Detalle de la caja del órgano, obra de Joseph Arbizu. Foto: Charo López
Cuando entras en la iglesia San Miguel de Cárcar, ¿has pensado alguna vez en quien pudo haber hecho la gran puerta de cancela que vemos al franquear la primera puerta de entrada, y que se abre de par en par en días solemnes de procesión y en la celebración de los funerales? ¿O quién sería el que talló la bonita caja barroca del órgano que puede admirarse a poco que eleves la vista sobre la propia puerta? Pues estas preguntas no solo tienen respuesta sino también un nombre: Joseph de Arbizu y Brabo.
Joseph Arbizu era hijo de Francisco Arbizu López y Bernabela Brabo Sádaba. Todos habían nacido en Cárcar; Francisco, el padre, lo hace en el año 1682, la madre, en 1692 y Joseph, el día 16 de marzo del año 1716.
Bien pudo Joseph haber aprendido el oficio de carpintero de la mano su padre, o quizá en algún taller local, pero el caso es que tomó tal destreza que sus obras han traspasado el tiempo y su legado todavía perdura, conservándose en aceptables condiciones, a pesar de que en el caso del órgano, éste no suene desde hace décadas y le falte toda la trompetería horizontal.
La caja del órgano venía a acoger el importante instrumento que estaba haciendo el gran organero lerinés Joseph de Mañeru y Ximenez, considerado en la zona como uno de los artesanos más prestigiosos de la época en esta disciplina.
Cuando el cabildo de la iglesia de Cárcar consideró la necesidad de hacer un órgano nuevo se estaba remodelando toda esa zona de la parte de atrás del templo y quisieron dotarla de un empaque acorde con el monumental edificio, especialmente con el retablo mayor de estilo barroco churrigueresco que había hecho recientemente José de San Juan (Sanjuanillo), y que remató en 1755 el arquitecto carcarés Tomás de Puelles ya que San Juan no lo concluía. Firmó por tanto el cabido con dos tallistas de renombre para que hicieran la sillería del coro y el facistol, y con el ebanista local Joseph de Arbizu y Brabo para el caso de la caja del órgano y la puerta de cancela.
Los tallistas serían los escultores Julián Martínez, natural de Calahorra, y Francisco Bussou, un francés nacido en Meirac y afincado también en Calahorra. La sillería que tallaron resultó un primor de obra y Arbizu se esmeró de tal modo con la suya que no desmereció para nada con la de los anteriores. Fue Diego de Camporredondo, famoso retablista, escultor y tracista calahorrano, quien revisó la obra en el año 1766 quedando el conjunto listo para su uso. La solemne bendición y estreno de las obras se haría con gran ceremonia pues no era para menos. El cabildo se sentaría a partir de ahora en los nuevos sitiales para rezar los oficios y el órgano sonaría por fin a gloria a manos de reputados organeros que se disputaron el cargo a lo largo de los años.
Hoy en día el órgano es una rareza y una joya que nadie discute; sin embargo sigue mudo, y es por eso que me surge una pregunta, ¿después de tanto esfuerzo empleado en aquellos años por conseguir ese valioso órgano para la parroquia, no seremos capaces doscientos cincuenta y tantos años después de hacer nada por recuperarlo?
Otra vista en detalle del trabajo de ebanistería del órgano de la San Miguel de Cárcar. Foto: Charo López
Muchas otras obras dejó hechas Joseph de Arbizu, que todavía no están catalogadas, a la espera de nuevas investigaciones; y hubo también otras que le arrebataron, como el retablo de la ermita de la Virgen de Gracia de este mismo pueblo, que disputó con su cuñado el ya nombrado Tomás de Puelles, quedándosela este al ganar la puja.
Retablo de la ermita de Nuestra Señora de Gracia en Cárcar, obra del carcarés Tomás Martínez de Puelles. Foto: Charo López
Joseph de Arbizu tuvo descendencia y uno de sus hijos, Ildefonso, aún superó en importancia a su padre. Pero eso lo explicaré ya en otra entrada de este blog.
Y ahora, cuando alguien pregunte al visitar la iglesia de Cárcar sobre estos extremos podremos dar cumplida respuesta.
María Rosario López Oscoz
Octubre 2022
Muy bien escrito Charo.
ResponderEliminarGracias Carmen. Historia del pueblo que todavía se conserva y se puede admirar. Ojalá la puedan ver también las próximas generaciones.
EliminarTantos órganos tenemos mudos en nuestra España vacía...
ResponderEliminarSería deseable que se hiciera un esfuerzo por recuperarlos. ¡En cuantos lugares quisieran poder disponer de semejante patrimonio!
EliminarComo siempre tan perfecta.
ResponderEliminarA la hora de escribir tus relatos
Muchas gracias. Es importante mimar todo este legado que hemos recibido y darlo a conocer. Un abrazo
EliminarSigue así. Esto va a perdurar seguro. Gracias Charo.
ResponderEliminarLa verdad es que la fuente de personajes de Cárcar es inagotable. A ver si el ánimo no decae. Muchas gracias por comentar y por los ánimos, Miguel Javier.
EliminarCada día me sorprendes con tus publicaciones , estas joyas las vemos a diario y no las valoramos , la verdad que tan pulcros trabajos , son dignos de admiración
ResponderEliminarEran artistas consagrados y dejaron una huella que sigue viva. Hemos de intentar mantenerla todo lo posible para que la puedan también admirar los que vienen detrás. Muchas gracias Gracia por dejar también aquí tu comentario...
EliminarAdelante prima, lo haces muy bien. Pero, sigo pensando que todo tu trabajo tiene que ser recopilado y guardado para futuras generaciones. Saludos
ResponderEliminarMuchas gracias, Isidro, yo también espero que así sea para bien de su preservación. Un abrazo
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