Firma original de Andrés de Mata.
Mediaba siglo XVIII cuando aparece en Cárcar un joven llamado Andrés de Mata, o Matha. Era hijo de Nicolás de Matha y María Martínez. Me había resultado muy complicado encontrar el lugar de nacimiento de este artista hasta que el historiador y genealogista, Iñaki Garrido Yerobi, me facilitó el dato que rescató del Archivo General de Navarra (TRA-PV,ABOGADOS, Leg. 15, Expte. 254) donde se decía que procedía de la población burgalesa de Villayernos (hoy Villayerno Morquilla). Como Andrés llegó a Cárcar de jovencito y aquí se casó, en los documentos y contratas no hacía constar su procedencia natal sino declarándose: de Cárcar, o vecino de Cárcar lo que daría idea del arraigo que llegó a tener con esta población.
El caso es que Andrés era un excelente artista y debió de recibir sin duda una vasta formación de la que de momento los documentos no ofrecen datos. Fue dorador de retablos, pintor de cuadros y grandes murales, así como estofador de imágenes, escultor y constructor de algunos otros monumentos para ornato de iglesias, por lo que tuvo por fuerza que formarse en alguna buena escuela o taller de prestigio.
Vista aérea de Cárcar. Foto: Carlos Fresno
¿Qué hacía pues Andrés en Cárcar? ¿Había llegado aquí a trabajar para alguna obra que se estaba realizando en su iglesia parroquial? ¿Existía quizá en esta población algún taller especializado y había acudido allí a formarse? ¿Podría ser, tal vez, que siguiendo los pasos de alguno de sus maestros éste le llevara hasta Cárcar? Son preguntas de las que de momento no tengo respuesta. Lo que sí es cierto es que en esta localidad de Cárcar conoce a una joven con la que se casa en su iglesia parroquial de San Miguel Arcángel el día 31 de marzo del año 1749. La joven se llamaba María Joaquina Oteiza y Díaz y era hija de Juan de Oteiza y María Díaz Mateo. Estos se habían casado también en Cárcar el día 8 de febrero del año 1706 y eran, por así decir, carcareses de raíz.
Cárcar vista desde la torre de la iglesia San Miguel.
Era un tiempo aquel en el que muchas parroquias estaban remozando sus templos y estos maestros estaban muy cotizados. Aunque las obras de Andrés de Mata no están todavía catalogadas de forma exhaustiva, algunos historiadores no dudan en calificarle como “pintor prolífico”, lo que indica que no es extraño que su nombre aparezca en la documentación que manejan. Buscando y rebuscando he encontrado una parte de las huellas que fue dejando Mata a través de sus obras, y que hoy podemos admirar; en este breve artículo voy a tratar de recoger algunas de ellas, con el interés de darlo a conocer si acaso sus creaciones no fueran más que suficientes para decir de él.
Retablo de la iglesia Santa Fe de Caparroso. Foto: verpueblos.com
Durante casi toda la segunda mitad del siglo XVIII se la pasará el maestro Mata atendiendo contratas en los más diversos lugares de la geografía navarra. Una de las primeras obras clasificadas de este artífice será el dorado del retablo mayor de la iglesia de Santa Fe de Caparroso que se hizo en el año 1754; será en esta población donde nazca el primero de sus hijos. Cuando estos artistas entraban a trabajar en una nueva obra acostumbraban a llevar consigo a la familia ya que eran muchos los días que empleaban en concluir tan minuciosos trabajos y no era oportuno ausentarse por tan largos períodos dejando sola a esposa e hijos; en cierto modo se podía decir que eran un poco nómadas ya que cambiaban continuamente de casa, a pesar de que Andrés y su familia seguían teniendo la casa madre en Cárcar y a ella volvían al concluir los trabajos.
Retablo de la iglesia San Marín de Tours de Lesaca. Foto: Gran Enciclopedia de Navarra
Las contratas se irán sucediendo ya que, como digo, era un artista muy cotizado. A la iglesia de Caparroso le sucederán otras. En el año 1762 se le requiere para dorar el retablo mayor de la iglesia de San Martín de Tours de Lesaca, una obra espectacular por la que cobró la cantidad de 5.200 pesos.
Retablo la anunciación del Convento del Carmen de Pamplona. Foto: Museo de Navarra
Retablo de la iglesia San Martín de Urzainqui. Foto unav.edu
Entre los años 1763 y 1764 se trasladó a Pamplona para dorar el retablo de la Anunciación del Convento del Carmen. En 1768 le tocó el turno al retablo mayor de la iglesia de san Martín de Urzainqui, y más tarde al de San Miguel de Iturmendi: “en el año 1772, el visitador da licencia al abad de la iglesia de Iturmendi para comprar los paneles de oro necesarios para dorar el retablo mayor. El dorado lo realizó Andrés de Matta, dorador, estofador y pintor de Cárcar, residente en Puente la Reina”. Los trabajos de dorado no se harán sin embargo hasta el año 1777. El presupuesto de la obra fue alto, alcanzándose los 8.000 reales (1.000 pesos); este retablo había sido construido y dorado por el arquitecto y escultor vianés Juan Bautista de Suso pero al llevarse a cabo estas nuevas reformas en la que actuó Andrés de Mata “se alteró sustancialmente la decoración del retablo al dorarse por entero el mismo y por pintarse las tallas con pintura al temple ocultando la policromía; además realizó pinturas decorativas en la bóveda y muros del presbiterio” (El Devenir Histórico de la Iglesia Parroquial de San Miguel de Iturmendi, NICOLÁS ARBIZU). Al parecer, según apunta Naiara Ardanaz, aquí en Iturmendi pintó unas tablas dedicadas a San Miguel Excelsis y que en la actualidad se conservan en el Museo de Navarra.
Retablo mayor y grabados de la iglesia de Iturmendi.
Foto: Gran Enciclopedia Navarra
Mientras Andrés se encontraba en Iturmendi realizando el dorado de estos retablos dio también las condiciones para dorar el órgano de la iglesia de Echarri Aranaz, además de otro condicionado para construir el monumento del Jueves Santo de la iglesia de Alsasua, en cuyo diseño aparecen un par de personajes asomados a sendas ventanas laterales, según detalla el experto Ricardo Fernández Gracia.
Retablo mayor de la iglesia San Román de Cirauqui
La ermita de San Marcial, situada en el término de Sarriá de la localidad navarra de Puente la Reina, tiene como titular en su retablo, como no puede ser de otro modo, al santo de Limoges y se trata de una talla hecha también por el “escultor” Andrés Mata; la obra costó 250 reales y era el año 1773. Vemos pues por tanto a Andrés ejecutando una nueva disciplina, la de escultor; pero como lo suyo era más el dorado de retablos, en el año 1776 Mata dorará también el retablo mayor de la iglesia san Román de Cirauqui.
Grabados murales en la cúpula de la ermita de la Virgen del Soto. Foto: R.Lasaosa
En muchos y diferentes lugares fue dejando su espectacular huella este fecundo maestro carcarés, pero de entre todas ellas sin duda la más llamativa sea la realizada en la ermita de la Virgen del Soto de Caparroso; aquí no solo doró de forma espectacular el retablo mayor, hacia el año 1767, sino que entre los años 1775 y 1776, junto con el italiano Pedro Bardini, decoró con pinturas al fresco la bóveda y los muros con grandes pinturas murales y decoración rococó, de manera que otorgan al conjunto una espectacularidad inusual. Al parecer estas obras se hicieron aprovechando la limosna de quinientos pesos donados por un indiano llamado Cristóbal Labairu. Dice Ricardo Fernández Gracia que la actuación de Mata en esta ermita tiene muchas semejanzas con las que había realizado en la iglesia de Iturmendi. También el cuadro de Santa Bárbara que aparece en una de las capillas del crucero es obra del experto maestro, aunque al parecer en su vertiente de pintor no fue tan destacado: “quizá lo más destacado de Matta sea su vertiente de dorador, donde introduce compleja decoración rococó, llegando a realizar rocallas y escenas de ángeles complicadas y vistosas; en las obras pictóricas baja en calidad” (Nicolás de Arbizu).
Vista de la ermita de la Virgen del Soto desde la parte de atrás. Foto: Patrimonioparajovenes.com
Detalle de uno de los grabados. Foto: R.Lasaosa
Parte del retablo de Santa Bárbara, pintada también por Andrés de Mata. Foto: R.Lasaosa
También se le requerirá a Andrés de Mata como experto tasador para revisar las obras realizadas por otros artistas; así vemos, por ejemplo, que en el año 1775, el Patronato sangüesino llamará a Andrés de Mata, vecino de Cárcar, para tasar el retablo mayor de la iglesia de Santiago que había sido dorado por Diego Díaz del Valle. (Juan Cruz Labeaga Mendiola). También hay constancia de que le tocó reconocer las obras que se llevaron a cabo en la basílica de San Gregorio Ostiense de Sorlada realizadas por Santiago Zuazo.
Imagen procesional de San Miguel Arcángel, situada en la capilla de los Santos Pasos de la parroquia de Cárcar, que bien pudiera haber sido pintada y estofada por Mata. Foto: la autora
Detalle de la pintura y el estofado de la talla Viendo el palmarés de este artista extraña que no se haya encontrado de él ninguna obra documentada en su propio pueblo, aunque eso no quiere decir que no la haya. Personalmente me atrevería a decir que una segunda talla de San Miguel Arcángel (titular de la parroquia) que se encuentra habitualmente en los Santos Pasos bien pudo ser pintada y estofada por el maestro Mata. Esta imagen es la que salía en procesión el día de su festividad (29 de septiembre),
Vista parcial del órgano de Cárcar. Como se puede observar, no se llegó a dorar. Foto: la autora
Extraña mucho también que habiendo en Cárcar un maestro dorador de semejante talla quedara el órgano de la iglesia sin dorar. Los papeles no aportan mucho en este tema ya que desgraciadamente, y por diversos avatares, la documentación que se conserva en la parroquia es muy exigua y no hay apenas datos al respecto. Se conserva sin embargo un documento en el que Andrés da las condiciones para dorar el retablo del Cristo Crucificado que se encuentra también en la capilla de los Santos Pasos. En dicho documento explica detalladamente como concebía este proyecto:
“Condicionado para Dorar y Pintar el retablo del Ssmo. Christo de la Iglesia Parroquial de Carcar.
-Se ha de aparejar con toda prolijidad y en especial la talla por ser delicada, la que se ha de dorar, y las molduras y los tríos pintados de color morado y bien barnizado.
-Que las Colunas se an de dorar todas desde el Capitel a la base y en el respaldo de Ssmo. Christo se ha de pintar un Jerusalen, pintando los dos santos de la Virgen y San Juan de paños naturales dorando las orillas de las ropas=
-Que en los costados se ha de pintar como una basa de pared, sea Pabellón u otro adorno y que el pedestal en que descansa el Retablo se pinte un Jaspe bien barnizado=
-Que el interior del sagrario se an de abrir labores de oro y el campo pintado, pero la puerta se ha de dorar por dentro y por fuera; siendo de cuenta del Maestro el andamio;
y con estas condiciones me obligo el abajo firmado a ejecutar dicha obra en noventa y seis pesos (unos setecientos sesenta y ocho reales)=
Firmado Andrés de Matha"
Capilla de los Santos Pasos de la iglesia San Miguel de Cárcar. Retablo del Santísimo Cristo. Foto: la autora
El mismo retablo del Santísimo Cristo, visto con más detalle. Foto: la autora
Esa obra no llegó a efectuarse, como bien se puede apreciar viendo actualmente el retablo. El documento no va fechado por lo que tampoco se puede saber si Andrés lo redactó al final ya de su vida o quizá lo hiciera en otro momento. Podría ser perfectamente factible que le sobreviniera la muerte antes de ejecutarlo y el Cabildo improvisara un apaño que ya no se volvió a revisar. De cualquier modo, gracias a este documento nos podemos hacer una idea de cómo podría haber quedado dicho retablo. El resultado pudo haber sido realmente espectacular.
Andrés muere en una fecha no consignada antes de 1790 ya que para entonces ya aparece su hijo Ildefonso pagando religiosamente los aniversarios por su padre.
Pero si espectacular fue la obra de este maestro, no lo fue menos tampoco su descendencia, y aunque no podré aportar datos de todos ellos, sí que me gustaría destacar algunos. Aunque esto lo haré en un próximo artículo.
Investigación y redacción: María Rosario López Oscoz
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Para realizar este trabajo he necesitado consultar diversos documentos y archivos. Destacar: el archivo parroquial de Cárcar, familysearch, además de otros variados e interesantes trabajos de investigación realizados por Pedro Luis Echeverría Goñi, Ricardo Fernández Gracia, Juan Cruz Labeaga Mendiola, Nicolás Arbizu y Naiara Ardanaz, entre otros, a los que agradezco su generosidad al haber podido acceder a ellos desde internet. También he necesitado consultar mi último libro: LÓPEZ, retazos de la historia de Lerín y Cárcar a través de un apellido (2017), donde aparece la obra de Andrés de Mata, así como buena parte de los personajes con él relacionados.
Muy interesante!!!
ResponderEliminarNo paro de pensar en él y en su familia, siempre para arriba y para abajo con los bártulos. Y el resultado tan impactante de su obra.
EliminarBesos, Lourdes.
Gracias de nuevo por compartir tan maravillosas historias
ResponderEliminarUn gusto poder sacar uno más a la luz. Un abrazo, Gracia.
EliminarDebía ser bueno en el oficio a tenor de su trabajo en tantas Iglesias.
ResponderEliminarY lo mejor de todo, Agustin, que podemos admirar sus obras actualmente.
EliminarSería bien bonito hacer unas rutas por Navarra tras las obras de Andrés de Mata para los niños de la escuela... Sería muy didáctico.
Yo me apunto desde ya a esas rutas.
ResponderEliminarSigo impresionado por tu trabajo.
Mas aplausos
Pues sería bien interesante. A mi también me seducen esas rutas. Ojalá se promuevan y se gestionen bien. Muchas gracias Miguel Javier por tus comentarios. Animan a seguir.
EliminarAnimo prima, para ver lo que es lo próximo que podemos leer. Un abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias Isidro. Pongo el corazón en cada uno de los personajes y gusta saber que ha llamado la atención de los que lo leen. Un abrazo
EliminarYo también me apunto a esas rutas.
ResponderEliminarMuy bien Charo.
Gracias Carmen, hay que promoverlas. Creo que merece la pena.
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