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Cuando se accede al interior de la iglesia de Cárcar, justo encima de la puerta de
cancela se puede contemplar el antiguo órgano ibérico construido en el siglo XVIII por
el lerinés Joseph de Mañeru. Hace muchos años que este órgano no suena, pero a
lo largo de los siglos fueron abundantes los organistas que sentaron plaza y pasaron
por esta iglesia armonizando y realzando las funciones litúrgicas gracias a las
notas salidas de tan prodigioso instrumento. Eran organistas de carrera y accedían
al puesto por medio de contratas después de someterse a un duro y disputado examen
previo. Mientras duraban los contratos los organistas se trasladaban al lugar junto con sus familias para llegar en algunos casos a asentarse definitivamente
en el pueblo, prolongando allí el apellido durante generaciones. Ya he
destacado en otro post a Bernabé Fortuño, otro organista en este caso autóctono; ahora me centraré en Esteban Aranaz. Confío en poder con el
tiempo ampliar esta lista.
Coro musical. Foto
asociación litúrgica magnificat
Esteban Joaquín Aranaz y de Ibarra (abuelo que era de Juan Cruz Aranaz, estudiado en la
anterior entrada al blog) nace en Arguedas (Navarra) el 11 de septiembre del año 1770; era hijo de Pedro e Isabel. A los once años
comenzó su educación musical en la Escuela de infantes de la Catedral de
Pamplona donde formó parte del coro catedralicio entre los años 1781 y 1786, año en
que cesó al mudarle la voz. Esta escuela de infantes se creó en el siglo XIII y
era una de las más antiguas de España. Siguió Esteban la carrera musical y en
el año 1789 ganó por oposición la plaza de organista en la iglesia de Santa
María de Sesma, sucediendo en el puesto a Miguel Antonio de Piérola, según asegura en un estudio Fernando Abaunza. Allí conoce a una joven sesmera llamada Esperanza Escalzo
Guerrero con la que se casa el 11 de abril del año 1792, año en se presenta también
para intentar conseguir la vacante que se produce en la organistía de San Pedro
de Viana. Por eso, tras promulgarse el edicto en distintas ciudades de Navarra y otras provincias se presentó de aspirante junto con Cristóbal Prior, Antonio Uztáriz, Fernando
Sarasa, Pedro Vidondo, Miguel Eguren y Vicente Pérez de Artagoitia. El examinador
fue Manuel Antonio de Iribarren, maestro
organista de la iglesia de Santiago de Puente la Reina, y aunque concluyó el experto que el
mejor en el apartado de composición había sido Aranaz, en lo referente al manejo, estilo y
acompañamiento había sido superado por Artagoitia, por lo que le dieron la
plaza a este. El dato lo recoge Juan Cruz Labeaga Mendiola en la página 36 de su estudio La Música en la Parroquia de San Pedro de Viana. Asegura Labeaga
Mendiola que dicho examen duró desde las nueve de la mañana hasta las cuatro de
la tarde.
Ilustración de la época. Bach tocando el órgano. Foto historia de la música. wordpress
Al no conseguir la plaza en Viana continuó Aranaz de organista en Sesma donde nacieron sus tres primeros hijos. Más tarde se traslada con su
familia a Arguedas, su pueblo natal, donde se hace cargo del órgano de su
iglesia. En Arguedas nacen y son bautizados otros tres hijos más; uno de estos
será Miguel Aranaz, el padre de Juan Cruz.
Para el año 1805 se encuentra Esteban ya de organista en la San Miguel de Cárcar, y el 21 de diciembre de 1805
nace aquí el último de sus hijos, de nombre Juan Thomas. Y en Cárcar será donde
se asiente definitivamente con su familia.
En el año 1824 seguía todavía constando como organista y despertando la vocación especialmente de su hijo Miguel que seguiría su pasos. Esteban no se limitó solamente a tocar el
órgano ya que también compuso algunas obras como el Kirie de la Misa a cuatro
violines, que recoge Fernando Abaunza Martínez y que se guarda en archivos, al parecer todo un dosier.
Kyrie a 4 violines compuesto por
Esteban Aranaz. Foto: Fernando Abaunza
Desconozco hasta donde pudo llegar el espíritu
creador de Aranaz, pero seguramente hubo muchas mas composiciones que salieron de su mano e ingenio y que se posarían en su día en el atril del órgano dándoles vida, para quedar finalmente olvidadas entre
legajos y papeles, viniendo posteriormente a desaparecer de la parroquia, ya que por mucho que
he buscado no he encontrado ninguna.
Detalle del órgano de la iglesia San Miguel de Cárcar.
En esa época, entre las funciones que desarrollaba un organistas estaba también la de educar en doctrina a los niños, además de la enseñanza y
formación de un coro que le acompañara en los oficios litúrgicos. Tuvo que ser
un deleite escuchar esas misas armonizadas por Aranaz y cantadas por el coro. En
un pequeño ejercicio de introspección, cuando me encuentro en este hermoso templo me gusta imaginar como sería el sonido y los ecos
de los acordes que envolvieron al recinto sacro vibrando por cada uno de sus
rincones.
Justo encima del secreto del órgano de esta iglesia de Cárcar se puede leer
el siguiente texto escrito en latín: Laudáte Dominum in Chordis et Organo, que viene a
significar: alabado sea el Señor con cuerdas y flautas. Dulce y elevado sonido que enmudeció tiempo atrás y que tanto está costando recuperar.
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María Rosario López Oscoz.
Lerín, Mayo de 2021
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Fuentes y bibliografía:
-familysearch.org
-ABAUNZA MARTÍNEZ, Fernando. Diccionario de Músicos Vascos. Año 2017. pag. 36
-GEMBERO USTÁRROZ, María. Diccionario de la Música Española e Hispanoamericano. Madrid, Sociedad General de Autores y Editores, 1999. T.1, p. 548.
-LABEAGA MENDIOLA, Juan Cruz. La Música en la Parroquia de San Pedro de Viana.
-LÓPEZ OSCOZ, María Rosario. López, Retazos de la Historia de Lerín y Cárcar a través de un apellido. (e.a.). Año 2017