¿Cómo era Cárcar en el año 1849? Así lo describe Pascual Madoz en el Diccionario Geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de ultramar. Las fotografías que ilustran el texto son actuales.
CÁRCAR, villa con ayuntamiento del Condado de Lerín en la provincia de Navarra, merindad y partido judicial de Estella, diócesis de Pamplona, arciprestazgo de la Solana.
Situado a la derecha del río Ega, en la falda de un monte, de una legua continúa elevándose hacia el Norte, cuyos aires la combaten con impetuosidad. Su cielo es despejado y hermoso y el clima saludable, aunque se padecen algunas tercianas, catarros y reumas.
En la parte derecha se aprecia la zona de cuevas que cayeron al río en la segunda mitad del siglo XX.
Tiene doscientas cincuenta casas, distribuidas en siete calles y dos plazas.
Casa municipal, en cuyo recinto se halla la cárcel; taberna, tiendas de abacería y de otros géneros de consumo, hornos de pan para cocer, escuela de primeras letras, a las que asisten de 60 a 70 niños, cuyo maestro percibe tres mil reales de sueldo anual; otra frecuentada por 20 o 30 niñas y dotada con dos mil trescientos reales, también anuales. Una iglesia parroquial bajo la advocación de San Miguel, servida por un cura llamado vicario y seis beneficiados, y, contiguo a la iglesia, un cementerio bastante capaz y ventilado sin que perjudique a la salud pública.
Confina al término Norte, Sesma (1 legua); Este y Sur, Andosilla (1/2) legua) y Oeste Sartaguda (3/4 de legua), extendiéndose de Norte a Sur una legua, y de Este a Oeste 1 y ¼ de legua. Dentro de la misma, en el paraje llamado de la Adobería, dista 1/8 de legua del pueblo.
Al Sur del pueblo hay una fuente de aguas purgantes y diuréticas que se aprovechan con buenos resultados, y aunque no se han analizados se cree que contienen magnesia y sulfatos de cal y de hierro. A unos dos mil pasos de la parroquia, sobre la eminencia que por el Norte hemos dicho domina a la villa, se encuentra la ermita titulada de Santa Bárbara, la cual permanece cerrada desde que juntamente con la mencionada parroquia, sirvió de fuerte a las tropas constitucionales durante la última guerra civil, impidiendo ambas fortificaciones que los partidarios de D. Carlos pudiesen penetrar varias veces en la Rioja y Baja Navarra.
En la misma dirección, y a una hora de la villa, hay otra ermita llamada Nuestra Señora de Gracia a donde concurren en romería los habitantes de los pueblos inmediatos en la Pascua de Pentecostés; antiguamente se titulaba Nuestra Señora del Regadío, por estar cerca de las huertas y en sitio al parecer poblado según los vestigios de fábrica y ajuares caseros que se descubren frecuentemente, pues a corta distancia y en la cima del cerro, se conserva un paraje con el nombre de las Cabas, donde en tiempos remotos hubo gobernador.
Siguiendo la misma línea del Norte, y a doscientos pasos de la mencionada ermita de Santa Bárbara, existe un terreno elevado con el nombre de Villa-vieja, hallándose en lo más alto del cerro varias cuevas de difícil acceso y trabajadas con arte, y se ven sepulcros con otros vestigios que indican, o que allí estaba la anterior villa, cuyo recinto era entonces muy considerable, o que se ha trasladado al sitio que actualmente ocupa.
El terreno participa de monte y llano. En lo general abunda de sulfato calcáreo y de buena calidad que fertiliza el mencionado río Ega, el cual atraviesa el Noreste dando riego a una hermosa y dilatada vega de cuatro mil robos de sembradura, e impulso a un molino harinero. Tiene un puente de madera sin atoques o barandilla en los lados, y en su margen hay algunas alamedas pertenecientes a particulares, pero sirven de recreo para la generalidad del vecindario.
Al extremo de dicha vega se encuentra un barranco que se dirige por el Este, Sur y Oeste, describiendo un semicírculo en cuyo centro queda la población. En lo inculto, y no lejos de la villa, hay una zona de excelentes pastos, los cuales arrienda el ayuntamiento con obligación de abastecer de carne al vecindario, y en varios otros sitios se encuentran distintos terrenos de pastos, dados a censo, cuyos productos son insignificantes.
Antiguamente estaba el monte poblado de árboles, pero en 1763, por disposición del Consejo y a instancias de los labradores, se repartió entre estos, dando a cada uno tres robadas para que las roturasen y las redujesen a cultivo; sin embargo, dicho monte, a pesar del laboreo, abunda en aliagas, tomillo, romero y espliego, con otra porción de matas bajas.
Los caminos conducen a Lerín, Estella, Sesma, Sartaguda, San Adrián y Andosilla. Son de herradura y se hallan en mediano estado.
El correo se recibe de Lodosa por valijero, tres veces a la semana.
Produce: trigo, cebada, avena, maíz, alubias, patatas, mucho cáñamo, lino, algún aceite, hortalizas, frutas, miel y exquisito vino tinto.
Se cría ganado lanar y cabrío de otros pueblos y en vacuno y mular necesario para las labores. Hay caza de liebres, conejos y perdices y alguna pesca de anguilas, truchas y otros peces.
Comercio: se exporta trigo, cáñamo, lino, alubias y vino y se importan géneros de vestir procedentes de Cataluña.
Población, según datos oficiales: 315 vecinos, 1278 almas.
Riqueza productiva: 575.378 reales.
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Copiado por Charo López Oscoz, a quien pertenecen también las fotografías.
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Fuente: Madoz, Pascual (1845-1850), Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar, 5 tomo, Madrid: Establecimiento literario-tipográfico de P. Madoz y L. Sagasti.
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Transcurridos 173 años desde entonces se podría fácilmente hacer una comparativa con el momento actual.