lunes, 28 de septiembre de 2020

SALVADOR ORDOÑEZ, MAGISTRAL DE SANTANDER. Los Ordoñez Abadía (I)


Retrato de Salvador Ordoñez. Foto: La Avalancha, Revista Ilustrada. Nº 141

Hay en Cárcar una vía urbana que desde el año 1928 se le denomina, Avenida Salvador Ordoñez, y estoy segura de que más de uno se habrá preguntado al atravesarla quien sería ese señor. A las personas más mayores del pueblo posiblemente les suene que este era un eclesiástico que tenía la dignidad de Magistral de la Catedral de Santander, pero, aparte de eso, poco o nada más. Intentando ahora hacer un rastreo documental sobre este paisano, para añadirlo a este blog, me he topado con interesantes datos, y no solamente referidos él.

Placa calle Salvador Ordoñez. Cárcar. Foto: Miriam Colás

Intentando seguir un poco ordenadamente la historia de los Ordoñez debo empezar por los padres. Estos se llamaban Ramón Eulalio Ordoñez Cuadrado, que era natural de Mendavia, y Agapita Petra Abadía Goya, nacida en Sesma. El matrimonio se había casado en Fitero el día 4 de diciembre del año 1837 -teniendo Ramón en ese momento ya 35 años de edad-, y en este pueblo nació el día 1 de enero del año 1839 el primero de los hijos, al que pusieron por nombre Manuel María

Viendo la edad del padre al casarse, unida a la trayectoria futura de alguno estos hijos creo no equivocarme si digo que Ramón, el cabeza de familia, era farmacéutico de profesión y dejaría Fitero hacia el año 1840 para hacerse cargo de la farmacia de Cárcar. Estando ya viviendo en Cárcar nacerán el resto de los hijos. El día 20 de mayo del año 1841 lo hará Salvador Bernardino, seguido de Narcisa Margarita (Cárcar, 29-10-1843), Críspulo Manuel (Cárcar, 10-6-1846) y, finalmente, Anastasio, que, como los anteriores nace en Cárcar el día 27-4-1848. Todos ellos, desde los padres hasta los hijos, incluso estando estos últimos en edad párvula, constaban en las matriculas parroquiales con el tratamiento de don, lo que ya denota que el padre gozaba de una dignidad propia de gente de carrera y de las fuerzas vivas locales.

De Manuel, el hijo mayor, no he encontrado rastro a partir del año 1853, y posiblemente no llegó a adulto; de los otros tres hijos varones espero dar cumplida cuenta, aunque de momento este post solo estará dedicado a Salvador; de Críspulo y Anastasio me detendré en capítulo aparte. 

Salvador empezó pisando fuerte y llegó lejos, tanto, que en el año 1928 el Ayuntamiento de Cárcar le dedicó una calle. El día en que se celebró el evento Eulogio Martínez, párroco de Andosilla, dirá sobre Salvador estos versos:
¿Y quién fue D. Salvador?
Una lumbrera en el Cielo.
De la Iglesia nuestra Madre
un orador de altos vuelos,
Magistral de Santander
y en consecuencia, por eso,
llevó consigo a Castilla
la hidalguía de su pueblo.

Cabría pues ahora preguntarse por el modo en el que Salvador llegó a ser lo que vienen a reflejar estos versos, y para eso habría que remontarse a su infancia. Debió de ser el muchacho un alumno aventajado en la escuela de Cárcar, su pueblo, y los padres, don Ramón y doña Agapita verían con ilusión que el chico afrontaba su formación sin problemas.   Salvador pronto descubre su vocación al sacerdocio. Del discernimiento vocacional primero  tuvo que estar muy al tanto sin duda un sacerdote que desde hacía poco se había incorporado al cabildo local de la iglesia parroquial San Miguel de Cárcar llamado Ramón Fernández de Piérola y López de Luzuriaga. Este sacerdote, que llegaba a Cárcar recién ordenado, era natural de la pequeña población navarra de Otiñano, y Cárcar era su primer destino. La trayectoria de este sacerdote marcará también de algún modo la de Salvador, y nada entonces hacía pensar que aquel joven presbítero llegaría con el tiempo a ser obispo de las ciudades de La Habana, Ávila y Vitoria      
En el año 1855, y estando todavía Fernández de Piérola realizando su ministerio en Cárcar, la población se vio azotada por un nuevo brote de cólera morbo asiático. Hasta 93 personas murieron aquí  ese verano, siendo especialmente perjudicados los niños, aunque también fueron numerosos los adultos que sucumbieron al azote de esta letal bacteria. El mismo párroco, Bernardo Sádaba, murió infectado en el ejercicio de sus funciones, por lo que don Ramón y el resto de sacerdotes del cabildo tuvieron que suplir su ausencia y procurar que nos les faltaran los auxilios espirituales a los moribundos, ni a ninguno de los que habían sido infectados.

Fernández de Piérola permaneció en Cárcar solo hasta el año siguiente, 1856, en que fue destinado a Puente la Reina. Posteriormente seguirá una vasta formación y será profesor de Teología en los Seminario de Pamplona y Toledo. En estos lugares se encontrará de nuevo con Salvador, nuestro aspirante a cura de almas, ya que para el año 1854, y con trece años de edad, ingresa el joven en el Seminario de Pamplona donde empieza sus estudios eclesiásticos, que concluye en el año 1863 con unas calificaciones de sobresaliente en todas las asignaturas. Al año siguiente, con apenas veintitrés años se ordena sacerdote en Pamplona y, seguramente aconsejado por el mismo don Ramón que le habría estado dando clases en ese Seminario, se traslada al Seminario Central de Toledo siguiendo así los pasos de su mentor que ya se encontraba allí impartiendo clases. Salvador cursa el grado de Bachiller en Toledo y se licencia en Teología con calificaciones nemine discrepante. Según el periódico La Esperanza del día 8 de febrero del año 1868 consigue la parroquia de El Villar de Arnedo, por lo que, al menos por unos años ejerció la cura de almas en un entorno rural.

Con veintinueve años ya estaba Salvador opositando para acceder a un puesto relevante en la iglesia catedral de Santander, aunque en ese momento no lo consigue, sino años después en que lo vuelve a intentar tras producirse una vacante de Magistral en la citada catedral. Y así es nombrado Canónigo Magistral de la Catedral de Santander el día 27 de enero del año 1872. El cargo de Canónigo Magistral de una catedral viene a ser el de predicador en esa catedral, lo que le hacía especialmente visible e influyente.

Continúa por eso estudiando, y para el año 1875 se doctora en Teología; al año siguiente también lo hará en Derecho Canónico;

Catedral de Santander. Foto: arteguias.com

Eran años de guerra; la tercera guerra carlista estaba a punto de estallar y el mismo P. Ordoñez siendo declarado de ideario carlista, y dicen que debido a su carácter, fue perseguido: “perseguido por energías, aunque delicadas y corteses” y tuvo que salir de la ciudad de Santander para recabar en la Universidad guipuzcoana de Oñate (la primera y única universidad que había entonces en el País Vasco); aquí, como Catedrático que era, será nombrado Decano de la Facultad de Teología además de Vicerrector,  mientras el período en que ésta estuvo controlada por los carlistas (cursos 1874-76). En esta universidad leyó el 26 de diciembre del año 1874 el discurso inaugural de la apertura solemne de dicho curso, que versaba sobre el pasado y el presente de este centro. “Presidió el acto personalmente Carlos VI que llegó acompañado de su Estado Mayor, con el Cuartel Real, montando un caballo blanco hasta la puerta de la Universidad”.

Portada discurso que leyó Salvador Ordoñez en la Universidad de Oñate ante el rey Carlos VII. Foto: Biblioteca Koldo Michelena

En el año 1879 Fernández de Piérola es nombrado obispo de La Habana; precisaba  por lo tanto formar su equipo de gobierno y necesitaba especialmente de una persona de su entera confianza para que le asistiera de manera estrecha; bien conocedor de la valía de Salvador Ordoñez, y siendo este ya para entonces Doctor en Teología y Cánones, del que se decía que destacaba “por sus asombrosos conocimientos y su arrebatada elocuencia”, lo llamó para acompañarle en calidad Secretario personal de Cámara y Gobierno.  Llegaron al año siguiente a Cuba donde el obispo navarro tomó posesión de su cargo. Según algunas fuentes este obispo se mostró especialmente exigente y celoso en las atribuciones propias de su dignidad. A su llegada a Cuba –seguido, claro está por Ordoñez y parte de su séquito-, visitó toda la diócesis. Hizo este obispo importantes innovaciones y cambios en la Iglesia cubana; facilitó y fomentó la llegada a la isla de varias congregaciones religiosas como los Carmelitas, los Franciscanos y los Hermanos de las Escuelas Cristianas. Abrió escuelas atendidas por diversas congregaciones, ente las que se encontraban las de San Vicente Paul, y movilizó misiones y ejercicios espirituales. En el año 1886 Fernández de Piérola viaja a Roma para hacer ante el Papa León XIII la visita ad limina apostolorum, acompañado también seguramente por el P. Ordoñez. Para el año siguiente (1887) el obispo es llamado a ocupar la sede de Ávila y regresa a España. Por su parte, Salvador, se incorporó a su anterior puesto de Magistral de Santander.

Monseñor Ramón Fernández de Piérola. Foto: La Hormiga de Oro, Ilustración Católica. Nº 6. Año 1904

Estando ya en su Diócesis santanderina fue encargado por la Junta de Gobierno de Roma para que preparara el Jubileo Sacerdotal que promovió el Papa León XIII, destacándose en esta tarea de tal modo y celo que mereció una condecoración exclusivamente creada al efecto por este Papa.

A todos estos cargos que a lo largo de su vida desempeñó este sacerdote carcarés habría que añadir también el de Director y Redactor del Boletín Oficial Eclesiástico de la Diócesis de Santander.

Salvador Ordoñez murió en la ciudad de Santander el día 2 de diciembre del año 1900 a los 59 años de edad como así lo reflejaba el periódico La Atalaya del día siguiente.
 
Nota aparecida en el diario La Atalaya de Santander el día 3 de diciembre de 1900

Viendo la trayectoria de Salvador, y sabiendo que este se había ausentado de Cárcar desde muy joven, podría pensarse que se hallaba desvinculado de su pueblo natal, pero no fue así; Ordoñez volvía periódicamente a visitarlo y tenía aquí sus amistades. En sus visitas se alojaba en la casa de Francisco Jáuregui y Ambrosia López Baylo (actual casa de la familia Pardo-Diaz de Rada). Allí coincidía en más de una ocasión con Micaela Zumalacárregui (la hija del General) cuando esta venía también a Cárcar a visitar a sus tíos, ya que estos eran precisamente Francisco y Ambrosia, de modo que ambos se alojaban en la misma casa. Gracias a una carta que el párroco de Cárcar, Alejo Aranáz, dirige a Eusebio Zubizarreta, primo y heredero de los bienes de Micaela, tenemos estas jugosas noticias de Salvador. La carta está fechada en enero del año 1880 y en ella le pide a Eusebio que ya que este se encuentra en Cuba, "si a usted no le sirviera de incomodo, podría hacerle una visita (a Ordoñez) y darle noticias". (como ya sabemos, Ordoñez se encontraba en la isla cubana acompañando al obispo Fernández de Piérola). 
Dice don Alejo que Salvador conocía "muy mucho a Micaela pues venía a parar a casa de Jáuregui"; le cuenta además ciertos detalles sobre él y dice que es "un excelente sacerdote, buen orador; su carácter es algo parecido al andaluz, de modo que para el que no lo conozca parece un poco cargante pero es su natural así desde niño, pero es un pobre muy bueno...". Para conocer mejor quienes eran, tanto Alejo Aranaz como Eusebio Zubizarreta, recomendable visitar el post de este blog dedicado a Micaela Zumalacárregui:
https://legadodecarcar.blogspot.com/2020/02/la-hija-de-zumalacarregui-y-carcar.html.

Como ya he dicho anteriormente, en el año 1928 se le hizo un homenaje a Salvador en su pueblo de Cárcar, dedicándole una calle  y colocando al inicio de la vía una placa conmemorativa con su nombre. Esa placa se mantuvo visible hasta la década de los años sesenta del siglo XX en que fue retirada por encontrarse deteriorada a causa de la erosión. La Avenida Salvador Ordoñez (hoy nombrada como calle) es la principal vía de entrada al pueblo, y 179 años después de su nacimiento vaya aquí mi contribución para la preservación de su memoria.

María Rosario López Oscoz

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Fuentes consultadas:
-Archivo Museo Zumalacárregui
-Archivo parroquial de Cárcar
-DÍAZ DE RADA, Juan Antonio; MATEO  GAMBARTE, Eduardo. Breve Historia Cotidiana del Siglo XX de Cárcar. Pag. 146. Cárcar Historia Vocabulario y Plantas. Eduardo Mateo y otros. 2002. 
-Discurso inaugural apertura del curso 1874 universidad de Oñate. . Tolosa imprenta Real. Año 1875. Biblioteca Alfonso el Sabio 
-Familysearch.org
-La Avalancha. Revista Ilustrada. Nº 141. Pamplona 24-1-1901.
-Librito homenaje a la Madre Isidora. Canto escrito en verso por don Eulogio Martínez. Pag. 51. 
Enrique Tejada Villapadierna. Año 1928. Artes Gráficas, sobrino de Tomás Blasco. Zaragoza 
-RODRIGUEZ DE CORO, francisco. SDB.” Ramón Fernández de Piérola” en la Real Academia de la Historia, Diccionario Biográfico electrónico:  http://dbe.rah.es/biografias/35253/ramon-fernandez-de-pierola-y-lopez-de-luzuriaga

viernes, 11 de septiembre de 2020

JUAN BASTERO LERGA, catedrático de Medicina Legal y Toxicología

Juan Bastero. Foto: Ayuntamiento de Zaragoza. zaragoza.es

Juan Bastero Lerga fue un referente en el campo de la Medicina Legal en Zaragoza. Nació en Cárcar (Navarra) un 12 de junio del año 1861. Fueron sus padres Sebastián Bastero Pérez (Cárcar 20-1-1838) y Bruna Lerga Martínez (Sartaguda, 6-10-1840); los abuelos paternos, Joaquín Bastero Sánchez  y Brígida Pérez Ruíz eran de Cárcar y Lerín respectívamente y en Lerín se habían casado un 3 de marzo del año 1834 para bajar enseguida a vivir a la calle Hospital de Cárcar. Aquí nacieron: Matea, el propio Sebastián, Juan de Mata y Lucio Mauricio. Los abuelos maternos por su parte fueron Venancio Lerga, que era de San Martín de Unx, y Claudia Martínez, natural de Sartaguda, que se afincaron también en Cárcar junto con sus hijos; el último de ellos, Celedonio, nació ya en este pueblo.  


LA FAMILIA BASTERO LERGA

Los padres de Juan (Sebastián y Bruna) se  casaron en Cárcar el día 15 de septiembre del año 1860. Nueve meses después, el 12 de junio del año 1861, nació Juan; tres años más tarde llegó Petra, y en 1866, Benita. Todo apunta a que Petra no llegó a edad adulta. Al poco de nacer Benita, y cuando Juan tenía  apenas cinco años, la familia Bastero Lerga se trasladaron a vivir a Zaragoza; allí nacerán al menos dos hijos más: Joaquín (en 1881)y Pabla.

Una vez en la capital aragonesa Sebastián entró a trabajar de portero en el edificio de la Diputación Provincial, continuando en ese puesto durante muchos años; posteriormente fue conserje de esa misma institución.

La familia arraigó en la capital aragonesa, sin olvidar sus raíces. Ya instalados, la nostalgia y el agradecimiento a su pueblo natal llevó a Sebastián a enviar a la parroquia de Cárcar un cuadro con la imagen de la Virgen del Pilar. El cuadro, con unas dimensiones de un metro y veintitrés cms. de alto, por sesenta cm. de ancho, tiene una inscripción en su base inferior que dice: “Regalo de don Sebastián Bastero”.

Imagen de la Virgen del Pilar que se guarda en la iglesia de Cárcar   

Este cuadro es una litografía que data del siglo XIX hecha en el taller que Eduardo Portabello. Dicho taller abrió con éxito sus puertas en Zaragoza en el año 1870. En un recuadro de esta litografía se puede leer: "Retrato fiel de la Milagrosa Imagen de Nuestra Señora del Pilar venerada en Zaragoza, pintada ante la misma Sagrada Imagen y de sus mismas proporciones".

Detalle del cuadro donde se aprecia el texto. Foto: María Carmen Rubio

Esta imagen de la Pilarica estuvo expuesta durante muchos años en el interior de la iglesia San Miguel de Cárcar. Posteriormente fue a parar al fondo de un baúl, tras alguna reforma, y hoy día se encuentra de nuevo a la vista, en la sacristía.


FORJANDO LA VIDA EN ZARAGOZA

Juan y Joaquín, los hijos varones del matrimonio Bastero-Lerga fueron buenos estudiantes y pronto se advirtieron las capacidades intelectuales de ambos. Joaquín llegó a ser Jefe del Negociado de Beneficencia de la Diputación de Zaragoza recibiendo en 1961 la Medalla al Mérito al Trabajo en la categoría de plata con ramas de roble. También hizo sus pinitos como escritor; publicó y presentó una obra de teatro titulada: “Nuevo ruido de campanas”, obra dramática en dos actos escrita en prosa. Se llegó a estrenar en el año 1908 en el Teatro de la Escuela Católica de Obreros de Zaragoza.

Benita y Pabla, por su parte, se casaron con los hermanos MarianoJuan Pablo Soler Carceller. Mariano fue notario y Decano del Colegio de Abogados de Zaragoza. Ejerció su profesión a lo largo de tres décadas y en 1940 se jubiló forzosamente al tener cumplidos los setenta y cinco años, asignándosele una pensión vitalicia de doce mil pesetas. Juan Pablo Soler, por su parte, el que casó con Pabla, fue doctor en Ciencias Físico Químicas y graduado en Ciencias Naturales; Catedrático de Agricultura del Instituto General Técnico de Zaragoza y Auxiliar por oposición de la Facultad de Ciencias, además de Director de la Estación de Meteorología del Instituto de Huesca.

Los matrimonios Soler-Bastero tuvieron varios hijos y dada la coincidencia de apellidos es posible que se me mezclen al adjudicarlos; aún así, entiendo que al menos Pedro Joaquín (que fue notario de Calacete), y seguramente también Miguel (que se destacó como político), serían hijos de Benita y Mariano; mientras que Ambrosio (médico endocrino), Bruno (médico forense del Juzgado de Instrucción de Tortosa), Pabla (maestra nacional), Salvador y María del Pilar Soler Bastero, serían hijos de Juan Pablo y Pabla; María del Pilar fue licenciada en Medicina por la Universidad de Zaragoza en el año 1931, y se contaría entre las primeras mujeres que pudieron acceder a la Facultad de Medicina de esa Universidad. 

Y queda por mencionar a Juan, personaje central de este trabajo. Juan fue pensionado por la Diputación de Zaragoza y para el año 1879 ya había terminado el bachillerato en Artes. A su finalización ingresó en la Facultad de Medicina de la Universidad zaragozana, licenciándose en 1883 con premio extraordinario. Seis meses después cursó el doctorado en la Universidad Central de Madrid (hoy Complutense), con el discurso: "La Septicemia y la Antisépsis". En el año 1891 se licenció también en Ciencias Físico-Químicas y en 1902 obtuvo la Cátedra de Medicina Legal y Toxicología por la Universidad de Zaragoza, ocupándola hasta su jubilación. Fue también durante un tiempo profesor ayudante de Fisiología. 

En el año 1895 fue nombrado Académico de la Real Academia de Medicina de Zaragoza donde ingresó en el año 1899, con el discurso: "Condiciones especiales del aparato urinario que contribuyen a su finalidad fisiológica en la economía", y por el que obtuvo la medalla número 2. Fue también profesor honorario del Instituto de Medicina Legal de Madrid. 

La fundación de la Real Academia de Ciencias Exactas Físico-Químicas y Naturales data del año 1916 siendo el profesor Bastero fue uno de los miembros fundadores. Otro socio fundador sería el lerinés y catedrático químico, Román Pedro Marcolain San Juan

 

El profesor Bastero dando una lección práctica. Foto: del libro Anales de la Facultad de Medicina. Heraldo de Aragón. Año1920

La actividad del profesor Bastero se centró en la investigación y la docencia y a lo largo de su vida escribió numerosos trabajos científicos de los que (como nota curiosa), acostumbraba a enviar copia  al Ayuntamiento de Cárcar, así como cartas comunicando sus éxitos profesionales, en un guiño de afecto a su pueblo natal.

Destacables son sus trabajos científicos, uno de ellos: "Procedimiento biológico para el reconocimiento médico-legal del origen de las manchas de sangre" (1902), constituyó el quinto ejercicio de las oposiciones a Catedrático de Medicina legal y Toxicología. El grado lo obtuvo por unanimidad en el año 1902. El tribunal que lo examinó estaba presidido por el mismísimo don Santiago Ramón y Cajal. También destacar el discurso de Apertura del Año Académico del curso 1930-31, titulado "Consideraciones Médico-Sociales sobre las Intoxicaciones por el Trabajo y por el Vicio"

Su labor investigadora y docente tampoco se limitó exclusivamente al espacio zaragozano y que se distinguió igualmente como Académico en numerosas sociedades médicas europeas, participando también en los debates médico-legales que surgían en ese momento en España. Su extensa actividad fue acreditada cuando en 1968 el Ministerio de Justicia en reconocimiento a las aportaciones periciales en el ámbito forense puso su nombre al Instituto Anatómico Forense de Zaragoza que pasó desde entonces a llamarse Instituto Anatómico Forense "Bastero Lerga".


Instituto Anatómico Forense Bastero Lerga. Foto: José Luis Ona González

Otra perspectiva del edificio, de arquitectura Modernista. Foto: José Luis Ona

Dicho Instituto se mantuvo en esa ubicación hasta el año 2001 en que fue sustituido por el actual, que se sitúa en el barrio de San Gregorio. De paso perdió también definitivamente el nombre de nuestro catedrático carcarés, a pesar de ser un clásico, que popularmente se le conocía en Zaragoza como "El Bastero Lerga". Aquel viejo edificio pasó a sufrir una llamativa reconversión pasando actualmente a uso infantil. Curiosamente pasó de morgue a ludoteca para niños. 

Fachada principal del antiguo Anatómico Forense Bastero Lerga. Foto: José Luis Ona González

 En su incansable afán  investigador, el profesor Bastero levantó en su momento y en el espacio exterior de la Facultad de Medicina y Ciencias de Zaragoza (justo en el lateral del paraninfo universitario), un jardín toxicológico donde cultivaba y estudiaba personalmente una serie de plantas tóxicas y alucinógenas  que utilizaba después para ilustrar sus clases en la universidad. Algunas de estas plantas eran potentes drogas, como el estramonio, opio, belladona, tártago, ricino, dedalera o hierba loca; todas estas especies y otras más crecían tranquilamente a su cuidado. Ese jardín sucumbió, no obstante, a consecuencia del impacto contaminante de las obras para la construcción de la Gran Vía, allá por el año 1920; a ello se sumó también el impacto ambiental que supuso la recubrición en las inmediaciones del río Huerva, como asegura la investigadora Pilar Laguía Minguillón. 

Una placa quedó como testimonio en el lugar en que estuvo ubicado dicho jardín, y donde se lee: JARDÍN TOXICOLÓGICO BASTERO.

Placa en el lugar donde su ubicó el jardín toxicológico. Foto: cadenaser.com

La labor docente del profesor Bastero, así como sus trabajos científicos, fueron  muy valorados entre sus colegas; en la sección de biografías de la Real Academia de la Historia, asegura Consuelo Miqueo, que sus obras: Los Médicos en cuestiones de Derecho" y "Consejos a los Peritos Médicos" suelen citarse todavía en los cursos y seminarios de deontología médica”;  y su "Cuadro de Inutilidades para el servicio Militar", se ha venido usando durante décadas"

Durante la epidemia del cólera del año 1885, el doctor Bastero fue reconocido por sus aportaciones con la Cruz de Beneficencia. Fue también nombrado Caballero de la Real Orden de Isabel la Católica, distinción que se le otorgó desde el Ministerio de Instrucción y Fomento, y recibió la medalla de Plata de la ciudad de Zaragoza.

Su labor docente acabó en el año 1930, al cumplir los setenta años, momento en el que dio paso a su jubilación.

Juan Bastero Lerga en el año de su jubilación. 1930. Banco de imágenes de la medicina española.

EL DOCTOR BASTERO LERGA y sus descendientes

En el aspecto personal y familiar de este destacado personaje, apuntar que una vez terminó la carrera contrajo matrimonio con una joven natural de San Sebastián, llamada Pilar Beguiristain Castillo, con la que tuvo seis hijos: 

1-María del Pilar Bastero Beguiristain, que fue maestra nacional.

2-Juan Bautista Bastero Beguiristain (Zaragoza, 24-VI-1897). Catedrático de Física y Química Aplicada en la Universidad de Zaragoza desde el año 1943, y Vice-decano y Decano de la Facultad de Veterinaria de dicha Facultad (1950-1963). Profesor Mercantil. Académico electo en 1931 por la Real Academia de Ciencias Exactas, Físico Químicas y Naturales de Zaragoza, para pasar a académico numerario en 1945. Trabajó en intercambios científicos con distintas universidad nacionales y extranjeras y sus trabajos de investigación fueron muy considerados. 

Juan Bautista creó también el Instituto de Cultura Hispánica de Aragón, vinculado al actual Instituto de Cooperación Iberoamericana del que fue además su primer presidente. Fue elegido Teniente de alcalde del Ayuntamiento de Zaragoza y  en ese cargo se le asignó la presidencia de la Comisión de Festejos. Es de señalar que en el año 1940, y en el desempeño de sus funciones, promovió la búsqueda de la primera partitura de la jota aragonesa. Las pesquisas dieron su fruto al hallarse varios villancicos dedicados a la “Pilarica” en el archivo musical de la Basílica del Pilar datados en el año 1661.

Juan Bautista Bastero Beguiristain. Foto: Archivo Ayuntamiento de Zaragoza.

De este modo, Juan Bautista Bastero Beguiristain fundó la  primera Escuela de Jota Aragonesa, unida al Conservatorio Oficial de Música. Esta escuela tenía como cometido enseñar, conservar y fomentar el folclore musical aragonés. Contrajo matrimonio con Carmen Monserrat con la que tuvo cuatro hijos: M.ª del Carmen (Religiosa Misionera del Sagrado Corazón), M.ª del Pilar (maestra de la Institución Teresiana), M.ª Jesús (Religiosa Misionera del Sagrado Corazón) y Juan Jesús Bastero Monserrat, licenciado en Biología y sacerdote Jesuita.


  Juan Jesús Bastero Monserrat. Foto: heraldo.es                                        

En el año 1964 Juan Bautista Bastero Beguiristain pidió la excedencia en la Universidad de Zaragoza para pasar a la de Deusto donde permaneció hasta el año 1967. Murió en Zaragoza el 19 de julio del año 1975.

3-Antonio Isidro Bastero Beguiristain, licenciado y Doctor en Ciencias Químicas por la Universidad de Zaragoza; fue Director Químico de la Aduana de Bilbao. Casó con Alicia López Arruebo y del matrimonio nacieron nueve hijos. Antón, Pilar, María Luisa, Alicia, Juan Ignacio, José María, Jesús, Carlos Javier y Arturo Bastero López.

4-Luis Bastero Beguiristain fue médico titular en Buñuel. Contrajo matrimonio con María Luisa Ramírez de Arellano, natural de Buñuel, con la que tuvo tres hijas: María Dolores, María Luisa y María Pilar Bastero Ramírez de Arellano. En Buñuel ejerció su actividad hasta su jubilación y allí siguió viviendo hasta su muerte en el año 1974. 

5-María Ángeles Bastero Beguiristain.

6-José María Bastero Beguiristain fue profesor titular de Medicina Legal y Toxicología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Zaragoza, además de médico forense del juzgado de 1ª Instancia de la misma ciudad. En julio del año 1963 fundó  el Instituto Anatómico Forense Bastero Lerga,  al que bautizó con ese nombre en honor a su padre, y del que fue su director

José María fue además autor de numerosos trabajos  científicos; entre ellos: “Aspecto médico forense del alcoholismo”. Leyó su tesis doctoral en el año 1940 en la Universidad Complutense de Madrid. Casó con una joven vizcaína llamada María Eulalia de Eleizalde con la que tuvo seis hijos, todos ellos varones, y todos además destacados científicos y académicos. Uno de ellos, José María Bastero de Eleizalde, es Ingeniero Naval e Industrial, Catedrático de la Universidad de Bilbao, Catedrático emérito de Mecánica, Vicerrector y después Rector de la Universidad de Navarra (1996-2005) y Presidente de la Asociación de Amigos de la Universidad de Navarra.

José María Bastero de Eleizalde. Foto: Universidad de Navarra

Juan Luis, gemelo del anterior, también Ingeniero Naval, es sacerdote, doctor en Teología y profesor de Mariología en la Universidad de Navarra, escritor y conferenciante.

   Juan Luis Bastero de Eleizalde. Foto: Universidad de Navarra

Carlos, doctor en Ingeniería Industrial y Catedrático de Mecánica Racional, además de catedrático en Matemáticas, ha ejercido su cátedra en la Universidad del País Vasco y ha sido también Director de la Escuela de Ingeniería de la Universidad de Navarra en San Sebastián. 

Carlos Bastero de Eleizalde. Foto Manuel Castells

Jesús, por su parte, es Catedrático de Matemáticas y colaborador extraordinario de esa asignatura en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Zaragoza. Y por último,  Antonio Bastero de Eleizalde es licenciado en Químicas y sacerdote Escolapio. Fue Rector del Colegio de los Escolapios de Logroño entre los años 1995-99.


Un plantel curricular impresionante el de toda esta larga familia, que surgió a raíz de la decisión del matrimonio Bastero-Lerga, de abandonar aquel año 1866 su Cárcar natal, lo que permitió que sus hijos y los hijos de sus hijos hicieran tan importante y meritoria contribución a la ciencia. La capital zaragozana les acogió y les formó, algo difícil de conseguir de haber permanecido en su pueblo.


JUAN BASTERO LERGA Y CÁRCAR.

Juan nunca dejó que se apagaran sus recuerdos de infancia y su vinculación con su pueblo natal, sentimientos que sin duda trató de transmitir a sus hijos. 

En el año 1928 se hizo en Cárcar un homenaje dedicado a cuatro destacados hijos del pueblo, asignando sendas calles en su memoria y colocándose las correspondientes placas conmemorativas. Entre los homenajeados se encontraba una monja, la Madre Isidora Pérez Arróniz, carcaresa y  Superiora de las Oblatas en Zaragoza, que había muerto en esa ciudad al parecer en olor de santidad. Al acto festivo fueron invitadas numerosas personalidades del ámbito eclesiástico y civil. El profesor Bastero Lerga fue invitado expresamente por el hijo de esta religiosa. Explicar en este caso que la monja tenía un hijo porque Madre Isidora había tomado el hábito tras enviudar, aportando antes un hijo al matrimonio. Este hijo fue el P. Francisco López Pérez, escritor, profesor y  Superior de los Misioneros del Corazón de María en Zaragoza. Bastero Lerga fue invitado pues en calidad, no solo de hijo destacado del pueblo, sino también como familiar de la homenajeada  ya que era primo segundo de Madre Isidora: Martín, el padre de esta era primo carnal de Brígida, la abuela de Juan. 

El doctor Bastero -que al residir en la misma ciudad habría visitado en numerosas ocasiones a Madre Isidora en su convento, lo mismo que a su hijo-, mandó una carta al religioso claretiano fechada el día 22 de abril de 1928 excusando su asistencia: “por impedírmelo ineludibles obligaciones oficiales del cargo que sustento en esta Universidad, viéndome contrariado en mis vehementes deseos de presenciar tan solemne Homenaje(…)” la carta va encabezada con un caluroso, Queridísimo primo.

Las frases que en esa carta dedica Bastero a Cárcar dejan notar el orgullo y el aprecio que sentía por el pueblo que lo vio nacer: “Cárcar hónrase a sí mismo, al dedicar tan cariñoso cuanto merecido Homenaje(…)”. Unos párrafos más abajo incide de nuevo: “Los pueblos como el de Cárcar, que saben hacer la justicia de honrar y perpetuar la memoria de sus Hijos selectos por sus virtudes y gran saber, merecen figurar a la cabeza de los pueblos más civilizados(…)”. Y para culminar, y corroborando de algún modo este sentir afectivo, continúa “¡Gloria a la Villa de Cárcar, que con este acto pone de relieve la grandeza de su alma colectiva y la más selecta espiritualidad, base de los grandes valores morales que atesora y que en justicia le hacen acreedor al más elevado concepto social”.

El que sí acudió al homenaje fue su hermano Joaquín Bastero, que ofreció a los asistentes una sentida alocución celebrando la iniciativa del Ayuntamiento de Cárcar al homenajear a esos cuatro ilustres hijos: "los cuales, en unión de otros varios, constituyen el más alto y preciado timbre de gloria para este pueblo que ha tenido la dicha de ser cuna de hombres de valía, de gran talento y de las más envidiables virtudes". Y coincidiendo con su hermano Juan, añade: "¡Dichosos los pueblos que honran de esta manera y tan alto y edificante ejemplo saben dar a las generaciones presentes y venideras!".

Parte del discurso que ofreció Joaquín Bastero Lerga.

Juan Bastero Lerga falleció en Zaragoza el día 21 de abril del año 1942 a los ochenta y un años. En el año 1981 se le rindió un homenaje en la Universidad de Zaragoza creándose una Cátedra con su nombre.


La ciudad de Zaragoza saldó ampliamente la deuda contraída con este insigne investigador y catedrático; en su pueblo natal, sin embargo, ciento cincuenta y nueve años después de su nacimiento la tiene todavía pendiente. Sirva pues este sencillo trabajo como homenaje a su memoria, aunque bien estaría que desde su pueblo recibiera también algún tipo de reconocimiento: una calle, un jardín, una placa…, algo que recuerde a este carcarés, que con su saber y concienzudo trabajo, contribuyó al avance de la Medicina, especialmente en su aspecto legal. 


                Investigación y redacción: María Rosario López Oscoz

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Archivos y fuentes consultadas:

-Archivo Municipal de Cárcar

-Archivo Parroquial de Cárcar

-Academia De Ciencias Exactas, Físicas, Químicas y Naturales de Zaragoza. De la Geometría de los Espacios de Banach al Análisis Convexo y Geométrico. Discurso de Ingreso leído por el Académico electo Ilmo. Sr. D. Jesús Bastero Eleizalde, en el Acto de su Recepción Solemne celebrado el día 9 de Noviembre del año 2.000 http://www.unizar.es/analisis_matematico/bastero/Bastero.pdf

-DÍAZ de RADA RUÍZ, Juan Antonio; MATEO GAMBARTE, Eduardo. Breve Historia Cotidiana del Siglo XX de Cárcar. Cárcar Historia, Vocabulario y Plantas. E. Mateo, L.J. Fortún, J.A. Díaz de Rada, M.C. Pardo. 2002. Pag. 147

-El Jardín de las Delicias Venenosas. Esther Orera. Fotos Miguel Mena: https://cadenaser.com/emisora/2015/11/18/radio_zaragoza/1447845043_876865.html

-Familysearch.org

- Gran Enciclopedia Aragonesa. GEA

-La Madre Isidora del Corazón de María. Talleres de Artes Gráficas sobrino de Tomás Blasco. Zaragoza. 1928. Pags. 19-20

-MIQUEO, Consuelo; BLAZQUEZ, Isabel. Modernas, Cultas y Profesionales. Mujeres del siglo XX tituladas en la Universidad de Zaragoza. Prensas de la Universidad de Zaragoza. 2020.

-Portal de Archivos Españoles

-Real Academia de la Historia. dbe.rad.es/biografías/juan-bastero-lerga

-Universidad Complutense de Madrid. Biblioteca Complutense. Médicos históricos. http://webs.ucm.es/BUCM/med/archivo/ficha_medico.php?id_medico=1753

-https://ccuc.csuc.cat/search~S23*cat?/aBastero%2C+Francesc/abastero+francesc/-3%2C-1%2C0%2CB/frameset&FF=abastero+lerga+joaquin&1%2C1%2C

-https://deverdaddigital.com/origen-se-escribe-con-jota/

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En el transcurso de esta investigación grande ha sido  mi sorpresa al descubrir que el profesor Bastero Lerga tenía descendientes directos, y que algunos de ellos estaban también estrechamente vinculados a Navarra. Quiero agradecer desde aquí a don Juan Luis Bastero de Eleizalde y a don Juan Jesús Bastero Monserrat, ambos sacerdotes y nietos del biografiado, por las puntualizaciones y aclaraciones que me han facilitado y que han resultado determinantes para hacer este trabajo.