miércoles, 24 de mayo de 2023

HERALDICA DE CÁRCAR Y EDIFICIOS HISTÓRICOS


Cárcar guarda también en su historia un pasado noble de hidalgos e infanzones que dejaron su huella en las fachadas de algunas de sus casas. Ese pedigrí se aprecia en buena parte de los edificios de la calle Mayor aunque se extiende también hacía otras calles del pueblo. Casas de rancio abolengo que lucían en sus fachadas flamantes escudos heráldicos que otorgaban a quienes los ostentaban algunos privilegios, exenciones y prebendas. Será el segundo tomo del Catálogo Monumental de Navarra, el libro Linajes de Navarra con Escudos de Armas, de Aurelio Erdozáin, algunas ejecutorias y otros diversos documentos, además de abundantes búsquedas en Internet, quienes me ayuden a completar esta lista, susceptible de mejoras o correcciones.

Escudo de Cárcar sobre la fachada de su Ayuntamiento

Al menos desde 1459 ya tenía Cárcar sello real y el escudo local pende en la fachada del ayuntamiento desde siglos. El más antiguo que se conserva es de estilo rococó en alabastro labrado y data del siglo XVIII. Tiene yelmo por timbre sobre mascarón inferior entre figuras arquitectónicas intercaladas a serpientes. En su campo lleva un castillo con bandera de cruz flanqueado por dos robles. El castillo que se representa se ubicó junto a la iglesia y pertenecía al conde de Lerín y bien pudo ser el que mandara construir en el siglo X el rey Sancho Garcés I. En tiempos, la villa de Cárcar perteneció, jurídica y administrativamente, al condado de Lerín.

A partir de este escudo repasaré otros escudos que pertenecieron a casas nobles y que se encuentran repartidos por distintas calles del pueblo.


CORROZA-SAN JUAN

Se encuentra situado hacia la mitad de la calle Mayor; esta casa armera ostenta sobre su fachada dos imponentes escudos heráldicos. La casa es un edificio de ladrillo de estilo barroco y los escudos, rococós, son de alabastro y corresponden a la segunda mitad del siglo XVIII; pertenecieron a los apellidos Corroza y San Juan. La casa era de la familia Corroza. 

El primer personaje de este apellido llegó a Cárcar procedente de Azagra y se llamaba Antón Corroza y Lacalle; vino a casarse con Isabel García y Arcaya, natural de Cárcar. Aquí se asentaron y con ellos sus descendientes. Un hijo de este matrimonio, llamado también Antón, se casó con Bernarda de Pagola y Chocarro; José Antonio Corroza y Pagola, primogénito este matrimonio, nace en 1631, fue escribano real y casó en primeras nupcias en 1656 con María Ruiz, y en segundas con Felipa López Bailo, ambas también de Cárcar. El heredero, hijo del primer matrimonio, fue José Corroza y Ruiz, nacido en 1661 que se casó con Jerónima de Pagola y Martínez. De este matrimonio nació en1685, Martín José Corroza y Pagola, que fue abogado de los Reales Tribunales de Navarra; casó en Puente la Reina en 1710 con Juana Bautista de Amézaga y Olloqui y se avecindaron en Cárcar. Uno de los hijos de este matrimonio será Francisco Javier Ignacio José Ramón de Corroza y Amézaga, que nace en Cárcar en 1721; licenciado y abogado de los Reales Consejos, se casará en Corella con María Francisca Javiera San Juan y Díez de Ulzurrun, hija de Joséph San Juan Echeverría y Fermina Díez de Ulzurrun y Bea. El matrimonio se veló en Cárcar en 1753. Javier fue alcalde de Cárcar y posteriormente alcalde mayor del estado y condado de Lerín. Será este personaje quien coloque en la casa de los Corroza de Cárcar sendos escudos correspondientes a su apellido y el de su mujer. Por tal motivo, el fiscal y la villa levanta pleito contra ellos. El litigio duró cuatro meses, desde el 18 de febrero de 1777 hasta el 17 de junio de ese mismo año, en que lo gana. En este pleito Francisco Javier Corroza demuestra que tiene derecho por descender y ser su apellido originario de la casa Corroza Lequerica en la anteiglesia de San Martín, situada en el barrio de Meacaur en Morga, Vizcaya, así como el de su mujer, San Juan, por pertenecer al señorío del mismo nombre que se encuentra en el lugar de Unzué. 

Escudo de armas de los Corroza en Cárcar. Calle Mayor


Piedra armera del apellido San Juan que acompaña en la fachada al de Corroza

Dice el tomo II del Catálogo Monumental de Navarra, en su pagina 405, sobre el escudo Corroza: “sobre un león, ostenta bordura de mascarones entre rocalla; campo de lobos pasantes sobre un árbol arrancado orlado por leones pasantes”. Y con respecto al de San Juan: “sobre águila bicéfala presenta querubín inferior entre cuernos de la abundancia y corona abierta con timbre con la leyenda: SAN/IOAN. En sus cuatro cuarteles alternando cuatro palos con un lebrel rampante sobre roca”.
El matrimonio Corroza-San Juan vivía en Cárcar, pero por su cargo de alcalde mayor del estado y condado de Lerín se trasladaron a la vecina Lerín hacia el año 1760.
En la actualidad el apellido Corroza se perdió y solo nos queda a algunos inserto en la genealogía de generaciones lejanas.

DÍAZ (Díez) DE RADA
 
Piedra armera de los Díaz de Rada en la Calle Mayor

El primero en poner sobre la fachada de su casa las armas de este apellido fue Francisco Xavier Díez de Rada Arbeloa, nacido en Cárcar en 1743, hijo de Joseph y Lucía. Se había casado también en Cárcar en 1765 con Michaela de Ursua y en segundas nupcias en 1791 con Martina Rodríguez y Santa María. Obtiene la ejecutoria de hidalguía que gana en juicio contradictorio junto con Francisco Antonio Díez de Rada (de Andosilla) y los hijos de este. El juicio se presenta en 1776 y se resuelve favorablemente en 1787 ante la Corte Real de Navarra reconociendo a los demandantes su derecho a lucir sus armas en el frontispicio de su casa, como lo había hecho anteriormente su quinto abuelo Pedro Diez, cuya ejecutoria había ganado en juicio contradictorio en 1527. El escudo de los Díez (Díaz) de Rada consta de cruz verde de Alcántara en campo dorado con una estrella sobre la mano derecha. 
Varios fueron los hijos de Francisco Xavier Díez de Rada Arbeloa que continuaron con el apellido, estos matrimoniaron de la siguiente manera: Martín José se casará con Juana Martínez; Francisco lo hará con Carmen Ursua; Ramon con Josefa Gurrea Yanguas; Gabriel con Angela Bermejo y María Antonia con Fermín Pagola.

Es un apellido que se ha propagado en Cárcar con profusión a través de distintas ramas. Actualmente continúa muy extendido.  
      
MARTÍNEZ 

Escudo de los Martínez. Travesía Calle Mayor con Calle Monte

Sobre los Martínez de Cárcar hay que destacar que en el año 1517 ganaron ejecutoria de hidalguía ante la Real Corte de Navarra los señores Martín, Gil, Jorge, Rodrigo, Diego y Hernando Martínez, todos ellos hermanos y naturales de Cárcar “en cuya iglesia tenían capilla con sus armas” y decían ser descendientes del palacio de los Martínez de Andosilla. En 1674, otro descendiente, en este caso Juan Martínez, escribano real, residente en Tudela reclama también derecho a usar escudo de armas por ser originario de la casa Martínez en Cárcar. Esta casa de Cárcar ocupa toda la travesía que une la calle Mayor con el Barrio Monte. Es un edificio barroco del siglo XVII en mampostería con verdugadas de ladrillo y ostenta sobre su fachada un escudo de alabastro del siglo XVIII con la leyenda “armas de los Martínez”. Está timbrado por yelmo sobre mascarón inferior entre sirenas; en campo de gules una cruz llana de oro cargada de cinco lobos andantes de sable. 
Muchos fueron los que llevaron este apellido en Cárcar desempeñando diferentes profesiones: notarios, abogados, abades, canónigos, etcétera, destacando especialmente Vicente Martínez Monreal, médico de las cámaras reales de Carlos IV y Fernando VII y pionero en propagar la vacuna contra la viruela en Navarra.

No hay quien lo porte ya en Cárcar como primer apellido.  
 
LÓPEZ BAILO

El de los López Bailo sobre la casa familiar de la Plaza Marín Sola (antes Plazuela)

Este es linaje aragonés de infanzonía que tuvo su solar en el lugar de Bailo, partido judicial de Jaca. Una rama pasó a Ejea de los Caballeros, creando una nueva casa solar. De esta rama pasó a Estella, Cárcar y Andosilla; Juan José López Bailo y Aguirre, natural de Andosilla se casa en Cárcar con María Igúzquiza. De este enlace nació José Ramón López Bailo Igúzquiza el día 13 de enero del año 1735; maestro cerero, casó con Clara Martínez de Ollo, natural de Estella, avecindándose en Cárcar. Consiguió sentencia favorable de hidalguía para él y sus hijos en 1788; estos hijos fueron José Antonio Esteban y Juan Antonio López Bailo y Martínez de Ollo. José Antonio, el primogénito, siguió habitando la casa, y después su hija Ambrosia, para con esta desaparecer el linaje.
Sus armas son un escudo rococó de la segunda mitad del siglo XVIII labrado en alabastro que presenta mascarón inferior, angelotes tenantes y un yelmo por timbre. Sobre campo de oro terciado en banda de gules travesante, dos lobos de sable. 
Ambrosia, la última López Bailo que habitó la casa acogió  mientras la Tercera Guerra Carlista a la hija menor del General Zumalacárregui (su primo político) y aquí falleció.

ONA 
En la calle Portal de Cárcar existe un edificio barroco (hoy muy retocado) del siglo XVII, en su día labrado en mampostería con verdugadas de ladrillo de tres cuerpos y un ático, y en su fachada un escudo con la leyenda: "armas de los Ona". Perteneció a Tiburcio de Ona y Gómez de Segura. Era natural de Oteo (Álava) y se casó en Cárcar con María Arbizu y Ruiz, hija de José de Arbizu y Ruiz, y María Josefa Ruíz Castillo. En el año 1803 Tiburcio consigue de la Real Corte de Navarra la ejecutoria de hidalguía que ganó en juicio contradictorio: “vecino de la villa de Cárcar en propia representación y en la de d. Gregorio, su hijo, y demás adheridos”, estando en causa las villas de Oteo, Cárcar y Mañeru. 

Escudo de los Ona situado en la Calle Portal

Es el escudo de los Ona un blasón de alabastro, fechado en 1803, entre leones tenantes y timbrado por un yelmo entre niños desnudos. Cortado con cruz entre llaves, de una parte, y caldero con la cifra 1341 de la otra. También de la parte de los Gómez de Segura era Tiburcio hidalgo. Su causa se había defendido en 1549. El matrimonio Ona-Arbizu tuvieron seis hijos, todos varones: Fausto Ramón Ignacio, José Ramón Tiburcio, Francisco Antonio Ramón, Ramón Julián, Francisco Antonio y Gregorio Andrés; este último será su heredero en Cárcar que junto a su primogénito, Fausto Ramón Ignacio, defendió también su derecho a colocar el escudo de los Ona en Mañeru por las mismas fechas que lo hizo para el de Cárcar. El más joven, Gregorio Andrés de Ona, residente también en Cárcar, se casó con Ignacia de Sola, pero se separaron; para el año 1831 ya le habían concedido el divorcio y en 1838 Gregorio se vuelve a casar, ahora con María Ruíz. Con ninguna de las dos esposas tuvo descendencia. Falleció en Oteo y su patrimonio pasó por herencia a su sobrino Manuel Ona Goicoechea. Este casó con Clara Arbeloa, natural de Mañeru y vivieron en la casa solar de los Ona de Cárcar al igual que después sus descendientes. Manuel fue notario en Cárcar. 
Descendiente directo de este linaje será Antonio Ona y Echave (Cárcar,1905-Lugo, 1987), obispo de Lugo.

Existen descendientes de este linaje que lo siguen portando todavía. También en Lerín a través de la línea sucesoria de Fausto Ona, primo carnal de Tiburcio. Uno de ellos es el escritor y arqueólogo José Luis Ona González.

ZÚÑIGA 

Piedra armera de los Zúñiga acompañada de un Corazón de Jesús en su estado actual, perdida ya la corona que portaba como timbre. Calle Ontanilla

Así lucía antes de perder la corona. Foto: Catálogo Monumental de Navarra

Los Zúñiga habían probado su nobleza en distintas ocasiones  y Miguel Ángel de Zúñiga y Martínez de Cárcar, vecino de Cárcar, hizo lo propio en el año 1799 colocando en el frontispicio de su casa el blasón correspondiente a su apellido. La consiguió para sí y sus hijos: Ángel Miguel Joaquín, José Joaquín, Juan Manuel, Ramón Luis Fausto y María Manuela de Zúñiga y Ruíz, vecinos todos ellos de Cárcar.
Miguel Ángel, el padre, era hijo de Diego y María Cecilia Martínez de Cárcar y se había casado en Cárcar el día 27 de marzo de 1776 con María Joaquina Ruíz y Teruel, hija de Martín Ruíz y Teruel y María Ángela Teruel y Sádaba. El solar primitivo de Zúñiga procedía de la villa navarra de Zúñiga, valle de la Solana, en la Merindad de Estella. Ya se cita en algunos documentos del año 1356. Este entronque procede al parecer de antiguos reyes de Pamplona, tales como Iñigo Jiménez Arista, García Iñiguez y Fortún García y ligado también al palacio de Cidamón en La Rioja y a sus propietarios los Manso de Zúñiga. 

La casa de los Zúñiga se encuentra situada en la calle Ontanilla y su piedra armera "presenta faunos portantes y corona abierta por timbre, y su campo orlado de cadenas está terciado en banda por una cinta plegada" (Catálogo Monumental de Navarra, tomo II)

El apellido está totalmente desaparecido en Cárcar desde hace décadas.

PAGOLA 

El apellido Pagola no tiene en Cárcar escudo heráldico que se conozca, pero uno de sus miembros lo pidió para sí y los suyos estando ya residiendo en Pamplona, apoyándose en un antepasado. Este antepasado era Íñigo de Pagola, que, avecindado en Andosilla, había obtenido sentencia de hidalguía en la Real Corte de Navarra el 29 de julio de 1569 y usó de ese linaje por ser originario del palacio de Beretereche en Mendieta, Vizcondado de Mauleón en Francia. 
Íñigo de Pagola casó en Andosilla con María del Valle. Un hijo de estos, Francisco de Pagola y del Valle, casó con Isabel de Lapedriza, vecinos también de Andosilla. El sucesor, Miguel de Pagola y Lapedriza, casó en Cárcar en 1634 con María Martínez, avecindándose ya en este población; uno de los hijos, Ignacio de Pagola y Martínez, casa en Cárcar con Josepha Miguel de Bolinaga en 1660. Tuvieron a Francisco de Pagola y Miguel que casó en Lodosa 1761 con Isabel de Alargunsoro y se instalaron en Cárcar. Uno de los hijos de este matrimonio será José Fernando de Pagola Alargunsoro que fue alcalde de la Real Corte de Navarra. Casó con Alberta de Garzarón y se avecindaron en Pamplona. Uno de los hijos de este matrimonio, José de Pagola y Garzarón, que fue Oidor de la Real Audiencia de Granada, en tiempos de Carlos III, reclamó su derecho de hidalguía por descender de aquel Iñigo de Pagola, su quinto abuelo.  
Trae en su escudo campo de sinople y en él una sierpe que sale de un pozo con dos alas abiertas y lengua de gules, con la cola enroscada y salpicada de plata y sable, que pendería sobre la fachada de su casa en Pamplona. El apellido Pagola siguió en Cárcar por otras ramas y continúa vigente a día de hoy.

ARAGÓN

Escudo de los Aragón que pasaron a Navarra. Foto tomada del libro Linajes de Navarra con Escudos de Armas, de Aurelio Erdozáin

 El apellido Aragón procede de un importante linaje de la Real Casa de Aragón. En Sádaba existía una casa solariega en la calle Mayor con el escudo de armas de los Aragón. Eran infanzones. Una rama de estos pasó a Navarra, y entre otras poblaciones se asentó en Cárcar. 
No puedo asegurar quien fue el primer individuo o familia con apellido Aragón que llegó a Cárcar pero ya en el año 1584 nacía en esta María de Aragón y Martínez, hija de Diego de Aragón y Albina Martínez. En 1612, María de Aragón casa también en Cárcar con Pedro de Aguirre. En 1622, Sebastián de Aragón, que sería otro hijo de Diego y Albina, se casa también en Cárcar con María de Sádaba y tuvieron en 1625 a Domingo de Aragón. A partir de ahí el apellido se extiende en el pueblo por generaciones entre los siglos XVII y XVIII hasta desaparecer en el XIX. Es más que probable que tuvieran escudo de armas en la casa paterna. Este sería un escudo partido y semicortado: 1º en campo de oro, cuatro cabezas de reyes, 2º en gules, dos caballeros armados, gravadas sus armas y 3º, en oro, cuatro palos de gules.
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Existían al menos dos casas armeras más que se derribaron en la década de los setenta del siglo pasado. Una de ellas era la casa que albergó al mítico Café Lorente; la otra, situada en la calle Monte, era la casa de Eulogio Pardo. Ambas lucían sendos escudos heráldicos que desaparecieron al ser los edificios demolidos para construir sobre ellos. Hay indicios de que las piedras armeras no se perdieron y estoy en la tarea de conseguir identificar cuales eran esos escudos y a que apellidos correspondían. Dado el caso, lo agregaré a este trabajo. Tú, que estás leyendo esto, si tienes fotos donde aparezcan o información sobre ello, apelo a tu colaboración.
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OTROS EDIFICIOS HISTÓRICOS

Existen también otras casas en Cárcar, que sin ostentar en su fachada un escudo heráldico denotan un pasado de abolengo. Buena parte de ellas se sitúan en la calle Mayor; son casas barrocas de mampostería con verdugadas de ladrillo que se elevan en dos o tres cuerpos. El Catálogo Monumental de Navarra cita algunas de ellas. 
Hacia la mitad de la calle Mayor destaca un edificio de ladrillo que data del siglo XVI (es el edificio civil más antiguo) y consta de dos cuerpos y un ático, articulado por una galería de pequeños arcos o arquillos. 

Esta sería la fachada más antigua de arquitectura civil de Cárcar. Calle Mayor

También la casa de los Pagola-Franco (hoy desaparecida), era una amplia casona del siglo XVII de aspecto noble con dos cuerpos y un ático; el segundo cuerpo presentaba cinco balcones en su fachada. En la trasera del edificio había un molturador de aceituna. 

Casa de los Pagola Franco antes de ser derribada y que bien pudo ser la casa madre de los Pagola arriba citados. Calle Mayor. Foto: Catálogo Monumental de Navarra

En la calle Marín Sola, antes Plazuela, además de la casona de los López Bailo, se encuentra un edificio de ladrillo del siglo XVII que consta de dos cuerpos y un ático con un gran alero de madera sobre ménsulas talladas. 

Edificio en la Plaza Marín Sola en su estado actual




 Ménsulas talladas en dicho edificio de la Plaza Marín Sola

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Hay otras casas antiguas de ladrillo merecedoras de mención. Unas se conservan todavía, otras desaparecieron, dos de ellas muy recientemente. Todas se hicieron con tanta solidez que han soportado con mucha dignidad el paso del tiempo.
 
Casa de los Ágreda. Edificio de la Calle Mayor del siglo XVIII, recientemente derribado y desaparecido


Estos tres edificios de la Calle Monte constituyeron en principio una misma vivienda. Disponía de capilla. Es muy probable que perteneciera a la familia Solabre

Uno de estos edificios luce en su fachada una enigmática cruz de madera

Al principio de la calle Monte hay una que, dicen, que para su construcción se empleó vino, en una cosecha en la que este se agrió y vieron así una forma de darle salida.
 
Trasera de la primera casa que linda con el ayuntamiento 

He mencionado solo algunas de ellas; hay unas cuantas mas. Todas ellas son casas que contribuyeron, junto con el resto de construcción mas humilde, a conformar la fisonomía del pueblo y que merecen especial atención y adecuada conservación. 

Investigación y redacción: María Rosario López Oscoz