lunes, 31 de mayo de 2021

IGNACIO MARTÍNEZ. Boticario.

 

Antigua botica de monasterio. Foto: La Voz de Asturias

Ignacio Martínez era natural de CÁRCAR. El documento de donde he extraído este dato no facilita el segundo apellido del personaje, que ayudaría a concretar la búsqueda, pero por las fechas se trataría de Manuel Ignacio Martínez Guillén, nacido en Cárcar  el día 7 de junio del año 1789, hijo de Juan Josef Martínez Sadaba y Josefa Guillén Martínez. Y sería uno de tantos poseedores del apellido Martínez, de Cárcar, que sembraron España de personajes ilustres. Ignacio, regentó la botica del monasterio cisterciense de La Oliva y fue contratado en el año 1830 sustituyendo al anterior boticario, Segundo Santesteban, que había estado de boticario o apotecario apenas cinco meses y medio. El carcarés era ahora contratado por un sueldo anual de 480 reales, a razón de 40 reales al mes. Esta farmacia del monasterio era de reciente constitución ya que justo el año anterior (1829) había sido sustituida por la vieja botica ya que esta había quedado obsoleta. 

Ignacio la regentó durante cuatro años, ya que en el año 1834 le sobrevino la muerte a causa del cólera morbo asiático. Este epidemia fue la primera que llegó a  España en el siglo XIX procedente de la península del Indostán, a bordo sin duda de algún barco; posteriormente se extendió gracias al trasiego y movimiento de tropas en la Primera Guerra Carlista. En el mes de septiembre se presentó en el monasterio de la Oliva contagiándose un anciano monje que falleció. Probablemente al entrar Ignacio en contacto con el monje, para administrarle medicamentos, se contagió y justo al mes siguiente el boticario carcarés fallecía también.
---------------------------------------------------------------

 María Rosario López Oscoz
mayo de 2021

---------------------------------------------------------------------------------

Fuentes:

-GARDE GARDE, Juan Manuel. La botica del monasterio cisterciense de Santa María de La Oliva (Navarra). Separata. Revista Príncipe de Viana N.º 276. Año 2020. Pag. 16 (177).

-ORTA RUBIO, Esteban. El cólera. La epidemia de 1834 en la Ribera de Navarra. Plaza Nueva. 25 de marzo de 2020

-Familysearch.org

lunes, 24 de mayo de 2021

EL ORGANISTA Y COMPOSITOR, ESTEBAN ARANAZ Y DE IBARRA


Foto recursostic.educación.es


Cuando se accede al interior de la iglesia de Cárcar, justo encima de la puerta de cancela se puede contemplar el antiguo órgano ibérico construido en el siglo XVIII por el lerinés Joseph de Mañeru. Hace muchos años que este órgano no suena, pero a lo largo de los siglos fueron abundantes los organistas que sentaron plaza y pasaron por esta iglesia armonizando y realzando las funciones litúrgicas gracias a las notas salidas de tan prodigioso instrumento. Eran organistas de carrera y accedían al puesto por medio de contratas después de someterse a un duro y disputado examen previo. Mientras duraban los contratos los organistas se trasladaban al lugar junto con sus familias para llegar en algunos casos a asentarse definitivamente en el pueblo, prolongando allí el apellido durante generaciones. Ya he destacado en otro post a Bernabé Fortuño, otro organista en este caso autóctono; ahora me centraré en Esteban Aranaz. Confío en poder con el tiempo ampliar esta lista.

 

Coro musical. Foto asociación litúrgica magnificat


Esteban Joaquín Aranaz y de Ibarra (abuelo que era de Juan Cruz Aranaz, estudiado en la anterior entrada al blog) nace en Arguedas (Navarra) el 11 de septiembre del año 1770;  era hijo de Pedro e Isabel. A los once años comenzó su educación musical en la Escuela de infantes de la Catedral de Pamplona donde formó parte del coro catedralicio entre los años 1781 y 1786, año en que cesó al mudarle la voz. Esta escuela de infantes se creó en el siglo XIII y era una de las más antiguas de España. Siguió Esteban la carrera musical y en el año 1789 ganó por oposición la plaza de organista en la iglesia de Santa María de Sesma, sucediendo en el puesto a Miguel Antonio de Piérola, según asegura en un estudio Fernando Abaunza. Allí conoce a una joven sesmera llamada Esperanza Escalzo Guerrero con la que se casa el 11 de abril del año 1792, año en se presenta también para intentar conseguir la vacante que se produce en la organistía de San Pedro de Viana. Por eso, tras promulgarse el edicto en distintas ciudades de Navarra y otras provincias se presentó de aspirante junto con  Cristóbal Prior, Antonio Uztáriz, Fernando Sarasa, Pedro Vidondo, Miguel Eguren y Vicente Pérez de Artagoitia. El examinador fue Manuel Antonio de Iribarren,  maestro organista de la iglesia de Santiago de Puente la Reina, y aunque concluyó el experto que el mejor en el apartado de composición había sido Aranaz, en lo referente al manejo, estilo y acompañamiento había sido superado por Artagoitia, por lo que le dieron la plaza a este. El dato lo recoge Juan Cruz Labeaga Mendiola en la página 36 de su estudio La Música en la Parroquia de San Pedro de Viana. Asegura Labeaga Mendiola que dicho examen duró desde las nueve de la mañana hasta las cuatro de la tarde.

 

Ilustración de la época.  Bach tocando el órgano. Foto historia de la música. wordpress

Al no conseguir la plaza en Viana continuó Aranaz de organista en Sesma donde nacieron sus tres primeros hijos. Más tarde se traslada con su familia a Arguedas, su pueblo natal, donde se hace cargo del órgano de su iglesia. En Arguedas nacen y son bautizados otros tres hijos más; uno de estos será Miguel Aranaz, el padre de Juan Cruz.

Para el año 1805 se encuentra Esteban ya de organista en la San Miguel de Cárcar, y el 21 de diciembre de 1805 nace aquí el último de sus hijos, de nombre Juan Thomas. Y en Cárcar será donde se asiente definitivamente con su familia. 
En el año 1824 seguía todavía constando como organista y despertando la vocación especialmente de su hijo Miguel que seguiría su pasos.  Esteban no se limitó solamente a tocar el órgano ya que también compuso algunas obras como el Kirie de la Misa a cuatro violines, que recoge Fernando Abaunza Martínez y que se guarda en archivos, al parecer todo un dosier. 

Kyrie a 4 violines compuesto por Esteban Aranaz. Foto: Fernando Abaunza


Desconozco hasta donde pudo llegar el espíritu creador de Aranaz, pero seguramente hubo muchas mas composiciones  que salieron de su mano e ingenio y que se posarían en su día en el atril del órgano dándoles vida, para quedar finalmente olvidadas entre legajos y papeles, viniendo posteriormente a desaparecer de la parroquia, ya que por mucho que he buscado no he encontrado ninguna. 

 

Detalle del órgano de la iglesia San Miguel de Cárcar. 


En esa época, entre las funciones que desarrollaba un organistas estaba también la de educar en doctrina a los niños, además de la enseñanza y formación de un coro que le acompañara en los oficios litúrgicos. Tuvo que ser un deleite escuchar  esas misas armonizadas por Aranaz y cantadas por el coro. En un pequeño ejercicio de introspección, cuando me encuentro en este hermoso templo me gusta imaginar como sería el sonido y los ecos de los acordes que envolvieron al recinto sacro vibrando por cada uno de sus rincones.

Justo encima del secreto del órgano de esta iglesia de Cárcar se puede leer el siguiente texto escrito en latín: Laudáte Dominum in Chordis et Organo, que viene a significar: alabado sea el Señor con cuerdas y flautas. Dulce y elevado sonido que enmudeció tiempo atrás y que tanto está costando recuperar.

---------------------------------------------------

María Rosario López Oscoz.
 Lerín, Mayo de 2021

-------------------------------------------------------

Fuentes y bibliografía:

-familysearch.org

-ABAUNZA MARTÍNEZ, Fernando. Diccionario de Músicos Vascos. Año 2017. pag. 36
-GEMBERO USTÁRROZ, María. Diccionario de la Música Española e Hispanoamericano. Madrid, Sociedad General de Autores y Editores, 1999. T.1, p. 548.
-LABEAGA MENDIOLA, Juan Cruz. La Música en la Parroquia de San Pedro de Viana.
-LÓPEZ OSCOZ, María Rosario. López, Retazos de la Historia de Lerín y Cárcar a través de un apellido. (e.a.). Año 2017