sábado, 17 de abril de 2021

JUAN CRUZ ARANAZ, BENEFACTOR DE CÁRCAR

Juan Cruz Aranaz. Foto en detalle extraída del nº 77 de la Revista Ilustrada La Atalaya.

Si se accede al pueblo de Cárcar por el lado del barrio de Vista Alegre se llega al centro urbano atravesando  toda la calle Portal (nombre dado sin duda porque al comienzo de esa calle debió de estar la antigua puerta de la muralla por la que se accedía a la población). Pero aunque ese es el nombre que habitualmente se utiliza, no es sin embargo el oficial ya que el correcto sería: calle de D. Juan Cruz Aranaz, como así lo muestra la placa que en 1928 se colocó sobre la fachada de la casa anterior al clausurado Café Lorente. En dicha placa, y no sin cierta dificultad a causa del deterioro, se puede leer el siguiente texto:

CALLE DE D. JUAN CRUZ ARANAZ
HIJO ESCLARECIDO Y BIENHECHOR DE ESTA VILLA
(Q.E.P.D.)
FEBRERO 19 Y ABRIL 22 DEL AÑO 1928

Placa indicativa 

No creo que haya muchas personas que nombren a esta  calle así, ni probablemente tampoco quien sepa dar demasiados datos sobre tan “esclarecido” personaje. Entonces, ¿Quién fue este señor que mereció tales elogios, al punto de que Cárcar le dedicara una calle? Para responder a esta pregunta y saldar de algún modo como carcaresa la deuda contraía con él, me dispongo a realizar un ejercicio de investigación y recomponer los hitos más importantes de su vida, que, con ser muchos, no lo fueron tanto como los beneficios que aporto a su pueblo con su legado como benefactor.

Nace Juan Cruz en Cárcar (Navarra) el día 3 de mayo del año 1847. Fueron sus padres, Miguel Aranaz Escalzo y María Eusebia Díaz Hernández. Sus abuelos paternos: Esteban Aranaz y Esperanza Escalzo, y los maternos Juan Francisco Díaz Mateo y Maria Fermina Luisa Rufina Hernández Alzueta. El abuelo Esteban era músico y compositor, además de ser el organista de la iglesia de Cárcar, después de haberlo sido anteriormente de las parroquias de Sesma y Arguedas,  siendo este último su pueblo natal. Los hijos de Esteban y Eusebia fueron bautizados en estas tres parroquias, según donde se encontraba la familia asentada al abrigo del trabajo del padre. Miguel, el padre de Juan Cruz, había nacido en Arguedas en el año 1803 y todo apunta a que fue también organista de profesión como su progenitor. De modo que ejercería primero en San Adrián -antes de recabar en Cárcar donde se estableció definitivamente- ya que buena parte de sus hijos nacieron en aquel pueblo navarro. A saber: Fermina Águeda, María Victoria, Alejo Faustino, Ciriaco, Manuel María y Telesfora. Hacia el año 1840 la familia se traslada a vivir a Cárcar para tomar probablemente Miguel el relevo de su padre en la parroquial de Cárcar y aquí nacerán el resto de sus hijos, hasta completar la decena: Felipa, Venancia, Juan Cruz  y Matías Aranaz y Díaz.

Órgano de la Iglesia San Miguel Arcángel de Cárcar.

 De los hijos varones del matrimonio dos de ellos hicieron carrera eclesiástica: Alejo y Juan Cruz. Alejo será durante muchos años el párroco de Cárcar y su figura quedó especialmente vinculada a la historia de Micaela Zumalacárregui, al ser nombrado por ésta su albacea testamentario y su director espiritual mientras el tiempo que la joven se encontraba en Cárcar, como ya quedó reflejado  en la entrada a este blog que dediqué a esta hija del general carlista.  Por su parte Juan Cruz  llegará todavía más lejos. Inicia la carrera eclesiástica en el Seminario Conciliar de Pamplona donde pronto se le descubren grandes dotes para el estudio, lo que hizo que se trasladara a la Universidad Pontificia de Salamanca para ampliar su formación. En Salamanca se licencia, y posteriormente se gradúa como Doctor en Sagrada Teología, obteniendo en ambos casos las calificaciones nemine discrepante. Vuelve al Seminario de Pamplona donde se hace cargo de la Cátedra de Latinidad, y más tarde es nombrado Catedrático de Lógica y Metafísica en dicho Seminario. En esos años tendrá Juan Cruz ocasión de desplazarse a su pueblo de Cárcar en los períodos vacacionales.  Durante este tiempo llegó a entablar amistad, al igual que su hermano y  resto de la familia, con la hija  Zumalacárregui, ya que ella también venía en ocasiones de visita a Cárcar, tanto acompañada de su madre, como después ella sola al quedar huérfana. Se hospedaban en la casa de la tía Ambrosia y su marido Francisco Jáuregui.  Pancracia y su hija Micaela llegaron a intimar mucho  con la familia Aranaz. Al morir la madre, Micaela seguiría esa amistad que duró hasta su muerte, ocurrida precisamente  encontrándose en Cárcar, como ya dejé dicho en el citado artículo. Cuando Micaela quedó huérfana, fue Juan Cruz quien le asesoró y le ayudó a poner en orden todos los papeles, hasta el punto de que la joven se refería a él como “mi secretario” y “mi amiguito”. A la muerte de Micaela, también ayudó Juan Cruz su hermano Alejo a cumplir las últimas voluntades de la finada.


Seminario Metropolitano de Zaragoza. Foto: zaragoza.arquitectura.sigloXX


CANÓNIGO Y RECTOR DEL SEMINARIO
En el año 1879 Juan Cruz oposita el cargo de Canónigo Magistral de Lérida; aspirando al puesto se presentaron otros diez candidatos más, casi todos personajes de gran peso, entre los que se encontraban seis rectores de distintos seminarios diocesanos y hasta el mismo vicesecretario del obispo de Lérida; será sin embargo Juan Cruz quien consiga la plaza. La ocupó durante un período de siete años, hasta que en el año 1886 es nombrado, también por oposición, Canónigo Lectoral de la Santa Iglesia Metropolitana de Zaragoza. A su llegada a la capital maña ejerció enseguida como profesor de Teología en el Seminario Metropolitano San Valero y San Braulio y pronto será nombrado Rector del mismo. 

Rosario de Cristal. Portando el farol que representa la Basílica del Pilar. Foto: Agustín Garnica

COFRADÍA DEL ROSARIO DE CRISTAL

El día 26 de diciembre del año 1888 quedó constituida en Zaragoza la Real Cofradía del Rosario de la Aurora de la Santa Angélica Capilla de la Virgen del Pilar, también llamado Rosario de Cristal; su primer presidente y fundador fue el cardenal arzobispo de Zaragoza don José María Prá y Duarte, que nombró como a vicepresidente  a Juan Cruz. Actualmente esta Cofradía tiene su sede en la iglesia del Sagrado Corazón que se encuentra ubicada en la plaza de S. Pedro Nolasco de la capital maña. Desde ese año, todos los días  13 de octubre (siguiente a la festividad del Pilar) tiene lugar por las calles de Zaragoza una singular procesión en la que desfilan vistosos monumentos de cristal llevados en carrozas y acompañados por la Escolanía de Infantes del Pilar. A este evento también se le llama la Procesión de los Faroles, pues en lugar de velas, hachas y estandarartes procesionan valiosos faroles, auténticas  vidrieras iluminadas, según proyecto concebido por el entonces arquitecto del consistorio, Ricardo Magdalena.

Procesión del Rosario de Cristal. Farol representando la Hispanidad. Foto: Agustín Garnica


PRO-CANCILLER DE LA UNIVERSIDAD PONTIFICIA DE ZARAGOZA
En el año 1897 se creará la Universidad Pontificia de Zaragoza y el Papa León XIII nombra a Juan Cruz Pro-Canciller y Prefecto de Estudios de este centro.

Además de estos altos cargos  y ateniéndome a la información que facilita la Revista La Atalaya, ese mismo año de 1897 Juan Cruz es nombrado Capellán de la Real Maestranza de Caballería de Zaragoza, y fue Director-Consiliario de otras diversas asociaciones que la citada revista no especifica.

Palacio de la Real Maestranza de Caballería de Zaragoza. Foto: zaragozago.com

 INFLUENCIA DOCENTE. MIGUEL ASÍN PALACIOS
En su etapa como educador, este profesor y clérigo carcarés influyó notablemente en muchos de sus alumnos, de entre los que habría que destacar al estudioso y prolífico escritor zaragozano Miguel Asín Palacios, experto arabista e islamólogo. Al parecer las clases que Aranaz impartía en el Seminario Conciliar influyeron en este hombre hasta el punto de  decantarse y encarrilar sus estudios hacia la teología escolástica islámica. Diversos estudiosos sobre la vida y obra de Asín Palacios así lo aseguran, y especialmente James Monroe: “las clases de teología dogmática de Juan Cruz Aranáz ayudaron a Asín para orientarse a trabajar sobre temas de la filosofía musulmana medieval y teología escolástica islámica. Cuando Asín Palacios fue elegido profesor regente de Latinidad y Humanidades en el Seminario zaragozano fue el propio Aranaz quien le escribió una carta informándole que había sido seleccionado para el puesto.

Miguel Asín Palacios. sites.google.com

 
ARANAZ, ORADOR SAGRADO Y ESCRITOR
Juan Cruz sobresalió también  como gran orador sagrado; tiene en su haber publicados notables sermones y discursos, de entre los que destaca el Panegírico dedicado a  San Jorge Mártir, patrón de Aragón, y cuyo texto publicó la Real Maestranza de Caballería de Zaragoza el día 24 de abril del año 1887, de la que era por cierto su capellán.
 
Portada del panegírico dedicado a San Jorge

En la página 19 de este panegírico, Aranaz se expresaba así disertando sobre San Jorge: “Allí en oriente junto a tu patria, una región entera te recordará por siempre llevando tu nombre; aquí en occidente, lejos de tu patria, una región noble y heroica te invocará con dulces lágrimas aclamándote su Patrono; y aquí y allí, en oriente y occidente, las milicias cristianas te aclamarán su honor y su guía”. San Jorge fue un santo al que se acogieron a lo largo de la historia multitud de nobles, infanzones, caballeros y en general todas las personas que habitaban el antiguo Reino de Aragón, como asegura Armando Serrano Martínez  en el libro
“La Cofradía de Infanzones de S. Jorge de Acañiz (1420-1521)”. Aranaz publicó también otro panegírico dedicado a San Francisco Javier y sendos discursos que leyó en diferentes Congresos Católicos de Madrid y Zaragoza.




Juan Cruz Aranaz. Foto al completo que recoge el nº 77 de la Revista Ilustrada La Avalancha.

PORTE MODESTO Y AFABLE TRATO
En su número 77, la propia Revista Ilustrada La Avalancha dice de Aranaz que, además del alcance de su vasta formación y elocuencia ello “no era óbice para ser de porte modesto y afable trato, hecho que le hizo ganarse grandes simpatías entre los que le trataron”.

 Publicó diferentes sermones y artículos, como el sermón que proclamó con motivo del Jubileo Sacerdotal del Papa León XIII, o el discurso acerca de Santo Tomás de Aquino, pronunciado en el Círculo de San Luis Gonzaga, y otros discursos sobre la enseñanza respecto de la Soberanía Pontificia, leídos en los Congresos Católicos de Madrid y Zaragoza, entre otros. Otros artículos publicados en prensa los firmaba ocultando su nombre con las iniciales L.E. También ocupó espacios en los periódicos de la época a través de diversas notas de prensa donde figuraban los lugares a donde era requerido para predicar y realizar diversas funciones propias de su estado. A finales del año 1898 pasó por alguna importante crisis de salud y El Eco de Navarra, en su edición del día 25 de enero del siguiente año lo reflejó así en su segunda página: “está fuera de peligro el M.I. señor D. Juan Cruz Aranaz, canónigo Lectoral del Cabildo metropolitano de Zaragoza y Rector del Seminario pontificio de S. Valero y S. Braulio”. El 22 de marzo de ese mismo año, ese mismo periódico ya había registrado su fallecimiento. Tenía 52 años. Sus últimas voluntades fueron las de una persona conocedora del valor y  la importancia de la formación y la trasmisión de la cultura, y sabedor de los pocos medios que muchas familias tenían para dar estudios a sus hijos, no dudó en ofrecer su patrimonio para destinarlo a esa finalidad. En ese momento se acordó de su pueblo, con el que probablemente siempre estuvo en contacto y mandó que con su patrimonio se crearan dos becas de estudio “para estudiantes navarros, preferentemente de Cárcar”.

Un puñado de jóvenes carcareses las pudieron disfrutar. Uno de ellos llegó a ser obispo de Lugo, don Antonio Ona de Echave, y don Crisóstomo Oses, prelado doméstico del Papa en Uruguay. También hubo otros chicos de Cárcar que aprovecharon estas becas y, aunque no llegaron a eclesiásticos, recibieron sin embargo en el Seminario zaragozano una buena formación que les permitió desarrollar otras profesiones de éxito. 

D. Antonio Ona de Echave, obispo de Lugo

El pueblo de Cárcar, consciente de la deuda contraída con Aranaz, le dedicó en el año 1928 la calle a la que me he referido al principio de este artículo.

Que se sume pues también esta semblanza a su memoria, a la que se podría añadir la recuperación y conservación de esa placa que pende sobre la fachada de la calle que lleva su nombre. De este modo, si algún visitante pregunta por la historia y las bondades del personaje sepamos contestar orgullosos que fue un hombre notable y generoso, que se desvivió por la formación de los jóvenes y especialmente para aprovechamiento de los jóvenes de su pueblo.

Investigación y redacción: María Rosario López Oscoz

Fuentes:

-AHMED ALY Eneas Aly. “Fundamentos teóricos del proyecto intelectual de Asín Palacios y consecuencias en sus estudios acerca de Ibn Hazm de Córdoba”, PAG. 35. TESIS DOCTORAL. MEMORIA PARA OPTAR AL GRADO DE DOCTOR. UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID, FACULTAD DE FILOLOGÍA. Año 2018.
-Diario de Huesca - 05/03/1883-Página 7 
Díaz de Rada Ruiz, Juan Antonio; MATEO GAMBARTE, Eduardo. Breve historia cotidiana del siglo XX de Cárcar. Pag. 146. Cárcar Historia, Vocabulario y Plantas. 2002.
-El eco de navarra 25 de enero 1999
-La Avalancha, Revisa Ilustrada. Año IV. Número 77
-SERRANO MARTÍNEZ Armando. La Cofradía de Infanzones de San Jorge de Alcañiz (1420-1521). Pag. 762.
-Familysearch.org