El ser humano transita por el mundo a través de caminos y carreteras que él mismo va trazando, tendiendo a su vez puentes para salvar obstáculos. Antiguamente las carreteras no eran como hoy las conocemos, eran caminos, en muchos casos sendas, que se fueron adaptando a los tiempos y a las necesidades que traía la evolución.
Operarios aplicando brea al firme del puente de hierro. Fuente: Foto de Archivo Administrativo de Navarra y contraportada del libro "Cárcar, Historia, Vocabulario y Plantas" de Eduardo Mateo y otros. Año 2002
Cárcar también sufrió progresivos cambios en el trazado de sus vías de transito. A pesar de que la comunicación con los pueblos limítrofes estaba garantizada se hacía necesario también acceder al regadío por una ruta rápida que obligaba a cruzar el rio Ega. Es por eso que se fueron tendiendo sobre el río sencillos y sucesivos puentes de madera, ni demasiado seguros, ni demasiado duraderos, pues las avenidas del agua en tiempos de crecidas se los llevaron por delante en no pocas ocasiones.
Conforme los tiempos fueron cambiando Cárcar vio la necesidad de sustituir el puente de madera por otro más seguro y moderno. Así lo solicitó su ayuntamiento a la administración foral en repetidas ocasiones hasta conseguir que en febrero del año 1897 la Dirección de Caminos presentara un proyecto a la Diputación Foral de Navarra para su aprobación. El proyecto incluía además la construcción de un camino que conectara a través del puente con la Venta de Cárcar, abriendo así un ramal que enlazaba con la carretera Estella-Calahorra. Este camino que tendría una extensión de dos kilómetros y medio, junto con el montante estimado para la construcción del puente, supondría un coste previsto de algo más de cuarenta y seis mil pesetas, repartidas de la siguiente manera: 25. 424 pesetas para el puente y el resto para el camino.
La empresa barcelonesa La Maquinista Terrestre y Marítima S.A. se encargaría de construir el puente que tendría una longitud de 25,70 metros de largo por un ancho entre ejes de 3,70 metros y un soporte de carga de 30 toneladas.
La estructura sería metálica y ensamblada con dos vigas de hierro principales de 3,70 metros de alto, dividido en nueve recuadros en aspa de las llamadas cruces de San Andrés, de 2,80 metros cada una. La obra estuvo terminada para los primeros meses del año 1898.
Foto antigua donde se ve pueden ver el puente metálico y la empresa "Conservas Cárcar". Ni puente, ni conservera, ni personaje a caballo, ni pollino, existen ya. Solo la casa a la izquierda de la foto. Fuente: Foto del Archivo Administrativo de Navarra y contraportada del libro "Cárcar, Historia, Vocabulario y Plantas" de Eduardo Mateo y otros. Año 2002.
El nuevo puente quedó inaugurado al transito para regocijo de los carcareses y mejora de todos los usuarios, lo que suponía un avance notable en las comunicaciones. A partir de ese momento los agricultores accedían a sus huertas cómodamente y se facilitaba la comunicación hacía Lerín y Estella para los que venían de la parte de Lodosa y los que lo hacían desde la carretera de Planillos.
Este puente se mantuvo en pie setenta y cuatro años. De aquellos vehículos de tracción animal de finales del siglo XIX se fueron añadiendo otros a motor de mayor potencia, peso y anchura, por lo que atravesar el puente entrañaba cada vez mayor dificultad. También los camiones transportaban cada vez mayor carga que desgastaba la estructura del puente. Luego estaba la incomodidad para los camiones de gran tonelaje al verse obligados a buscar rutas alternativas con la consiguiente pérdida de tiempo y esta vía de comunicación fue quedando cada vez más aislaba.
Es por eso que setenta y cuatro años después se pensó en sustituir el puente por otro más ancho y que soportara mayor tonelaje. Esta vez el hormigón pretensado sustituiría al hierro. Se construyó entre los año 1971-72 justo al lado del vigente, con un coste que rondó los tres millones de pesetas. La inauguración del mismo se demoró dos meses sobre la fecha prevista mientras el viejo puente seguía abierto al tráfico, excepto, como se ha dicho, para camiones de gran tonelaje. Pero no todos los transportistas hicieron caso de la prohibición. Ello provocó que el día 27 de junio de 1972, pocos días antes estar listo e inaugurado el nuevo puente, que estaba a falta de su asfaltado, un camión de cuatro ejes, marca Pegaso y procedente de Féculas (Lodosa), cargado de abono y sobrepasando en mucho el peso permitido, hizo que el viejo puente de hierro cediera a su paso, provocando que camión y puente cayeran al río. Afortunadamente el conductor salió ileso al quedar la cabina del camión semi hundida en las aguas del Ega.
Dos días más tarde el Diario de Navarra se hizo eco del suceso, y añadía este párrafo final a la crónica: “Como dato anecdótico diremos que el labrador local don Fructuoso Izal, que recogía espárragos en la proximidades del lugar cuando el puente se hundió, ha sido el único habitante de Cárcar que ha visto pasar al primero y al último camión sobre la obra destruida”. Y es que el señor Fructuoso tenia seis años cuando aquel puente de hierro se inauguró. En la crónica dice que era agricultor, pero fue principalmente pastor y propietario de ganado lanar y cabrío.
La carretera se cortó al tráfico por un tiempo hasta quedar terminado el nuevo puente de hormigón que es el que se mantiene actualmente.
MARÍA ROSARIO LÓPEZ OSCOZ