Juan Cruz Aranaz. Foto en detalle extraída del nº 77 de la Revista Ilustrada La Atalaya.
Si se accede al pueblo de
Cárcar por el lado del barrio de Vista Alegre se llega al centro urbano
atravesando toda la calle Portal (nombre
dado sin duda porque al comienzo de esa calle debió de estar la antigua puerta
de la muralla por la que se accedía a la población). Pero aunque ese es el
nombre que habitualmente se utiliza, no es sin embargo el oficial ya que el correcto sería: calle de D. Juan Cruz Aranaz, como así lo muestra
la placa que en 1928 se colocó sobre la fachada de la casa anterior al
clausurado Café Lorente. En dicha placa, y no sin cierta dificultad a causa del
deterioro, se puede leer el siguiente texto:
CALLE DE D. JUAN CRUZ ARANAZ
HIJO ESCLARECIDO Y BIENHECHOR DE ESTA VILLA
(Q.E.P.D.)
FEBRERO 19 Y ABRIL 22 DEL AÑO 1928
No creo que haya muchas
personas que nombren a esta calle así, ni probablemente tampoco quien sepa dar demasiados datos sobre tan
“esclarecido” personaje. Entonces, ¿Quién fue este señor que mereció tales
elogios, al punto de que Cárcar le dedicara una calle? Para responder a esta
pregunta y saldar de algún modo como carcaresa la deuda contraía con él, me dispongo
a realizar un ejercicio de investigación y recomponer los hitos más importantes
de su vida, que, con ser muchos, no lo fueron tanto como los beneficios que
aporto a su pueblo con su legado como benefactor.
Nace Juan Cruz en
Cárcar (Navarra) el día 3 de mayo del año 1847. Fueron sus padres, Miguel
Aranaz Escalzo y María Eusebia Díaz Hernández. Sus abuelos paternos: Esteban
Aranaz y Esperanza Escalzo, y los maternos Juan Francisco Díaz Mateo y Maria Fermina
Luisa Rufina Hernández Alzueta. El abuelo Esteban era músico y compositor,
además de ser el organista de la iglesia de Cárcar, después de haberlo sido
anteriormente de las parroquias de Sesma y Arguedas, siendo este último su pueblo natal. Los hijos
de Esteban y Eusebia fueron bautizados en estas tres parroquias, según donde se
encontraba la familia asentada al abrigo del trabajo del padre. Miguel, el
padre de Juan Cruz, había nacido en Arguedas en el año 1803 y todo apunta a que
fue también organista de profesión como su progenitor. De modo que ejercería
primero en San Adrián -antes de recabar en Cárcar donde se estableció definitivamente-
ya que buena parte de sus hijos nacieron en aquel pueblo navarro. A saber: Fermina
Águeda, María Victoria, Alejo Faustino, Ciriaco, Manuel María y Telesfora. Hacia
el año 1840 la familia se traslada a vivir a Cárcar para tomar probablemente Miguel
el relevo de su padre en la parroquial de Cárcar y aquí nacerán el resto de sus
hijos, hasta completar la decena: Felipa, Venancia, Juan Cruz y Matías
Aranaz y Díaz.
Órgano de la Iglesia San Miguel Arcángel de Cárcar.
De los hijos varones del
matrimonio dos de ellos hicieron carrera eclesiástica: Alejo y Juan Cruz. Alejo
será durante muchos años el párroco de Cárcar y su figura quedó especialmente
vinculada a la historia de Micaela Zumalacárregui, al ser nombrado por ésta su
albacea testamentario y su director espiritual mientras el tiempo que la joven
se encontraba en Cárcar, como ya quedó reflejado en la entrada a este blog que dediqué a esta hija del general carlista. Por su parte Juan
Cruz llegará todavía más lejos. Inicia la
carrera eclesiástica en el Seminario Conciliar de Pamplona donde pronto se le
descubren grandes dotes para el estudio, lo que hizo que se trasladara a la Universidad Pontificia de Salamanca para ampliar su formación. En
Salamanca se licencia, y posteriormente se gradúa como Doctor en Sagrada
Teología, obteniendo en ambos casos las calificaciones nemine discrepante. Vuelve al Seminario de Pamplona donde se hace
cargo de la Cátedra de Latinidad, y más tarde es nombrado Catedrático de Lógica
y Metafísica en dicho Seminario. En esos años tendrá Juan Cruz ocasión de desplazarse a su
pueblo de Cárcar en los períodos vacacionales.
Durante este tiempo llegó a entablar amistad, al igual que su hermano y resto de la familia, con la hija Zumalacárregui, ya que ella
también venía en ocasiones de visita a Cárcar, tanto acompañada de su madre, como después ella sola al quedar huérfana. Se hospedaban en la casa de la
tía Ambrosia y su marido Francisco Jáuregui.
Pancracia y su hija Micaela llegaron a intimar mucho con la familia Aranaz. Al morir la madre, Micaela seguiría esa amistad que duró hasta su muerte, ocurrida
precisamente encontrándose en Cárcar,
como ya dejé dicho en el citado artículo. Cuando Micaela quedó huérfana, fue Juan
Cruz quien le asesoró y le ayudó a poner en orden todos los papeles, hasta el
punto de que la joven se refería a él como “mi secretario” y “mi amiguito”.
A la muerte de Micaela, también ayudó Juan Cruz su hermano Alejo a cumplir
las últimas voluntades de la finada.
Seminario Metropolitano de Zaragoza. Foto: zaragoza.arquitectura.sigloXX
CANÓNIGO Y RECTOR DEL
SEMINARIO
En el año 1879 Juan Cruz oposita el cargo de Canónigo Magistral de Lérida; aspirando al puesto se presentaron otros diez
candidatos más, casi todos personajes de gran peso, entre los que se
encontraban seis rectores de distintos seminarios diocesanos y hasta el mismo
vicesecretario del obispo de Lérida; será sin embargo Juan Cruz quien consiga
la plaza. La ocupó durante un período de siete años, hasta que en el año 1886 es nombrado, también por oposición,
Canónigo Lectoral de la Santa Iglesia Metropolitana de Zaragoza. A
su llegada a la capital maña ejerció enseguida como profesor de Teología en el Seminario
Metropolitano San Valero y San Braulio y pronto será nombrado Rector del mismo.
Rosario de Cristal. Portando el farol que representa la Basílica del Pilar. Foto: Agustín Garnica
COFRADÍA DEL ROSARIO
DE CRISTAL
El día 26 de diciembre
del año 1888 quedó constituida en Zaragoza la Real Cofradía del Rosario de la Aurora de la Santa Angélica Capilla de
la Virgen del Pilar, también llamado Rosario
de Cristal; su primer presidente y fundador fue el cardenal arzobispo de
Zaragoza don José María Prá y Duarte, que nombró como a vicepresidente a Juan Cruz. Actualmente esta Cofradía tiene su sede en la iglesia del
Sagrado Corazón que se encuentra ubicada en la plaza de S. Pedro Nolasco de la
capital maña. Desde ese año, todos los días 13 de octubre (siguiente a la festividad del
Pilar) tiene lugar por las calles de Zaragoza una singular procesión en la que
desfilan vistosos monumentos de cristal llevados en carrozas y acompañados por
la Escolanía de Infantes del Pilar. A este evento también se le llama la
Procesión de los Faroles, pues en lugar de velas, hachas y estandarartes procesionan valiosos faroles, auténticas vidrieras
iluminadas, según proyecto concebido por el entonces arquitecto del consistorio,
Ricardo Magdalena.
Procesión del Rosario de Cristal. Farol representando la Hispanidad. Foto: Agustín Garnica
PRO-CANCILLER DE LA
UNIVERSIDAD PONTIFICIA DE ZARAGOZA
En el año 1897 se creará
la Universidad Pontificia de Zaragoza y el Papa León XIII nombra a Juan Cruz Pro-Canciller y Prefecto de Estudios de este centro.
Además de estos altos
cargos y ateniéndome a la información
que facilita la Revista La Atalaya, ese mismo año de 1897 Juan Cruz es nombrado Capellán de la Real Maestranza
de Caballería de Zaragoza, y fue Director-Consiliario de otras diversas asociaciones que la
citada revista no especifica.
Palacio de la Real Maestranza de Caballería de Zaragoza. Foto: zaragozago.com
INFLUENCIA DOCENTE.
MIGUEL ASÍN PALACIOS
En su etapa como
educador, este profesor y clérigo carcarés influyó notablemente en muchos
de sus alumnos, de entre los que habría que destacar al estudioso y prolífico escritor
zaragozano Miguel Asín Palacios, experto arabista e islamólogo. Al parecer las
clases que Aranaz impartía en el Seminario Conciliar influyeron en
este hombre hasta el punto de decantarse
y encarrilar sus estudios hacia la teología escolástica islámica. Diversos
estudiosos sobre la vida y obra de Asín Palacios así lo aseguran, y especialmente
James Monroe: “las clases de teología
dogmática de Juan Cruz Aranáz ayudaron a Asín para orientarse a trabajar sobre
temas de la filosofía musulmana medieval y teología escolástica islámica.
Cuando Asín Palacios fue elegido profesor regente de Latinidad y Humanidades en
el Seminario zaragozano fue el propio Aranaz quien le escribió una carta informándole
que había sido seleccionado para el puesto.
Miguel Asín Palacios. sites.google.com
ARANAZ, ORADOR SAGRADO Y
ESCRITOR
Juan Cruz sobresalió también
como gran orador sagrado; tiene en su haber publicados notables sermones y discursos, de entre los que destaca el Panegírico dedicado a San Jorge Mártir, patrón de Aragón, y cuyo texto
publicó la Real Maestranza de Caballería de Zaragoza el día 24 de abril del año 1887, de la
que era por cierto su capellán.
Portada del panegírico dedicado a San Jorge
En la página 19 de este panegírico, Aranaz se
expresaba así disertando sobre San Jorge: “Allí
en oriente junto a tu patria, una región entera te recordará por siempre
llevando tu nombre; aquí en occidente, lejos de tu patria, una región noble y heroica
te invocará con dulces lágrimas aclamándote su Patrono; y aquí y allí, en
oriente y occidente, las milicias cristianas te aclamarán su honor y su guía”.
San Jorge fue un santo al que se acogieron a lo largo de la historia multitud
de nobles, infanzones, caballeros y en general todas las personas que habitaban
el antiguo Reino de Aragón, como asegura Armando Serrano Martínez en el libro “La Cofradía de
Infanzones de S. Jorge de Acañiz (1420-1521)”. Aranaz publicó también otro
panegírico dedicado a San Francisco Javier y sendos discursos que leyó en diferentes
Congresos Católicos de Madrid y Zaragoza.
Juan Cruz Aranaz. Foto al completo que recoge el nº 77 de la Revista Ilustrada La Avalancha.
PORTE MODESTO Y
AFABLE TRATO
En su número 77, la
propia Revista Ilustrada La Avalancha dice de Aranaz que, además del alcance de
su vasta formación y elocuencia ello “no
era óbice para ser de porte modesto y afable trato, hecho que le hizo ganarse
grandes simpatías entre los que le trataron”.
Publicó diferentes sermones y artículos, como el sermón que proclamó con motivo del Jubileo Sacerdotal del Papa León XIII, o el discurso acerca de Santo Tomás de Aquino, pronunciado en el Círculo de San Luis Gonzaga, y otros discursos sobre la enseñanza respecto de la Soberanía Pontificia, leídos en los Congresos Católicos de Madrid y Zaragoza, entre otros. Otros artículos publicados en prensa los firmaba ocultando su nombre con las iniciales L.E. También ocupó espacios en los periódicos de la época a través de diversas notas de
prensa donde figuraban los lugares a donde era requerido para predicar y
realizar diversas funciones propias de su estado. A finales del año 1898 pasó por alguna importante crisis de salud y El Eco de Navarra, en su
edición del día 25 de enero del siguiente año lo reflejó así en su
segunda página: “está fuera de peligro el
M.I. señor D. Juan Cruz Aranaz, canónigo Lectoral del Cabildo metropolitano de
Zaragoza y Rector del Seminario pontificio de S. Valero y S. Braulio”. El 22 de marzo de ese mismo año, ese mismo periódico ya había registrado su fallecimiento. Tenía 52 años. Sus últimas voluntades
fueron las de una persona conocedora del valor y la importancia de la formación y la trasmisión
de la cultura, y sabedor de los pocos medios que muchas familias tenían para
dar estudios a sus hijos, no dudó en ofrecer su patrimonio para destinarlo a
esa finalidad. En ese momento se acordó de su pueblo, con el que probablemente
siempre estuvo en contacto y mandó que con su patrimonio se crearan dos
becas de estudio “para estudiantes navarros, preferentemente de Cárcar”.
Un puñado de jóvenes
carcareses las pudieron disfrutar. Uno de ellos llegó a ser obispo de Lugo, don
Antonio Ona de Echave, y don Crisóstomo Oses, prelado doméstico del Papa
en Uruguay. También hubo otros chicos de Cárcar que aprovecharon estas becas y, aunque no llegaron a eclesiásticos, recibieron sin embargo en el Seminario
zaragozano una buena formación que les permitió desarrollar otras profesiones
de éxito.
D. Antonio Ona de Echave, obispo de Lugo
El pueblo de Cárcar,
consciente de la deuda contraída con Aranaz, le dedicó en el año 1928 la calle a
la que me he referido al principio de este artículo.
Que se sume pues también esta semblanza a su memoria, a la que se podría añadir la recuperación y
conservación de esa placa que pende sobre la fachada de la calle que lleva su nombre.
De este modo, si algún visitante
pregunta por la historia y las bondades del personaje sepamos contestar
orgullosos que fue un hombre notable y generoso, que se desvivió por la
formación de los jóvenes y especialmente para aprovechamiento de los jóvenes de su pueblo.
Investigación y
redacción: María Rosario López Oscoz
Fuentes:
-AHMED ALY Eneas Aly. “Fundamentos teóricos del proyecto intelectual
de Asín Palacios y consecuencias en sus estudios acerca de Ibn Hazm de Córdoba”,
PAG. 35. TESIS DOCTORAL. MEMORIA PARA OPTAR AL GRADO DE DOCTOR. UNIVERSIDAD
COMPLUTENSE DE MADRID, FACULTAD DE FILOLOGÍA. Año 2018.
-Diario de Huesca - 05/03/1883-Página 7
Díaz de Rada Ruiz, Juan Antonio; MATEO GAMBARTE, Eduardo. Breve historia
cotidiana del siglo XX de Cárcar. Pag. 146. Cárcar Historia, Vocabulario y
Plantas. 2002.
-El eco de navarra 25
de enero 1999
-La Avalancha, Revisa Ilustrada.
Año IV. Número 77
-SERRANO MARTÍNEZ
Armando. La Cofradía de Infanzones de San Jorge de Alcañiz (1420-1521). Pag. 762.
-Familysearch.org