lunes, 20 de enero de 2025

FORTUNATO FORTÚN, político y hacendado



Fortunato Fortún. Fotografía: Leandro Desages. Año 1867

Este personaje se encuadraría dentro del apartado de: políticos de Cárcar. Un político al que le tocó además gestionar una importante fortuna. Su nombre, FORTUNATO FORTÚN SOTO

Nacido en Cárcar el 15 de octubre del año 1819, era hijo de Domingo Antonio Fortún Hernández y Agustina Soto Hernández. Su abuelo, Francisco Fortún Juaniz, era natural de Sesma y fue médico en las localidades de Allo, Eslava, Andosilla y Cárcar; en esta última conoció a Josefa Hernández con la que se casó en el año 1773. El padre de Fortunato fue alcalde de Cárcar y de profesión escribano real, y escribanos fueron también, por parte materna, su abuelo y su bisabuelo, ambos de nombre Agustín. 

Tenía al menos Fortunato cuatro hermanos pero de ellos solo sobrevivieron Juan Antonio y Braulia. Juan Antonio casó en Cárcar con Ángela Pardo, y una de sus hijas, Eleuteria, casó a su vez con un tío suyo Anacleto Pardo Zúñiga, un alto mando militar ya visto en este blog.  Uno de los hijos de Juan Antonio fue secretario del ayuntamiento de Lerín durante muchos años, al igual que su nieto. Por su parte, Braulia, casó con Carlos Urra Jordán, cuñado de Manuel Irujo (político y abogado estellés).

Domingo Antonio y Agustina, los padres de Fortunato, dejaron al morir un nada desdeñable  patrimonio que fue repartido entre los tres hijos, por lo que Fortunato ya disponía de cierto caudal y tierras cuando se casó en 1840 con Rufina Ágreda Corroza (Cárcar, 1817), hija de Manuel Ángel de Ágreda y Arellano y de Joaquina Corroza y Santo Domingo. Pero Rufina iba a aportar al matrimonio años después una fortuna mucho mayor, ya que el padre de ésta era dueño del mayorazgo Navarro-Tafalla, que había heredado a su vez de su progenitor Manuel Mateo de Ágreda y Gil, un vasto patrimonio que abarcaba los señoríos de Gorráiz y Sarriguren (con sus respectivos palacios), tierras en Olite, Puente la Reina y otros lugares, además de las posesiones en Cárcar y Andosilla. A la muerte de Manuel Ángel de Ágreda, ocurrida en 1855, la herencia se repartió entre sus dos hijas, Rufina y Benigna. Al menos en la parte que respecta a los señoríos de Sarriguren y Gorráiz, Rufina, que era la hermana mayor, recibía tres cuartas partes, y Benigna la parte restante. 

Portada barroca del palacio Navarro Tafalla. Foto: Galle. Año1925. Fuente: Portal Digital de la Cultura Navarra

También recibía Rufina la casa-palacio Navarro Tafalla, situada en la calle Zapatería de Pamplona (actual sede del PNV), con más de 500 metros cuadrados de planta; una gran finca (también en Pamplona), diferente patrimonio en Monreal y Undiano, una corraliza, abundantes fincas en Cárcar y otros bienes más componían su patrimonio.  La mayor parte de este le había sido legado a la bisabuela paterna de Rufina, María Zita Gil Navarro, esposa de Manuel Mateo Ágreda, y tenía su origen en un antepasado indiano llamado Juan Francisco Navarro Tafalla, natural de Mélida. 
Asegura Fernando Hualde (Pamplona, 1961) que el palacio de Gorráiz lo compró este indiano por la cantidad de 17.800 ducados. 

Palacio de Gorráiz. Foto: Charo L. Oscoz

Así que, al morir el padre, heredaba Rufina todo este ingente patrimonio que fue gestionado por Fortunato, como consorte, incrementándolo aún más gracias a las inversiones que hizo al comprar tierras provenientes de la desamortización civil, especialmente en Cárcar y Andosilla. Pero también le tocó afrontar grandes desembolsos. El citado palacio de la calle Zapatería de  Pamplona sufrió en 1862 un incendio, y de su restauración, tanto del inmueble como de su ornato, se hizo cargo Fortunato, lo que le supuso un gran desembolso de dinero. Esto, unido a otras quiebras en los negocios provocó que con el tiempo este patrimonio fuera mermando. 

Según se desprende del Diccionario Biográfico de los Diputados Forales de Navarra (1840-1931), escrito por Ángel García-Sanz, estos negocios se centraban principalmente en las fuertes inversiones que Fortunato realizó en el ferrocarril Bilbao-Castejón y el fracaso de esta empresa provocó también la merma de buena parte de su caudal. Al año de fallecer Fortunato, Rufina, su mujer, vendió a la familia Uranga sus tres cuartas partes correspondientes a Gorráiz y Sarriguren.

Iglesia San Esteban de Gorráiz. Foto: Charo L. Oscoz

Pero eso supone adelantar en unos años la cronología. En los primeros años de matrimonio la pareja Fortún Ágreda se asentó en Cárcar en la casa materna de Rufina (la casa de los Corroza-San Juan), situada en el número 22 de la calle Mayor, una casa palacio construida en el siglo XVIII. 

Casa familiar de Rufina y Fortunato en Cárcar con los escudos heráldicos de los Corroza y San Juan. Foto: Charo L. Oscoz

Durante todo ese tiempo Fortunato trabajó como depositario en el Ayuntamiento de Cárcar, y la mayor parte de los hijos nacieron también en el pueblo: Luciano (1841), Juana Anacleta (1843), Alberto Pío (1845), Anselmo (1847), Gervasio José Ramón (1849) y Tiburcio Juan Antonio (1850). Ulpiano nacerá ya en Pamplona en 1852, y también María de los Dolores Pilar, que lo hizo en 1854, pero Inocencia, la última de esta numerosa prole, vendrá a nacer de nuevo a Cárcar en el año 1856, aunque la familia continuaba viviendo en Pamplona. 

En 1858 se presentó Fortunato a las elecciones provinciales a diputado, pero no obtuvo los votos suficientes. Entró no obstante a formar parte del consistorio de Pamplona y desde el año 1862 será concejal y tercer teniente de alcalde de su Ayuntamiento. En noviembre del año siguiente se presentó de nuevo a las elecciones a diputado foral, y aunque tuvo que esperar a una segunda ronda, esta vez sí salió elegido. Así, en enero de 1864 era ya diputado, cargo del que saldrá reelegido en el año 1866. 

Fortunato Fortún en 1866. Detalle

Retrato de los diputados forales de Navarra tras su renovación parcial en enero de 1866. Fortunato Fortún sentado el primero por la derecha. Autor de la fotografía, Leandro Desages. Año 1867. Fuente: Archivo Real y General de Navarra. 

En su cargo de diputado le tocó gestionar una importante iniciativa que al final no se logró materializar. A saber. Durante siglos el monasterio de Leyre había albergado las tumbas de los primeros reyes de Navarra, pero en la desamortización de Mendizábal de 1836, el monasterio quedó abandonado y utilizado como refugio de pastores. En 1863 esas tumbas fueron profanadas quedando los huesos reales esparcidos por el suelo. El párroco y el alcalde de Yesa de aquel momento los recogieron y los depositaron en la iglesia del pueblo con objeto de salvaguardarlos en espera de su definitiva ubicación. Sabedor de esto Manuel Mercader, canónigo de la Catedral de Pamplona y posterior obispo de Menorca, convenció a Fortún de la conveniencia de que descansaran estos restos en la catedral de Pamplona junto  a los demás reyes que allí reposan “trabajemos todos por un acto que interesa a la Religión y a las glorias de este nobilísimo país”, le llegaría a decir por carta Mercader a Fortún. 

Este, interesado por la petición de Mercader, presentó una propuesta a la Diputación  en sesión celebrada el 23 de mayo de 1865, petición que fue aprobada por unanimidad. Canónigo y diputado mantuvieron a partir de ese momento una regular relación epistolar al objeto de materializar la idea, y todos los preparativos iban por buen camino. Se reunió Fortún con el gobernador civil y con el obispo, y hasta la propia Isabel II se comprometió verbalmente en asistir a la ceremonia, coincidiendo con la vuelta de sus vacaciones estivales en Vascongadas. Todo estaba pues dispuesto, pero todo se frustró cuando el 13 de agosto del año 1865, justo en las fechas programadas, fallecía su alteza real don Francisco de Paula, tío y suegro a la vez de Isabel II. Así que tan regio evento, no solo se suspendió, sino que ya nunca se llegó a materializar. El historiador José Javier Azanza lo expresaría de esta manera: “Ni los reyes vivos, ni los reyes muertos, acudieron a su cita al abrigo de las bóvedas de la seo iruñesa”. Todos los trabajos y afanes de Fortunato y Mercader se esfumaron inesperadamente.

Salón del trono del Palacio de Navarra. Fuente: Gran Enciclopedia Navarra

También sería Fortún el encargado de supervisar la decoración del salón del trono y otras dependencias del nuevo Palacio de Navarra, sede de la Diputación Foral que hoy en día se pueden seguir admirando.

El 8 de enero del año 1874 Fortún vuelve a ser diputado, representando al partido liberal moderado, pero esta vez nombrado por el gobernador civil de Navarra. García-Sanz Marcotegui dice del diputado carcarés que, “tres días más tarde firmó la circular de la Diputación a los navarros, en la que aseguraba que en la situación de guerra civil  que se vivía su única bandera era la de "Paz y Fueros".  Era la Tercer Guerra Carlista. 

Posteriormente, Fortún se pasó al partido conservador de Cánovas del Castillo. En 1875 volverá a ser de nuevo diputado, designado otra vez por el gobernador civil.
 
Representantes de la corporación foral de Navarra con delegados de las diputaciones forales de Álava, Guipúzcoa y Vizcaya que asistieron a la Exposición Agrícola Provincial que se celebraba en Pamplona. Fortunato Fortún es el segundo por la izquierda, de pie. Año 1867. Fotógrafo: Leandro Desages

Dos años más tarde, en 1877, formó parte de la corporación que se ocupó de negociar el Convenio Económico con el Estado, un convenio que salvaguardaba la autonomía fiscal de Navarra, conocido como Convenio de Tejada-Valdosera.

El día 6 de marzo del año 1880, moría Fortunato en su pueblo natal de Cárcar, a la edad de sesenta años y reinando en España el rey Alfonso XII.

MARÍA ROSARIO LÓPEZ OSCOZ
ENERO DE 2025

FUENTES: 
-Azanza López, J. J. (2011). El traslado de los reyes navarros a la catedral de Pamplona (1865-1866).: Arte y artistas para una ceremonia frustrada. Anuario Del Departamento De Historia Y Teoría Del Arte, 23, 163–182. pag. 165 https://doi.org/10.15366/anuario2011.23.008 

 -DE LA TORRE Joseba. Los campesinos navarros en la guerra napoleónica. Año 1991 capítulo 6: BALANCE DE LA DESAMORTIZACION: CAMBIOS Y PERMANENCIAS. PAG. 231  https://www.mapa.gob.es/ministerio/pags/biblioteca/fondo/pdf/2728_9.pdf

-GARCÍA-SANZ MARCOTEGUI Ángel. Diccionario biográfico de los diputados forales de Navarra (1840-1931). año 1997. pags. 210 a 213

-HUALDE Fernando. Diario de Noticias, 25 de enero de 2004 https://despobladosnavarra.blogspot.com/2009/10/gorraiz-egues.html

-MATEO Eduardo, FORTÚN Luis Javier, DÍAZ DE RADA Juan Antonio, PARDO Carmen. CÁRCAR, Historia, Vocabulario y Plantas. Personajes ilustres nacidos en Cárcar. 2002. Págs. 145-46 

-familysearch.org

-https://portalcultura.navarra.es/Record/archivo-277131330
https://www.navarra.es/home_es/Temas/Turismo+ocio+y+cultura/Archivos/Programas/Archivo+Abierto/Documentos/Corporacion-foral-de-Navarra-con-el-gobernador-civil-de-la-provincia-presidente-honorario-tras-su-renovacion-parcial-en-enero-de-1866_sBo4tiRndu—0mVLVQbQBA

https://www.navarra.es/home_es/Temas/Turismo+ocio+y+cultura/Archivos/Programas/Archivo+Abierto/Documentos/Representantes-de-la-corporacion-foral-de-Navarra-con-delegados-de-las-diputaciones-forales-de-Alava-Guipuzcoa-y-Vicaya-asistentes-a-la-Exposicion-Agricola-Provincial-celebrada-en-Pamplona_hg7qRldXA3PKtqla7fhNMQ

-https://es.wikipedia.org/wiki/Palacio_Navarro_Tafalla