 1880 llegó a ser Decano de dicho Colegio. Desde muy joven se destacó desempeñando diversos y relevantes cargos. De ideario carlista, presidió la asociación Juventud Carlista, así como la de la Cruz Roja. Además, le gustaba escribir; ya de estudiante en Salamanca, un 28 de septiembre del año 1863 estrenó “con aplauso” en esa ciudad la comedia titulada La Caza del Pollo, que fue interpretada por Miguel Díaz, Carmen Mazo, Cristóbal Boggiero y Francisca Dot. Obra que fue impresa al año siguiente en Madrid en la imprenta de Cristóbal González. La comedia la redactó en verso y en un solo acto. Escribió también otras dos obras más, en este caso dramáticas: “La conquista de Tudela” (abril 1867) y “Arrepentimiento”, pero ninguna de las dos vio la luz; la primera permanece inédita y se encuentra custodiada en la Biblioteca Nacional y la segunda fue censurada junto con otras seis obras de otros diversos autores.
Portada de la comedia escrita por Serafín. Foto: Amazon.es
Entre otras muchas cosas, Serafín fue también abogado para los negocios de la defensoría de los pobres y, en el ejercicio de su profesión estuvo vinculado en la capital navarra a diversas sociedades bancarias y de seguros. Fue también secretario de la Junta de Gobierno del Crédito Navarro.
Era un católico ferviente y eso le llevó a colaborar en El Semanario Católico Vasco-Navarro que dirigía Vicente Manterola; presidió la Asociación de Católicos de Navarra. Impulsó y promovió la unión de las distintas Hermandades de la Pasión que existían en Pamplona en una sola; fue nombrado primer Prior de la Hermandad resultante, que es la que continúa vigente en la actualidad; fue el encargado además de redactar las bases fundacionales y las constituciones de dicha Hermandad. También participó en la refundación del Ateneo Orfeón Pamplonés, siendo erigido como primer director literario del mismo.
Directivos del Orfeón Pamplonés. Serafín aparece en el centro sentado. Foto: https://www.orfeonpamplones.com/es/orfeon/historia
En el año 1871 fue elegido Concejal del Ayuntamiento de Pamplona; en ese momento ya se estaba preparando el ambiente para una tercera guerra carlista por lo que él ya participaba en actividades conspirativas. Mientras la guerra, fue secretario de la Junta de Guerra en el bando carlista y al acabar la contienda (1876) se tuvo que exiliar, al parecer al sur de Francia. A su regreso ingresó en la Asociación Euskara de la que fue vicepresidente y posteriormente, presidente.
En 1887 fue elegido de nuevo concejal del Ayuntamiento de Pamplona y en el ejercicio de su cargo presentó un proyecto de reformas que cambiarían radicalmente el aspecto y la fisonomía de la ciudad, algunas de estas reformas fueron: la instalación de la luz eléctrica y la construcción de la zona del Primer Ensanche así como el Palacio de Justicia.
Antiguo Palacio de Justicia de Pamplona
En el año 1889 fue nombrado primer Síndico del Ayuntamiento de la capital. En 1896 fue candidato electo del partido carlista a la Diputación y, durante un tiempo, fue el Vicepresidente de dicha Diputación, cargo que le dio no pocos quebraderos de cabeza. Serafín muere el día 14 de febrero del año 1903 a la edad de sesenta y cuatro años.
Aunque solo sea brevemente quiero dar también algunos apuntes sobre la familia de Serafín. Este se había casado en Tudela el día 16 de julio del año 1867 con Manuela Lizaso y Larumbe. Ella era hija del terrateniente y ganadero de bravo Francisco Lizaso Irurtia y de Gertrudis Larumbe Urbasos. Manuela sería con el tiempo (ya viuda) la propietaria heredera de dicha ganadería “Lizaso”. Esta era una de las cuatro ganaderías que existían de reses de “casta navarra” y había sido creada a finales del siglo XVIII por Juan Antonio Lizaso Muru (Ibero, 1773), abuelo de Manuela. Antes de pasar a manos de Manuela estuvo gestionada por su hermano José Lizaso, y por un hijo de esta (Francisco). Al morir José, queda Manuela como heredera y vende la divisa a Julio Lafitte lo que significó la desaparición del encaste. Se dice que los toros de Lizaso eran “navarros por excelencia, de poca alzada, pero bien armados, nobles y codiciosos para el engaño”. (Los Toros de Navarra, pag. 399).
Foto http://lancerosvillaviciosa.blogspot.com/2020/12/
El nuevo matrimonio Mata Lizaso se instalaron en el primer piso del número siete de la calle Dormitalería de Pamplona y allí nacieron sus hijos: Bonifacia Julita (1868), Joaquín Augusto Juan de la Cruz José Nemesio (1870), que será abogado, Francisco de Sales Joaquín Gregorio (1872) que “representó la ganadería de su tío José Lizaso, cuando éste murió en 1903 y fue nombrado secretario del ayuntamiento de Pamplona en noviembre de 1918”; Francisco se casará con Concepción Fernández Irigaray; Laureano Miguel, que será también abogado como el anterior; María Dolores, que se casará en 1902 con el capitán Manuel Alonso Mediavilla, y por último Tomás Mata Lizaso (1876), que será Concejal del Ayuntamiento de Pamplona entre los años 1916 y 1923 por el partido carlista, y posteriormente Alcalde de dicho consistorio en los años 1922-1923, mientras reinaba Alfonso XII, y después desde 1934 a 1940, período que ocupó la Segunda República y la Guerra Civil. En los años siguientes permanece en el Consejo Foral Administrativo de Navarra. Tomás muere en Pamplona en el año 1948.
Tomás Mata Lizaso, hijo de Serafín y Alcalde de Pamplona. Foto: Ayuntamiento de Pamplona
Serafín de Mata, que como la mayoría de los personajes que han desfilado por este trabajo fue un carlista convencido, sentía gran admiración por su tío Tomás de Zumalacárregui, al que no pudo conocer ya que para cuando Serafín nació, Tomás y había muerto. Al tener Serafín noticias del fallecimiento en Cárcar de su prima Micaela (hija de Zumalacárregui), se apresuró a poner en conocimiento de Alejo Aranaz, párroco de Cárcar y albacea testamentario de Micaela, su deseo de poseer algún objeto personal del tío Tomás. El sacerdote entonces mandó una carta a Eusebio Zubizarreta, heredero de los bienes de Micaela, y que se encontraba a la sazón trabajando en Cuba, los deseos de Serafín, sugiriéndole que considerara la mitad de la cadena de oro del reloj del militar (ya que se encontraba dividida en dos partes) como una prenda interesante para satisfacer a Serafín. Como no hay rastro de la contestación a esta carta no puedo aventurar nada, pero viendo la buena disposición que mostró Zubizarreta en todo momento, estoy segura que accedió a la petición. De ser así, a buen seguro que Serafín la guardó como oro en paño, y, a día de hoy, seguramente la posea como reliquia algunos de sus descendientes.
Lo que sí ha quedado claro es que esta familia Mata tuvo mucho que ver en el desarrollo de la historia de la Navarra de su tiempo.
Investigación y redacción: María Rosario López Oscoz
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-Archivo civil de Cárcar.
-Archivo Museo Zumalakárregui.
-Archivo parroquial de Cárcar.
-Familysearch.org
-ARANDA RUÍZ, Alejandro. Una procesión para un nuevo contexto: El desfile del Santo Entierro de Pamplona en las postrimerías del siglo XIX. Texto integrado en el Compendio histórico-artístico sobre Semana Santa. Ritos, tradiciones y devociones. Págs.. 14-15.
-CASTRO-TERREÑO, Duque de. Cuaderno de leyes y agravios reparados a suplicación de los tres estados. 23-3-1829. Pag. 148-149.
-GARCÍA-SANZ MARCOTEGUI, Ángel. Diccionario biográfico de los diputados forales de navarra (1848-1931). Págs.. 437-441.
-IDOATE EZQUIETA, Carlos; SEGURA MONEO, Julio. Inventario del Archivo Histórico de Protocolos Notariales de Navarra. Gobierno de Navarra. Departamento de Educación y Cultura. Año 1985.
-LAHOZ FINESTRES, José María. Graduados navarros y vascos en las facultades de leyes y cánones de la universidad de Huesca.1998.
-https://catalog.hathitrust.org/Record/102398368
-http://lancerosvillaviciosa.blogspot.com/2020/12/
-Revista La Avalancha, años 11 y 27, números. 248 y 639.
-Los toros de Navarra. Culturanavarra.es