Aspecto que tenía la Casa Consistorial de Cárcar en ese año de 1928. Desde entonces la fachada ha sido rehabilitada dos veces
Este es el canto que compuso en verso Eulogio Martínez, hijo de Cárcar y párroco de Andosilla, y que leyó el día 22 de abril del año 1928 con ocasión del homenaje que el Ayuntamiento de Cárcar (siendo alcalde Veremundo Ágreda) hizo a cuatro de sus hijos ilustres, dedicándoles también sendas calles. Ellos eran, como ya sabemos: Salvador Ordoñez, Juan Cruz Aranáz, Francisco Marín Sola y Madre Isidora del Corazón de María. (Pinchar en cada uno de estos nombres para verlos por separado)
Las vidas de los personajes que se citan en el poema están ya recogidas en el blog; sin embargo, los testimonios que rodearon al acto de aquel homenaje, recogen aspectos y alusiones al pueblo de Cárcar dignos de ser conocidos y debidamente recogidos.
Grabación actual de audio mía y texto completo del discurso que pronunció en verso el sacerdote carcarés Eulogio Martínez.
CANTO
Paisanos muy apreciados,
Muy Ilustre Ayuntamiento:
Al dirigirme a vosotros
en tan sublimes momentos,
son tantas mis emociones,
es tanto lo que yo siento,
que dudo que mis palabras
puedan ser un fiel reflejo
de las ideas que ahora
rebullen de mi cerebro.
Y ¿por qué yo habré elegido
mejor que la prosa el verso,
si esta nueva ligadura
ata fuerte el pensamiento?
Os lo diré con franqueza:
sin ser poeta, yo quiero
en el divino lenguaje
saludar así a mi pueblo,
porque es digno del bel canto
y son sobrados sus méritos.
díganlo, ni no. los hijos
que resurgen de su seno;
algunos muy singulares,
todos honrados y buenos;
y si la gloria del padre
está, según el proverbio,
en el hijo distinguido,
hoy aparece cubierto
con rico manto de armiño
mi queridísimo pueblo,
al rendir este homenaje
de simpatía y afecto
a cuatro hijos muy ilustres
que son valores excelsos.
Hurra pues, a nuestro Cárcar
que se mece en alto cerro
estribo del Montejurrra,
vigía juncal y experto,
que en el confín de Navarra
y en la vanguardia con celo
defiendes la patria chica
y la guardas con denuedo.
Cuando el sol sale, te mima
como a los niños de pecho;
y cuando llega a su ocaso,
al darte el último beso,
tu eres su fondo sublime
en el panorama bello
que cristaliza en las nubes
fulgurando rayos célicos.
Para mí, eres una reina
la maga de mis ensueños;
y tu vega fertilísima,
y el codiciado viñedo
dan el color purpurino
y el tono a tu manto regio.
Inspirándote en los Santos
que elegiste con acierto
por patronos y abogados,
con caudillos tan expertos
como Miguel y Santiago
y la Cruz santa en el pecho,
y la Virgen de la Gracia
que en la avanzada su asiento
tiene en preciosa Basílica,
y adonde van nuestros rezos,
y donde Ella nos consuela,
y nos da el abrazo tierno
de Madre cariñosísima...
Inspirándote en todo eso,
y además en tu hidalguía,
sé que has recorrido presto
el camino de la gloria
y las sendas del progreso.
Hasta tu altísima torre
que remata el monumento
de la iglesia parroquial,
que reta al rayo y al trueno,
significa tu grandeza,
porque está tocando el cielo.
No es extraño que de tí
salgan hijos como estos,
y que si ahora son cuatro
sean luego cuatrocientos,
y que recíproco sea
el cariño y el afecto,
tú... dedicándoles calles,
gratitud y honra, ellos.
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Y ¿quién fue D. Salvador?
Una lumbrera en el Cielo.
de la Iglesia nuestra Madre
un orador de altos vuelos,
Magistral de Santander
y en consecuencia, por eso
llevó consigo a Castilla
la hidalguía de su pueblo.
______
Y sigue a este D. Juan Cruz,
de quien perduran los ecos
como Magistral en Lérida
y Lectoral de La Seo
de Zaragoza, que aún
le recuerda con respeto.
Su Seminario le debe
el esplendor y apogeo
al que llegó, porque fue
su Rector y Padre bueno.
Fueron sus prendas bellísimas
y sus prédicas portento
de erudición y de ciencia,
de majestad y de celo.
La Parca lo arrebató
cuando acrecía su ingenio
aún joven, porque si no,
en virtud de su talento,
en jerarquía eclesiástica
hubiera ocupado, creo,
las primeras dignidades,
el Pontificado en premio.
Él como ninguno amó
a sus paisanos y pueblo;
y en prenda de su cariño,
dando a todos el ejemplo,
vinculó en Cárcar dos becas;
como si dijera, quiero
que jamás aquí se acaben
los sacerdotes, los clérigos.
Se merece, pues, la calle
cual ninguno, sí por cierto;
y este homenaje tardío
sirva de estímulo nuevo
que D. Juan Cruz Aranaz
perdurará en el recuerdo.
_____
Y voy al Padre Marín,
a quien el Ayuntamiento
interpretando el sentir
de todos, con buen acuerdo,
le entrega hoy el Diploma
de Hijo muy predilecto,
dando además a una plaza
su nombre, para el recuerdo.
Y ¿cómo me pongo a hablar
del gigante en el ingenio,
del entendimiento cumbre,
del sabio que al mundo entero
causara la admiración?
Que perdone, si me atrevo
a decir algo en su honor;
por lo demás, bien comprendo
que a un gigante, otro gigante
puede medir, no un pigmeo.
En Manila y en Friburgo,
aquí y en el extranjero,
en la prensa y en el libro,
y en la cátedra por cierto
se ha revelado como es
sutilísimo maestro.
A la ciencia más difícil
ha dedicado su esfuerzo,
y en la ciencia teológica
sé que ocupa el primer puesto
dando así honor a su Orden
de teólogos venero,
desde que Santo Tomás
apellidado el Angélico,
le pusiera con su Summa
el más sólido cimiento.
Su nombre, a fe hace pendant
con el de sus compañeros
de Orden, Cano, Victoria,
Carranza, los Sotos, Lemos,
Álvarez, Medina y Bañez
del siglo decimosexto,
que junto a los Jesuitas
Torres, Salmerón, Oviedo,
Molina, Suárez y Vázquez
tanta gloria a España dieron,
llamándose el siglo de oro
por lo abundante en talentos:
y que ahora Marín Sola
resucita esos trofeos,
siendo el eslabón que une
aquel siglo con el nuestro.
Para acabar, alguien dijo
que si Tomás el Angélico
resurgiera hoy a la vida
y viviera nuestros tiempos,
otra Summa escribiría
para dar fin a los retos
que una seudociencia lanza
al dogma y a los misterios;
pues bien, el Padre Marín,
queriendo llenar el hueco,
ha dado a la estampa un libro,
señalando con el dedo
la manera de triunfar
de los sofistas y necios;
y la "Evolución del Dogma"
es leído con anhelo
significando además
la fuerza de su intelecto.
__________
Veis que ya sólo me resta
enaltecer cuanto debo
a una religiosa santa;
y... con pena lo confieso:
la Musas me han retirado
su concurso por completo.
Si miro a Sor Isidora,
tan elevada la encuentro,
tan galana y refulgente,
que ofuscado yo me quedo,
lo mismo que si mirara
al sol en un día espléndido.
Esta mujer es la fuerte,
la que duda el Evangelio
encontrarla por doquiera,
y en el mundo mucho menos.
La carta donde San Pablo
describe el amor, yo creo
se la aprendió de memoria
y en su vida fue su espejo.
Charitas non aemulatur:
su emulación, por lo bueno;
non inflatur: fue humilde,
pero sin rebajamiento;
non quaerit quae sua sunt:
para ella, el sufrimiento;
charitas non agir perperam:
nada mal hizo, su celo
en cumplir con su deber,
difícil por lo complejo,
y a las pobres Asiladas,
faltas de amor verdadero,
hacerlas mujeres dignas
y ganarlas para el Cielo.
Y como la Caridad
era su sino, en su seno
brotaban los doce frutos
que de niños nos sabemos,
transformando así a la Madre
en ángel o poco menos,
Como mujer, como Madre
y religiosa modelo,
a todos pueden servir
sus admirables ejemplos.
Y tan relevante vida
llena de años y de méritos,
siguióle una muerte dulce,
la muerte del justo, en premio.
Las Oblatas aún la lloran,
para su hijo no hay consuelo.
________
Voy a concluir, señores,
con un insinuante ruego:
en olor de santidad
la Madre Isidora ha muerto;
y esa lápida nos dice
que en la piedad la imitemos,
para gozar algún día
de ese caro y rico Cielo.
EULOGIO MARTÍNEZ párroco de Andosilla
22 de abril del año 1928