Procesión con la Virgen de Gracia antes de su restauración en 1947. Foto: Luis Javier Fortún. Tomada del libro Cárcar, Historia, Vocabulario y Plantas escrito Por E. Mateo, L.J. Fortún, J. A. Díaz de Rada y C. Pardo. Pag. 193
Orígenes y estilo de la talla
La talla de la Virgen de Gracia de Cárcar es, por sus características y según los expertos, de estilo gótico medieval, más concretamente del denominado estilo vasco-navarro-riojano. Tallada en madera y policromada data de principios del siglo XIV, y así debió de ser ya que siendo Gracia o María Gracia un nombre que no se prodiga precisamente por la zona, arranca con fuerza por esas fechas en Cárcar siguiendo la tradición de elegir para las niñas el nombre de la advocación local.
Sosteniendo esta afirmación está el libro La Población de Navarra en el siglo XIV escrito por Juan Carrasco Pérez (1973), donde el nombre de Gracia para las chicas aparece en Cárcar con cierta frecuencia en los censos del año 1335 y cercanos.
La tradición y arranque de la devoción
Según la tradición la imagen se talló en el propio Cárcar, y la quisieron comprar en la población de Los Arcos porque tenía fama de hacer milagros. Esta afirmación invita a pensar que no sería en ese momento una imagen recién tallada, sino que ya compartía devoción con la ya existente del Regadío. Aun así, no parece que pusieran objeción en venderla.
Siempre según la tradición, se la montó en un animal de carga para llevarla a Los Arcos, pero, llegados al punto donde hoy se encuentra, no hubo modo humano de que el animal siguiera su camino, por lo que entendieron que la Virgen quería allí quedarse. Siguiendo esa línea se podría pensar que allí no había ermita anteriormente y que se construyó una por este motivo, pero esta afirmación no se sostiene ya que los documentos antiguos reflejan la existencia de una pequeña ermita dedicada a Nuestra Señora del Regadío, situada en el término de la Plana de Santa María. El caso es que, en un momento dado, la talla de la Virgen de Gracia pasó a un primer plano, como titular y patrona del pueblo, quedando la del Regadío —un siglo más antigua— en un lugar más discreto.
Foto antigua de la ermita de cuando todavía estaba la casa del ermitaño. Facilitada por Aitor Ramírez
La ermita y su evolución
De modo que la ermita sufrió una gran remodelación en ese siglo XVII, levantándose un espacioso templo barroco con planta de cruz latina, nave única y amplio crucero. Un siglo después se completó la obra con un retablo mayor de gran tamaño y de estilo rococó donde en su centro, y en un bello camarín, se colocó la imagen de la titular, es decir, Nuestra Señora de Gracia, patrona de Cárcar.
Este retablo lo construyeron los Martínez de Puelles, padre e hijo, ambos de nombre Tomás y retablistas locales. Dos tallas de San Joaquín y Santa Ana se colocaron a ambos lados de la Virgen. Por su parte la Virgen del Regadío quedó colocada en el crucero del lado del Evangelio, manteniendo también sus devotos. Las obras del del retablo finalizaron en el año 1757.
Devoción y culto a lo largo de los siglos
Pasaron los siglos, y el santuario, que se sitúa entre la vega del río Ega y las tierras de secano, siguió siendo el centro de culto para los fieles marianos, refugio y amparo de sus hijos carcareses, que con creciente fervor se acercaban hasta su ermita a venerarla y presentar sus peticiones. Cada lunes después del domingo de Pentecostés se venía celebrando su fiesta anual con una romería multitudinaria.
La fama de ser esta una Virgen milagrosa no dejó de extenderse, y fueron notorias las gracias, milagros y favores que se le han venido atribuyendo a lo largo de los siglos. Muchos recordamos todavía la cantidad de exvotos que colgaban de las paredes del presbiterio en agradecimiento por las curaciones concedidas.
Probablemente coincidiendo con la construcción en el siglo XVII de la nueva ermita, se decidió también vestir la imagen de la Virgen, siguiendo las modas barrocas del momento, cubriendo la talla por completo y dejando solo a la vista el rostro, tanto de Ella como del Niño.
La restauración de 1947
Y así se mantuvo hasta el año 1947 en que se decidió restaurarla, tal y como lo estaban haciendo en otras localidades vecinas. También la talla del Regadío, que se supone que estaba igualmente vestida.
El impulsor de este proyecto fue el sacerdote don Mariano Elarre, que fue párroco de Cárcar entre los años 1941 y 1952. Entre las muchas obligaciones del párroco estaba la de velar por la ermita y gestionar su economía, dejando constancia de gastos e ingresos en un libro de cuentas.
A pesar de contar ese año con un remanente de solo veintinueve pesetas, y cincuenta céntimos, no dudó don Mariano en embarcarse en tan excepcional empresa, la mayor intervención sobre la talla que se había hecho desde el siglo XVII.
El traslado y los trabajos
Según la propia crónica de don Mariano, el día 11 de febrero de 1947, festividad de la Virgen de Lourdes, se celebró una misa en su ermita, y ante las aclamaciones fervorosas del público congregado fue trasladada a Pamplona para su restauración (también la del Regadío).
Las tallas de la Virgen de Gracia y la del Regadío fueron entregadas por el párroco y el alcalde a la Institución Príncipe de Viana, que se hizo cargo de los trabajos bajo la dirección del Sr. Rubio (no se ofrecen más datos sobre este señor). Se aplicaron a las tallas retoques y una nueva policromía, técnica que consiste en colocar un fino lienzo encolado sobre la madera, aplicando después una capa de escayola y, finalmente, pintura al temple de huevo.
Mientras tanto, en Cárcar se organizaba una colecta extraordinaria, recaudando 34.135 pesetas destinadas a sufragar gastos.
La vuelta a Cárcar
Tres meses después, el 15 de mayo (San Isidro) volvía a Cárcar la talla restaurada de la Virgen de Gracia. Aquí la esperaba una emotiva de bienvenida. La traían “en un camión adornado con calas y flores”, siendo portada por el Vicario General de la Diócesis y acompañada por otras autoridades. Feligresía y devotos salieron a la plaza de los Fueros a recibirla.
El resultado de la restauración gustó a todos. Hay que destacar el parecido que mantiene con la Virgen del Olmo de Azagra, restaurada esta en 1942 también en Pamplona (seguramente por el mismo restaurador), y sirviéndose de ella como modelo para la de Cárcar.
Asomado al balcón del Ayuntamiento, el joven abogado carcarés Jesús Fortún Ardáiz pronunció un discurso de bienvenida. Siguió una procesión por las calles del pueblo “estando todo el trayecto adornado de arcos, colgaduras, luces y flores”.
Tras la procesión la Virgen fue conducida a la parroquia donde tuvo lugar el acto de consagración y posterior veneración por parte de los fieles. En la plaza de los Fueros el grupo de danzas Oberena ofreció una serie de bailes típicos, acabando con un lunch fraterno.
Gastos, mejoras y recuerdos
Para la ocasión se editaron quinientas novenas (375 pesetas), se realizaron cuadros, postales y medallas (2.971 pesetas). La restauración de la talla costó siete mil cien pesetas, más trescientas cincuenta por los pies de plata (la plata se aportó previamente, seguramente fruto de donaciones).
El nuevo manto, confeccionado por una tal Faustina Apricio, costó mil cien pesetas, más mil doscientas siete, con diez céntimos, por los materiales empleados (tela de seda, el forro, canutillos, lentejuelas y broche). Este manto fue considerado una reliquia para los devotos, que lo hemos besado con devoción durante generaciones.
Se colocó además mosaico nuevo en el suelo de la ermita (10.000 pesetas), se pintaron las paredes (pinturas traídas de Pinturas Hueto, de Calahorra), se compró una imagen de Cristo Crucificado (1.160 pesetas) y se imprimieron mil programas (150 pesetas). Se contrató una póliza de accidentes para los pintores y otra para cubrir el día de la fiesta; también un seguro contra incendios para la ermita. Todos los obreros y artesanos cobraron debidamente por su trabajo, incluido por supuesto el ermitaño.
La cuantía de gastos para la restauración de la Virgen del Regadío fue menor: dos mil setecientas pesetas, a las que se sumaron setenta y ocho pesetas con cincuenta céntimos por su transporte de vuelta.
El total de todos los gastos fue cuantioso pero fueron algo mayores los ingresos, quedando un remanente de seiscientas noventa y ocho pesetas a favor de la Virgen de Gracia.
Las celebraciones finales
Dos días después de la llegada de la imagen se hicieron distintas novenas repartidas por barrios, predicadas por el P. Sanpedro, misionero claretiano llegado desde Madrid. Todo esto duró hasta la tarde del día 25 de mayo. Al día siguiente sería trasladada a su ermita. La crónica de don Mariano concluye así:
“El día veintiséis por la mañana hízose el traslado desde la iglesia parroquial hasta la ermita del Regadío. Se celebró misa de campaña por ser incapaz el recinto sagrado para todos los congregados. Ocupó la sagrada Cátedra el Dr. Espelosín, profesor del Seminario Conciliar de Pamplona, terminándose las festividades en honor de la Virgen de Gracia con una solemnísima Salve en la que tomaron parte valiosos elementos de la localidad y de otros pueblos.”(Mariano Elarre, párroco)
Robo de la imagen. 1982.
Valiosa crónica que ha permitido conocer fechas y detalles inéditos sobre el hecho. La talla de Nuestra Señora de Gracia ha llegado hasta nuestros días tal y como quedó restaurada en ese año de 1947, aunque ya se le aprecian roces y desgaste. Además, en 1982 fue robada de su sede. En ese momento el pueblo entero se movilizó y lloró su pérdida. Fueron días de inquietud e incertidumbre. Incluso de dolor, como si nos hubieran arrancado algo muy personal. La devoción a la Virgen de Gracia que todo carcarés lleva en su interior se mostró en ese momento más patente, como empujada por los ancestros. Se contactó con las agencias de información y se hicieron reuniones buscando el mejor modo de proceder. Cárcar quedaba un poco huérfana a la espera de acontecimientos. Afortunadamente apareció días después. Los ladrones la habían escondido en un parque de Zaragoza, quizá con la intención de recogerla más tarde, o temerosos al ver la reacción que se estaba produciendo.
Desde el ayuntamiento de Zaragoza se trasladó la noticia al de Cárcar. En ese momento los quintos del pueblo se encontraban allí alistándose; al escuchar aquello, subieron rápidamente al campanario y comenzaron a tocar con fuerza e insistencia las campanas. La gente, alertada, salió a la calle sin saber qué pasaba. Enseguida se corrió la noticia, y, como empujados por un resorte, un importante número de devotos acudimos a la iglesia a dar gracias. Lágrimas de emoción y abrazos fue la reacción de muchos. La Virgen había aparecido.
Ni que decir tiene la gran fiesta que se preparó para recibirla. Al acto acudió la práctica totalidad del pueblo. Como en 1947, volvía también ahora en un furgón (de Conservas San Miguel) custodiada por las autoridades y un buen número de devotos que se habían desplazado hasta Zaragoza para traerla felizmente de vuelta a casa.
Epílogo
Actualmente se sigue procesionando con la Virgen el día de su fiesta (ahora se celebra el día anterior a Pentecostés) desde la parroquia hasta la ermita -unos ocho kilómetros-, portada a relevos y a hombros de los fieles, muchos de ellos mujeres. La devoción no ha mermado y es una herencia preciosa que pasa de padres a hijos. Escuchar su himno sigue provocando emoción y más de una lágrima. Venerarla, besar su manto y visitarla en su ermita es algo que nace del corazón y solo lo saben los carcareses, sea cual sea su condición o pensamiento.
Bibliografía:
-Blog Legado de Cárcar. Arquitectos de Cárcar en el siglo XVIII. Martínez de Puelles. Charo López Oscoz. Junio 2020 https://legadodecarcar.blogspot.com/2020/06/arquitectos-de-carcar-en-el-siglo-xviii.html
-GARCÍA GAÍNZA M Concepción, HEREDIA MORENO M Carmen. Catálogo Monumental de Navarra II* Merindad de Estella. Institución Príncipe de Viana. 1982
-Libro de cuentas de Nuestra Señora la Virgen de Gracia (1894-1953)
-MATEO GAMBARTE E., FORTÚN PÉREZ DE CIRIZA L.J. DÍAZ DE RADA RUIZ J.A., PARDO GUILLÉN C. Cárcar, Historia, Vocabulario y Plantas. (e.a.) 2002
-MATEO GAMBARTE Eduardo. Cárcar, Impresiones, Oficios, Anécdotas y Fotos. Editado por el Ayuntamiento de Cárcar. Año 2008.
-MORENO MARTÍNEZ Fco. Javier. Virgen del Olmo. Emperatriz y Señora. Cuadernos azagreses. Volumen 11. Editado por el Ayuntamiento de Azagra. 2006.
-Novena a Nuestra Señora la Virgen de Gracia venerada en Cárcar. Imprenta Tudelana. 1950.
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