jueves, 3 de abril de 2025

VIRGEN DEL REGADÍO DE CÁRCAR (desaparecida)

 
En terreno situado en el regadío de Cárcar, en dirección a Lerín, se levanta un templo mariano dedicado a la advocación de Nuestra Señora de Gracia. El templo fue reedificado en 1748 (acoge a más de seiscientas personas), pero la talla de la Virgen sin embargo es del siglo XIV, por lo que hemos de entender que antes de este templo hubo otro, seguramente ubicado en el mismo lugar, donde tiempo atrás también se veneraba esta imagen.

Nuestra Señora del Regadío. Recorte del cuadro que compuso Eduardo Carceller (Valencia,1844-Pamplona, 1925) donde aparecen las imágenes de la Virgen de Gracia y la del Regadío sobre el cielo de Cárcar.

Pero ocurre que en el mismo templo, y desde tiempo inmemorial, se exponía también a la devoción otra imagen mariana situada en la capilla lateral del lado del Evangelio; esta era la de Nuestra Señora la Virgen del Regadío, imagen un siglo más antigua que la citada de Gracia. Y los expertos no hallan consenso, al sostener algunos que la ermita actual se asentaba sobre otra dedicada a la Virgen del Regadío, y los otros que ésta era otra distinta. 

La ermita de la Virgen de Gracia de Cárcar cuando todavía existía la casa del ermitaño. Foto tomada del libro: Contribución a un catálogo de ermitas de Navarra, de Tomás López Sellés. 1974. Institución Príncipe de Viana

Pero es más lógico pensar que efectivamente en su día hubo otra ermita en un lugar cercano, dedicada, esta sí, a la Virgen del Regadío, y que por las circunstancias que sean desapareció, recuperándose la talla para ser custodiada y venerada en la ermita de Gracia, junto con la titular. 

Ermita de la Virgen de Gracia en la actualidad. Foto: José York

Cuadro que compuso para la devoción mariana del pueblo de Cárcar Eduardo Carceller (Valencia,1844-Pamplona, 1925)

Que la ermita de Nuestra Señora del Regadío existió, no hay duda. Los archivos son muy claros al respecto. En el Archivo General de Navarra se guarda un pleito del año 1561 donde se dice que una señora de Cárcar llamada Francisca de Allo donaba en su legado testamentario 50 ducados para obras de construcción de la ermita de Nuestra Señora del Regadío de Cárcar, por lo que hay que pensar que antes de acabar el siglo XVI ésta ya estaría terminada. Y esa ermita perduró en el tiempo. 

Existe otro documento, este custodiado en el archivo diocesano con fecha de 1 de julio de 1621, en el que «el obispado de Pamplona concede licencia a Fray Juan Martínez, ermitaño de Nuestra Señora del Regadío, sita en los términos de Carear*, a pedir «limosna osteatin (de puerta en puerta) y por las eras en dos leguas al contorno de la ermita y ruega a los clérigos y vecinos le favorezcan con mano ligera y larga».

Otro pleito, también procedente del Archivo Diocesano (C/837-N°19) del año 1661, dice que un vecino de Lerín, que venía huyendo de la justicia de su señor Conde, se acogió a sagrado en la ermita de Nuestra Señora del Regadío de Cárcar. El individuo fue “apresado por los ministros de la justicia con fuerza y violencia”. La sentencia, no obstante, devuelve el preso a sagrado. 
Este documento deja bastante claro que sobre los templos religiosos no había jurisprudencia civil. 
 
El caso es que ambas imágenes marianas convivieron en el acervo religioso local, y en la misma ermita de la Gracia, sin ningún tipo de problema, y ambas tenían sus fieles devotos a las que se acogían. En el año 1947 se le sometió a la del Regadío, a la vez que a la de Gracia, a una restauración en Pamplona “haciéndose cargo de los trabajos el Sr. Rubio, bajo los auspicios de la Institución Príncipe de Viana”. La restauración supuso un montante de dos mil setecientas pesetas, a las que había que sumar setenta y ocho pesetas, con cincuenta céntimos más por retornarla a su lugar de origen. 

Interior de la ermita donde se aprecia a la izquierda el cuadro situado en el lugar donde hace cincuenta años fue robada la talla de la Virgen del Regadío de Cárcar. Foto: Charo López Oscoz 

Pasado el tiempo, sucedió que en el año 1974 (otros apuntan que era en 1976) unos ladrones, aprovechado la nocturnidad y lo alejado del casco urbano, robaron la talla de la Virgen del Regadío, dejando intacta sin embargo a la titular. Nada, absolutamente nada se ha vuelto a saber ya de la valiosa talla desde entonces. Pocos conservamos aún su imagen grabada en la memoria, por haberla conocido físicamente, para para el resto solo han quedado algunas fotografías que dan fe y recuerdan su existencia. 

Hoy traigo aquí estas imágenes, en la esperanza de que con las nuevos modos de comunicación, tan asequibles a cualquiera, ayuden a que alguien la pueda reconocer donde quiera que se encuentre. Es una talla, como digo, que data del siglo XIII, en la que tanto la Virgen como el Niño adoptan postura frontal, y mientras la Virgen tiene en su mano derecha una flor, el Niño Jesús sostiene en su izquierda un libro, a la vez que bendice con su mano derecha

Virgen del Regadío de Cárcar. Imagen recogida en el folleto de la fiesta que celebraron en 1995 los quintos nacidos en 1930

La talla de la Virgen del Regadío era de Cárcar y en Cárcar se la veneraba con devoción, y todavía se sigue añorando aquella dulce sonrisa, reflejada tanto en la cara de la Virgen como en la del Niño. 

Supuso para sus devotos una grave pérdida. Transcurridos cincuenta años desde aquel hurto, todavía mantenemos la esperanza de recuperarla. Si la ves en algún lugar, no dudes en comunicarlo.

MARÍA ROSARIO LÓPEZ OSCOZ

Fuentes:
-Archivo General de Navarra (AGN/146/145638)
-Archivo parroquial
-Catálogo del Archivo Diocesano (C/837-Nº19)
-Folleto del año 1995 de los quintos de Cárcar nacidos en el año 1930 
-LÓPEZ SELLÉS, Tomás. Contribución a un catálogo de ermitas de Navarra. 1974. Institución Príncipe de Viana
-https://www.navarchivo.com/es/c%C3%A1rcar
-https://www.vmarbeloa.es/los-castros-de-lerin-carcar-andosilla-y-azagra/


miércoles, 5 de marzo de 2025

VICENTE NAVARRO RUÍZ, docente e ideólogo en tiempos de guerras y exilio


Vicente Navarro Ruíz fue un carcarés al que le tocó vivir en primera línea los tiempos convulsos de las guerras española y mundial. Un educador y militante político que murió en el exilio.

Firma ológrafa de Vicente Navarro

Vicente Navarro Ruíz era natural de Cárcar donde había nacido el día 28 de octubre del año 1895. Su padre se llamaba Julián Navarro Martínez y su madre Jacinta Ruíz Ciordia. El padre era de Funes, hijo de Martín y María, y vino a Cárcar a casarse con Jacinta, la hija de Pío y Rosalía. Jacinta tenía en ese momento veinticinco años y era la benjamina; Julián, por su parte, treinta y dos. 

Los padres de Vicente se casaron en mayo de 1887. Pío, el abuelo y padre de Jacinta, era propietario labrador, y siendo ella la hija pequeña se quedaron a vivir en la casa con los padres. Esta estaba ubicada en la Plazuela Baja y será aquí donde nazcan los hijos de Julián y Jacinta: Martín, Eustaquio, Jesús, Vicente, Isidora y María Navarro Ruiz. 

Seminario de los Padres Claretianos de Alagón. Foto: Centro de Estudios Borjanos.

Hacia el año 1907, cuando Vicente tenía doce años, intuyendo quizá cierta vocación, se va a formarse al seminario de los claretianos, seguramente al de Alagón, y allí recibe la formación conveniente durante los cinco cursos siguientes. En 1912, ya con 17 años, hace sus primeros votos, pero al llegar el verano siguiente, no los renueva y con toda la formación humanística recibida por parte de los frailes claretianos regresa a Cárcar diciendo a sus padres que él lo que quiere ahora es ser maestro. 

Hace entonces por libre la carrera de magisterio, ayudado por el maestro del pueblo, que concluye sin dificultad en 1921. Su primer destino como maestro nacional lo llevará hasta Aoiz. Aquí ejerce durante nueve años y conoce a la que será su esposa, Luisa Aranguren, con la que se casa en 1926. Dos de sus hijos, Alberto y Teodora (Dorita) nacieron en Aoiz. En 1930 lo destinan a Falces y le nombran director del grupo escolar. Enseguida se prepara para opositar en Madrid como Inspector de Primera Enseñanza, cosa que consigue, y se traslada con su familia a Pamplona para desempeñar este cargo. En la capital navarra nace en 1934 María Luisa (Marysa), la última de sus hijos.
 
En su calidad de inspector, Vicente Navarro fue miembro del Consejo Provincial de Enseñanza, y además se metió en política. Fue militante de Izquierda Republicana y afiliado a los sindicatos FETE (Federación de Trabajadores de la Enseñanza) y UGT (Unión General de Trabajadores), a la vez que miembro de la Liga de Derechos del Hombre, de origen masónico. En este contexto también fue nombrado, mientras la Segunda República, Secretario de la Comisión Mixta Provincial de Navarra, organismo creado por la Dirección General de Enseñanza. Uno de los principales objetivos de esta comisión era la de prohibir y apartar la religión de las aulas.

En 1934 presidió, por el partido de Estella, la asamblea de maestros dejándose notar su presencia con asiduidad en este tipo de reuniones. Cuando estalló la guerra civil se le destituyó de su cargo de inspector y su plaza de docente pasó a situación de maestro en excedencia. 

A los tres días de iniciada la contienda huye a Francia, pero regresa enseguida pasando la frontera por Irún en dirección a Bilbao, todavía en manos republicanas. En Bilbao retoma el cargo de Inspector de Primera Enseñanza y vocal de la dirección de UGT de Navarra en Vizcaya, formada por evadidos. Para el año siguiente le fueron incoados sendos expedientes de responsabilidades políticas y depuración, este último por parte de la nueva Junta Superior de Educación. Mientras tanto, a Luisa, su mujer, y a sus hijos los recluyeron en distintos conventos de Pamplona hasta ser canjeados por otros niños navarros que habían quedado en San Sebastián al inicio de la guerra. De este modo se pudieron reunir con el cabeza de familia en Bilbao. 

Vapor Habana. Foto: Santurtzi historian zehar

Vicente Navarro colaboró en 1937 en la evacuación de los niños de Bilbao que estaba llevando a cabo el gobierno vasco, los llamados “niños de la guerra”. Dorita fue evacuada también junto con otros cuatro mil quinientos niños en el vapor Habana que salió de Santurce con dirección a Burdeos. Aquí quedaron tres mil de esos niños que fueron repartidos entre Francia e Inglaterra; el resto zarpará en otro barco con destino a Rusia; entre estos iba Dorita, que permanecerá allí por un período de diez años.

Huyendo de nuevo, Vicente, su mujer y el resto de sus hijos se refugian en Santander donde trabajará en la Inspección de Enseñanza, aunque solo por unos meses. Ante la inminente llegada de las tropas nacionales, escapa de nuevo a Francia dejando a la familia, regresando más tarde, esta vez por Valencia, donde estaba instalado el gobierno de la República. 

Cuando a principios del año 1939 el ejército republicano fue derrotado, huyó ya Vicente definitivamente de España y pasó otra vez a Francia. En 1940 el Tribunal Regional de Responsabilidades Políticas de Navarra emitió sentencia condenando a Vicente: “por ostentar el cargo de inspector de 1ª enseñanza de Navarra en representación del Frente Popular, significarse por su marcada ideología izquierdista y salir de la zona republicana durante la Guerra Civil y permanecer en el extranjero más de 2 meses”, considerando por todo ello al acusado “elemento destacado y peligroso por su marcado sectarismo izquierdista” condenado a pagar al Estado en concepto de indemnización por perjuicios la cantidad de cinco mil pesetas y la inhabilitación para el ejercicio de su cargo de maestro por un período de quince años. 

Iniciada la Segunda Guerra Mundial este maestro carcarés fue confinado en varios campos de concentración franceses hasta conseguir finalmente reunirse con su familia en Bayona, gracias a las gestiones del gobierno vasco en el exilio. En las afueras de Bayona dirigió Vicente una colonia de niños refugiados españoles hasta instalarse más tarde en un pueblo cercano donde vivieron lo que restaba a los turbulentos años de la guerra mundial. 

Acabada esta se traslada con su familia a Biarritz donde se hace cargo de una escuela de la República, reactivándose también la actividad política de los exiliados. Vicente había formado parte del Gobierno Provisional de Euskadi, en calidad de vicepresidente de la Comisión Gestora de Navarra, siendo Jesús Monzón su presidente, y ahora se creaba el Consejo de Navarra en el exilio, donde es nombrado también secretario de esta entidad. 

Marysa Navarro Aranguren, en la Universidad Pública de Navarra. Foto: UPNA

Como Vicente albergaba esperanzas de volver a España, mientras su estancia en Francia envió a su hija Marysa a Navarra para hacer el ingreso y el examen por libre al Bachillerato. También mantenían de algún modo contacto con la familia, ubicada ya en Funes, que en más de una ocasión los fueron a visitar a la frontera; pero como Vicente no veía momento de regresar a su tierra y los problemas de tipo económico apretaban, en cuanto pudo recuperar a su hija Dorita que estaba en la Unión Soviética, emigraron todos a Uruguay.

Una vez en Uruguay Vicente pudo volver a la docencia, pero allí no se le reconocieron sus títulos por lo que, paradójicamente, solo la pudo ejercer en instituciones religiosas. Nunca regresó a España, murió en Uruguay el 17 de diciembre del año 1964. Luisa, su mujer, vivió hasta 1984 y ella si que viajó a España varias veces, pero solo de visita.

Por otro lado, esa preparación de la que había gozado su hija pequeña en España, y los viajes periódicos que hacía a Navarra, a donde era enviaba por sus padres en período vacacional para ver a su familia, contribuyó a que ésta siguiera una relación afectiva con la tierra de sus orígenes.

La doctora Marysa Navarro dando una conferencias en Dartmouth

Marysa recibió una amplia formación académica, doctorándose en Historia por la Universidad de Columbia en los Estados Unidos, logrando en 1967 el puesto de profesora en una prestigiosa universidad de Nueva Inglaterra. Experta en la vida de Eva Perón, ha sido también escritora e historiadora especializada en la Historia del feminismo, la historia de las mujeres en Latinoamérica, y la Historia de América Latina. Ha sido también miembro de varios consejos editoriales, conferenciante de prestigio y propuesta por el Consejo Navarro de Cultura para el premio Príncipe de Viana del año 2017. Ese mismo año fue investida doctora honoris causa por la Universidad Pública de Navarra. Desde su jubilación ha trabajado como investigadora residente del Instituto David Rockefeller de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Harward, y ha sido profesora emérita de Historia por la Universidad de Dartmouth.

Marysa Navarro, primera doctora honoris causa investida por la Universidad Pública de Navarra, junto al rector de la misma, Alfonso Carlosena. Año 1917. Foto navarra.com

En la madrugada del día 2 de marzo de este 2025 (hace exactamente tres días) Marysa, esta destacada figura de la docencia universitaria americana, historiadora y literata de prestigio, hija del carcarés Vicente Navarro Ruíz, acaba de fallecer en la ciudad norteamericana de Cambridge (Massachussetts). Su amplio y destacado currículo se puede consultar con profusión en abundantes medios de comunicación en los que se destaca la importancia de su labor docente y literaria. 

María Rosario López Oscoz

 

Fuentes:

-Archivo Municipal de Cárcar
-Archivo Histórico de Euskadi
-familysearch.org
-navarra archivos.es
-GARCÍA-SANZ MARCOTEGUI, Ángel. "Marysa Navarro Aranguren". Universidad Pública de Navarra. Año 2014. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=5034934
-MIQUELARENA PEÑA Fernando. “Tormenta sobre la inspección. La represión franquista contra los inspectores de primera enseñanza en Navarra”. Año 2016. https://zaguan.unizar.es/record/70622/files/texto_completo.pdf
NAVARRO ARANGUREN Marysa. Recuerdo del exilio. 2017. http://viejo.revistabravas.org/article/75/recuerdos-del-exilio  
-SEBASTIAN GARCÍA Lorenzo. “El primer gobierno vasco (1936-1937) y Navarra”.
-https://www.cronicasdelaemigracion.com/articulo/cronicas/marisa-navarro-analiza-estado-laico-derechos-mujeres-buenos-aires/20100628145137020047.html

viernes, 28 de febrero de 2025

CINCO AÑOS DE VIDA DEL LEGADO DE CÁRCAR

Foto de Cárcar: Pedro Castillo

Era febrero del año 2020 cuando el blog Legado de Cárcar iniciaba su andadura. El día 21 presentaba brevemente en qué iba a consistir mi proyecto, y para el día 25 ya publicaba mi primer artículo de investigación, que versaba sobre la vida de Micaela, la hija del general Zumalacárregui y su vinculación con Cárcar.

El blog, que nacía con vocación de servicio a mi pueblo natal, pretendía recoger el legado humano de una serie de paisanos que habían dejado su huella repartida entre  documentos de archivo (sacramentales o civiles), libros, hemerotecas, base de datos, etcétera, y que yo me afanaba en recomponer a partir de un minucioso proceso de investigación. Un rastreo exhaustivo sobre cada uno de ellos que me permitía desentrañar cómo y cual había sido su vida y obra. Más tarde advertí la necesidad de añadir otros temas locales, que no tenían componente humano, pero que también formaban parte de nuestra historia y que en algunos casos habían ya desaparecido, como es el caso de la ermita de Santa Bárbara.

Una pequeña muestra de lo que contiene el blog

Consciente de la dificultad que entrañaba el proyecto, no me quise poner metas sino que todo fuera llegando de modo progresivo. A los pocos días de ponerlo en marcha la pandemia del Covid 19 nos trastocó la vida, y a más de uno, la vida entera. Nos confinaron en casa y el miedo y la preocupación que se nos transmitía desde los medios amenazaba con la paralización del mismo; sin embargo, lo excepcional de la situación nos obligaba a tener la mente ocupada de algún modo, para no sucumbir al pánico, esto me estimuló a seguir adelante con mi proyecto, constituyendo a la vez un revulsivo, una medicina, un antídoto,  que no consiguió interrumpirlo sino que continúa hasta el día de hoy. 

Setenta y dos entradas y más de treinta y ocho mil visitas revelan las estadísticas que ha supuesto esta empresa al cumplir sus cinco años de vida; por el blog han pasado un sinfín de gentes de Cárcar, o relacionadas con el pueblo, de todo tipo y condición, que abarcan el ámbito de las artes, las ciencias y las letras. Y esto supone un elenco, un caudal humano y una sinfonía de personajes tan elevado, que asombra. Es un legado local, pero ha influido sin duda en muchos aspectos del devenir de la Historia Universal.

Es por eso  que, llegados a este punto, he considerado necesario hacer balance para ver en perspectiva lo conseguido; y, por qué no, también celebrarlo con distintos eventos. El reportero local, Juan Ignacio Fernández, me hizo una entrevista, eligiendo como telón de fondo el retablo mayor de la iglesia de Cárcar y a la vera de la imagen de la Virgen de Gracia, tan venerada por los carcareses.
 
Vídeo de la entrevista con motivo del 5º aniversario de la apertura del blog Legado de Cárcar

Y en el salón de actos La Caja nos reunimos este 26 de febrero un nutrido grupo de personas a las que les expliqué, junto con el concejal de cultura, Daniel Echávarri, que me acompañó en la mesa, todo lo que habían supuestos estos cinco años de trabajo.
 
Video del acto de celebración del 5º aniversario (26-2-2025

Como el evento ha contado con testimonios visuales, gracias a la labor desinteresada del propio Juan Ignacio Fernández (al que agradezco desde aquí su trabajo, apoyo y entusiasmo), y las fotografías que hizo mi amiga Mamen Pitillas, quedan aquí reflejadas como documentos conmemorativos. 

Daniel Echavarri (concejal de cultura) junto a la autora del blog, Charo L. Oscoz. Foto: Mamen Pitillas



Un nutrido grupo arropaba el evento. Fotos: Mamen Pitillas

Mi agradecimiento al concejal de cultura, Daniel Echávarri, por su apoyo, y a quienes me acompañaron la tarde del 26 de febrero en el salón de actos La Caja, tanto a los que acudieron desde el pueblo de Cárcar como a los que se desplazaron desde Lerín; y también a quienes lo estuvieron viendo por las redes gracias a la retrasmisión en directo del ya citado Juan Ignacio Fernández, al que agradezco de veras su interés por promocionar mi trabajo en cada una de sus formas. 

Finalmente, también la prensa se ha fijado en este proyecto. La periodista lodosana María San Gil, reportera del Diario Noticias de Navarra, me hizo también una entrevista que se publicó el día 17 de marzo con un amplio reportaje dedicado a mi labor en el blog, y otros aspectos de mi trayectoria personal. Agradezco también a esta periodista su buen atino y profesionalidad a la hora de sintetizar la amplia charla que mantuvimos.  

Portada del reportaje publicado en papel con fecha 17-3-2025

Siguiente página donde se desarrolla el resto del reportaje

El artículo se puede ver también en versión web pinchado en el enlace de aquí abajo👎:


El blog sigue adelante y continúa su trayectoria. Agradezco también desde aquí el apoyo y la colaboración de las personas que habéis creído en él y me habéis apoyado y ayudado en cualquiera de sus formas para que esto siga. Gracias.

MARÍA ROSARIO LÓPEZ OSCOZ

lunes, 20 de enero de 2025

FORTUNATO FORTÚN, político y hacendado



Fortunato Fortún. Fotografía: Leandro Desages. Año 1867

Este personaje se encuadraría dentro del apartado de: políticos de Cárcar. Un político al que le tocó además gestionar una importante fortuna. Su nombre, FORTUNATO FORTÚN SOTO

Nacido en Cárcar el 15 de octubre del año 1819, era hijo de Domingo Antonio Fortún Hernández y Agustina Soto Hernández. Su abuelo, Francisco Fortún Juaniz, era natural de Sesma y fue médico en las localidades de Allo, Eslava, Andosilla y Cárcar; en esta última conoció a Josefa Hernández con la que se casó en el año 1773. El padre de Fortunato fue alcalde de Cárcar y de profesión escribano real, y escribanos fueron también, por parte materna, su abuelo y su bisabuelo, ambos de nombre Agustín. 

Tenía al menos Fortunato cuatro hermanos pero de ellos solo sobrevivieron Juan Antonio y Braulia. Juan Antonio casó en Cárcar con Ángela Pardo, y una de sus hijas, Eleuteria, casó a su vez con un tío suyo Anacleto Pardo Zúñiga, un alto mando militar ya visto en este blog.  Uno de los hijos de Juan Antonio fue secretario del ayuntamiento de Lerín durante muchos años, al igual que su nieto. Por su parte, Braulia, casó con Carlos Urra Jordán, cuñado de Manuel Irujo (político y abogado estellés).

Domingo Antonio y Agustina, los padres de Fortunato, dejaron al morir un nada desdeñable  patrimonio que fue repartido entre los tres hijos, por lo que Fortunato ya disponía de cierto caudal y tierras cuando se casó en 1840 con Rufina Ágreda Corroza (Cárcar, 1817), hija de Manuel Ángel de Ágreda y Arellano y de Joaquina Corroza y Santo Domingo. Pero Rufina iba a aportar al matrimonio años después una fortuna mucho mayor, ya que el padre de ésta era dueño del mayorazgo Navarro-Tafalla, que había heredado a su vez de su progenitor Manuel Mateo de Ágreda y Gil, un vasto patrimonio que abarcaba los señoríos de Gorráiz y Sarriguren (con sus respectivos palacios), tierras en Olite, Puente la Reina y otros lugares, además de las posesiones en Cárcar y Andosilla. A la muerte de Manuel Ángel de Ágreda, ocurrida en 1855, la herencia se repartió entre sus dos hijas, Rufina y Benigna. Al menos en la parte que respecta a los señoríos de Sarriguren y Gorráiz, Rufina, que era la hermana mayor, recibía tres cuartas partes, y Benigna la parte restante. 

Portada barroca del palacio Navarro Tafalla. Foto: Galle. Año1925. Fuente: Portal Digital de la Cultura Navarra

También recibía Rufina la casa-palacio Navarro Tafalla, situada en la calle Zapatería de Pamplona (actual sede del PNV), con más de 500 metros cuadrados de planta; una gran finca (también en Pamplona), diferente patrimonio en Monreal y Undiano, una corraliza, abundantes fincas en Cárcar y otros bienes más componían su patrimonio.  La mayor parte de este le había sido legado a la bisabuela paterna de Rufina, María Zita Gil Navarro, esposa de Manuel Mateo Ágreda, y tenía su origen en un antepasado indiano llamado Juan Francisco Navarro Tafalla, natural de Mélida. 
Asegura Fernando Hualde (Pamplona, 1961) que el palacio de Gorráiz lo compró este indiano por la cantidad de 17.800 ducados. 

Palacio de Gorráiz. Foto: Charo L. Oscoz

Así que, al morir el padre, heredaba Rufina todo este ingente patrimonio que fue gestionado por Fortunato, como consorte, incrementándolo aún más gracias a las inversiones que hizo al comprar tierras provenientes de la desamortización civil, especialmente en Cárcar y Andosilla. Pero también le tocó afrontar grandes desembolsos. El citado palacio de la calle Zapatería de  Pamplona sufrió en 1862 un incendio, y de su restauración, tanto del inmueble como de su ornato, se hizo cargo Fortunato, lo que le supuso un gran desembolso de dinero. Esto, unido a otras quiebras en los negocios provocó que con el tiempo este patrimonio fuera mermando. 

Según se desprende del Diccionario Biográfico de los Diputados Forales de Navarra (1840-1931), escrito por Ángel García-Sanz, estos negocios se centraban principalmente en las fuertes inversiones que Fortunato realizó en el ferrocarril Bilbao-Castejón y el fracaso de esta empresa provocó también la merma de buena parte de su caudal. Al año de fallecer Fortunato, Rufina, su mujer, vendió a la familia Uranga sus tres cuartas partes correspondientes a Gorráiz y Sarriguren.

Iglesia San Esteban de Gorráiz. Foto: Charo L. Oscoz

Pero eso supone adelantar en unos años la cronología. En los primeros años de matrimonio la pareja Fortún Ágreda se asentó en Cárcar en la casa materna de Rufina (la casa de los Corroza-San Juan), situada en el número 22 de la calle Mayor, una casa palacio construida en el siglo XVIII. 

Casa familiar de Rufina y Fortunato en Cárcar con los escudos heráldicos de los Corroza y San Juan. Foto: Charo L. Oscoz

Durante todo ese tiempo Fortunato trabajó como depositario en el Ayuntamiento de Cárcar, y la mayor parte de los hijos nacieron también en el pueblo: Luciano (1841), Juana Anacleta (1843), Alberto Pío (1845), Anselmo (1847), Gervasio José Ramón (1849) y Tiburcio Juan Antonio (1850). Ulpiano nacerá ya en Pamplona en 1852, y también María de los Dolores Pilar, que lo hizo en 1854, pero Inocencia, la última de esta numerosa prole, vendrá a nacer de nuevo a Cárcar en el año 1856, aunque la familia continuaba viviendo en Pamplona. 

En 1858 se presentó Fortunato a las elecciones provinciales a diputado, pero no obtuvo los votos suficientes. Entró no obstante a formar parte del consistorio de Pamplona y desde el año 1862 será concejal y tercer teniente de alcalde de su Ayuntamiento. En noviembre del año siguiente se presentó de nuevo a las elecciones a diputado foral, y aunque tuvo que esperar a una segunda ronda, esta vez sí salió elegido. Así, en enero de 1864 era ya diputado, cargo del que saldrá reelegido en el año 1866. 

Fortunato Fortún en 1866. Detalle

Retrato de los diputados forales de Navarra tras su renovación parcial en enero de 1866. Fortunato Fortún sentado el primero por la derecha. Autor de la fotografía, Leandro Desages. Año 1867. Fuente: Archivo Real y General de Navarra. 

En su cargo de diputado le tocó gestionar una importante iniciativa que al final no se logró materializar. A saber. Durante siglos el monasterio de Leyre había albergado las tumbas de los primeros reyes de Navarra, pero en la desamortización de Mendizábal de 1836, el monasterio quedó abandonado y utilizado como refugio de pastores. En 1863 esas tumbas fueron profanadas quedando los huesos reales esparcidos por el suelo. El párroco y el alcalde de Yesa de aquel momento los recogieron y los depositaron en la iglesia del pueblo con objeto de salvaguardarlos en espera de su definitiva ubicación. Sabedor de esto Manuel Mercader, canónigo de la Catedral de Pamplona y posterior obispo de Menorca, convenció a Fortún de la conveniencia de que descansaran estos restos en la catedral de Pamplona junto  a los demás reyes que allí reposan “trabajemos todos por un acto que interesa a la Religión y a las glorias de este nobilísimo país”, le llegaría a decir por carta Mercader a Fortún. 

Este, interesado por la petición de Mercader, presentó una propuesta a la Diputación  en sesión celebrada el 23 de mayo de 1865, petición que fue aprobada por unanimidad. Canónigo y diputado mantuvieron a partir de ese momento una regular relación epistolar al objeto de materializar la idea, y todos los preparativos iban por buen camino. Se reunió Fortún con el gobernador civil y con el obispo, y hasta la propia Isabel II se comprometió verbalmente en asistir a la ceremonia, coincidiendo con la vuelta de sus vacaciones estivales en Vascongadas. Todo estaba pues dispuesto, pero todo se frustró cuando el 13 de agosto del año 1865, justo en las fechas programadas, fallecía su alteza real don Francisco de Paula, tío y suegro a la vez de Isabel II. Así que tan regio evento, no solo se suspendió, sino que ya nunca se llegó a materializar. El historiador José Javier Azanza lo expresaría de esta manera: “Ni los reyes vivos, ni los reyes muertos, acudieron a su cita al abrigo de las bóvedas de la seo iruñesa”. Todos los trabajos y afanes de Fortunato y Mercader se esfumaron inesperadamente.

Salón del trono del Palacio de Navarra. Fuente: Gran Enciclopedia Navarra

También sería Fortún el encargado de supervisar la decoración del salón del trono y otras dependencias del nuevo Palacio de Navarra, sede de la Diputación Foral que hoy en día se pueden seguir admirando.

El 8 de enero del año 1874 Fortún vuelve a ser diputado, representando al partido liberal moderado, pero esta vez nombrado por el gobernador civil de Navarra. García-Sanz Marcotegui dice del diputado carcarés que, “tres días más tarde firmó la circular de la Diputación a los navarros, en la que aseguraba que en la situación de guerra civil  que se vivía su única bandera era la de "Paz y Fueros".  Era la Tercer Guerra Carlista. 

Posteriormente, Fortún se pasó al partido conservador de Cánovas del Castillo. En 1875 volverá a ser de nuevo diputado, designado otra vez por el gobernador civil.
 
Representantes de la corporación foral de Navarra con delegados de las diputaciones forales de Álava, Guipúzcoa y Vizcaya que asistieron a la Exposición Agrícola Provincial que se celebraba en Pamplona. Fortunato Fortún es el segundo por la izquierda, de pie. Año 1867. Fotógrafo: Leandro Desages

Dos años más tarde, en 1877, formó parte de la corporación que se ocupó de negociar el Convenio Económico con el Estado, un convenio que salvaguardaba la autonomía fiscal de Navarra, conocido como Convenio de Tejada-Valdosera.

El día 6 de marzo del año 1880, moría Fortunato en su pueblo natal de Cárcar, a la edad de sesenta años y reinando en España el rey Alfonso XII.

MARÍA ROSARIO LÓPEZ OSCOZ
ENERO DE 2025

FUENTES: 
-Azanza López, J. J. (2011). El traslado de los reyes navarros a la catedral de Pamplona (1865-1866).: Arte y artistas para una ceremonia frustrada. Anuario Del Departamento De Historia Y Teoría Del Arte, 23, 163–182. pag. 165 https://doi.org/10.15366/anuario2011.23.008 

 -DE LA TORRE Joseba. Los campesinos navarros en la guerra napoleónica. Año 1991 capítulo 6: BALANCE DE LA DESAMORTIZACION: CAMBIOS Y PERMANENCIAS. PAG. 231  https://www.mapa.gob.es/ministerio/pags/biblioteca/fondo/pdf/2728_9.pdf

-GARCÍA-SANZ MARCOTEGUI Ángel. Diccionario biográfico de los diputados forales de Navarra (1840-1931). año 1997. pags. 210 a 213

-HUALDE Fernando. Diario de Noticias, 25 de enero de 2004 https://despobladosnavarra.blogspot.com/2009/10/gorraiz-egues.html

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-https://portalcultura.navarra.es/Record/archivo-277131330
https://www.navarra.es/home_es/Temas/Turismo+ocio+y+cultura/Archivos/Programas/Archivo+Abierto/Documentos/Corporacion-foral-de-Navarra-con-el-gobernador-civil-de-la-provincia-presidente-honorario-tras-su-renovacion-parcial-en-enero-de-1866_sBo4tiRndu—0mVLVQbQBA

https://www.navarra.es/home_es/Temas/Turismo+ocio+y+cultura/Archivos/Programas/Archivo+Abierto/Documentos/Representantes-de-la-corporacion-foral-de-Navarra-con-delegados-de-las-diputaciones-forales-de-Alava-Guipuzcoa-y-Vicaya-asistentes-a-la-Exposicion-Agricola-Provincial-celebrada-en-Pamplona_hg7qRldXA3PKtqla7fhNMQ

-https://es.wikipedia.org/wiki/Palacio_Navarro_Tafalla