lunes, 30 de diciembre de 2024

RESUMEN DE LOS ARTÍCULOS PUBLICADOS EN EL AÑO 2024

Cárcar. Foto: Pedro Castillo

Cuando comenzaba este año 2024 tenía dudas de si dispondría de material suficiente para completar otros doce meses más, a ritmo de uno por mes que me había impuesto en inicio; hoy, a punto de acabarse el año, compruebo con satisfacción que incluso se ha podido superar con creces ese reto. Y como ya es una constante al finalizar diciembre, toca hacer el resumen de lo que el año ha dado de sí.

Cada entrada dispone de un enlace que te lleva al artículo en cuestión, basta con hacer clik sobre la palabra o palabras coloreadas. 

-Enero empezó haciendo una pequeña reseña sobre José Bravo Sádaba, un carcarés que a principios del siglo XVIII partió hacia la Isla Española (actual Santo Domingo) acompañando como criado al magistrado placentino Francisco Fernández del Barco.

Flota de la época rumbo a Indias. Foto: La América Española

-En febrero hice alusión a la cuarta efeméride del blog. 

---Los meses de marzo, junio y julio estuvieron dedicados a tres sobrinos del gran teólogo dominico, profesor y polemista carcarés Francisco Marín Sola (el sabio Marín). Estos fueron: Leonardo Pellejero Marín y los hermanos Francisco y Antonio Sádaba Marín. Leonardo fue fraile dominico misionero y profesor en Japón. 

Casa donde nacieron tanto el P. Marín Sola como el P. Leonardo Pellejero Marín

Francisco (Padre Paco), fue también dominico, como su tío y su primo Leonardo; él fue profesor en Manila, Chicago y Valladolid, y Antonio, agustino recoleto, fue enviado a misionar a la isla de Palawan (Filipinas) y después a Méjico DF como capellán del Hospital General, siendo además párroco de su capilla.

Foto: Los hermanos Francisco y Antonio Sádaba Marín, dominico y agustino recoleto respectivamente

-En abril abordé la figura de Juan Crisóstomo Oses Arráiz. Este sacerdote fue párroco en diferentes poblaciones argentinas, entre ellas el famoso santuario de Ntra. Sra. de Itatí, para pasar después a Uruguay, a la ciudad de Artigas donde fundó la iglesia del Corazón de Jesús. Vicario General de la Diócesis de Salto, Rector del Seminario, examinador y juez pro-sinodal y finalmente Prelado Doméstico del Papa Pío XII fueron entre otros los cargos que desempeñó.

Don Juan Crisóstomo Osés durante su estancia final en Cárcar

--En agosto fueron dos las entradas al blog, tomando sendos artículos del sacerdote diocesano Juan Antonio Díaz de Rada Ruíz. El primero era un poema que grabé en audio titulado Poesía a mi pueblo – Cárcar”. 

Cárcar vista desde Andosilla. Foto: Pedro Castillo

En el otro artículo titulado "Correr la Rosca", se explica en qué consistía la fiesta que se celebra en Cárcar la víspera de la festividad de Santiago Apóstol.

Grupo de santiagueros de Cárcar mientras las vísperas de este año 2024

-También en agosto recogí en audio un poema o canto de reconocimiento escrito por el carcarés y párroco de Andosilla Eulogio Martínez, que compuso y leyó en el año 1928  con motivo del homenaje que el ayuntamiento de Cárcar hacía a cuatro hijos del pueblo.

Aspecto de la fachada del ayuntamiento de Cárcar en el año 1928

---En septiembre fueron tres las aportaciones. La primera dedicada al sacerdote claretiano Francisco López Pérez, hijo de la Madre Isidora, escritor, profesor y procurador durante un tiempo de los claretianos ante el Gobierno; y como dato curioso, en tiempos de guerra también confesor de don José María Escrivá.

Placa homenaje a la Madre Isidora en la fachada del ayuntamiento de Cárcar

-En ese mes de septiembre se estaba llevando a cabo la limpieza del retablo mayor de la iglesia San Miguel de Cárcar, un referente y de lo más selecto del churrigueresco en Navarra, por lo que quise dejar constancia del hecho con fotos y videos.

Retablo mayor de la iglesia San Miguel de Cárcar

-A finales de septiembre la Iglesia Católica celebra la festividad de San Cosme y San Damián, patronos de Arnedo.  Existe una vinculación ancestral de estos mártires arnedanos con Navarra. Parece ser que estas imágenes fueron prestadas a Arnedo y reclamadas después por sus dueños, pero el cariño y devoción de los riojanos por sus santos hizo que nunca se devolvieran. Cabe también la posibilidad de que estas imágenes se tallaran en Cárcar, pero el caso es que no se ha llegado nunca a documentar ni saber cual fue su origen primigenio. En principio, era los carcareses quienes acudían a esta ciudad riojana para reclamarlos y más tarde tomaron el relevo los andosillanos, defendiendo así la tradición del origen navarro de estos santos terapeutas.
 
Uno de los puntos donde se produce el "robo de los santos". Foto: Navarra.com Okdiario

-En octubre daba cuenta de la publicación y presentación que había hecho pocos meses antes del monográfico sobre Bernabé Martínez y de Imas, un joven carcarés que se embarcó en el siglo XVII rumbo a las Islas Filipinas,  coincidiendo en el tiempo con la fundación de una población llamada Carcar ubicada en la isla de Cebú, lo que me hacia barajar la posibilidad de que este hombre influyera en ese hecho. Entre otros importantes cargos, fue Bernabé alguacil mayor del Parián de los sangleyes, o barrio chino de Manila.

Portada del librito monográfico sobre Bernabé Martínez, publicado en abril de este año

-Noviembre recogió una pequeña semblanza sobre Andrés Díaz de Rada Pagola, doctor en Medicina, Inspector de Sanidad y jefe de Servicio del Instituto Nacional de Previsión, además de ser uno de los redactores de la Ley General de Seguridad Social del año 1966.

Retrato de Andrés Díaz de Rada

-Y diciembre finalmente llegó de la mano de la Hermana Carmen Lorente Simón. Una Misionera de la Inmaculada Concepción que desarrolló su labor en Venezuela y Colombia, para recalar finalmente en Italia donde estuvo los últimos treinta y seis años de su vida.

La Hermana Carmen Lorente recibiendo la Comunión en Roma de manos del Papa Benedicto XVI

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Y esto es lo que el blog Legado de Cárcar ha dado de sí en este año 2024. Espero que en 2025 sea capaz de recopilar otro buen ramillete de artículos sobre personas o asuntos carcareses que me permita hacer, llegado diciembre, un nuevo balance positivo.

Feliz Año Nuevo a todos los que leen este blog, carcareses o simpatizantes. Me consta que es visitado y consultado desde muchos y variados países repartidos por el globo terráqueo. Por eso, a todos los que dedican un rato de su tiempo a leer mis investigaciones, les quiero felicitar de todo corazón el año nuevo y desearles lo mejor para este que está a punto de comenzar. 

domingo, 1 de diciembre de 2024

CARMEN LORENTE SIMON M.I.C. (Misionera de la Inmaculada Concepción)

Carmen Lorente. Foto: Boletín nº. 18 de las Misioneras Concepcionistas

A lo largo del tiempo fueron decenas y decenas las jóvenes de Cárcar que dejando su casa y el abrigo de su familia eligieron la vocación religiosa, poniéndose al servicio de los demás en labores misionales, asistenciales, o entregadas a la educación o la oración. Una de ellas fue la Hermana Carmen Lorente Simón.

Muchos la recordamos asistiendo con devoción un lunes de Pentecostés a la misa de campaña que cada año se celebra en la campa de la ermita de la Virgen de Gracia, saludando y compartiendo con sus paisanos el día grande a su Patrona. Llegada esa fecha era para ella visita obligada que aprovechaba para pasar unos días de descanso y ver a sus familiares y amigos. Venir a su pueblo desde Roma era una de sus mayores alegrías ya que llevaba a su pueblo y a sus gentes en el corazón.

Carmen pertenecía a la familia que cariñosamente, y desde tiempo inmemorial, apodaban en Cárcar “los cachorros”. Los padres, Laureano Lorente Garrido y Elena Simón Sádaba, habían tenido una numerosa descendencia: Lucía, Pilar, Luis, Domingo, Florentino, Anastasio, Teodoro, Elena, y la propia Carmen que iba entre Florentino y Anastasio. Ella había nacido el día 2 de junio del año 1935. El padre era de profesión encañizador y cestero, y enseñó a sus hijos varones el oficio. Juntos trabajaban de forma artesana la mimbre y la caña, haciendo cestas y utensilios de todo tipo: mesas, sillones y recipientes para contener casi cualquier cosa. Pero además, hacían con gran profesionalidad robustos cañizos que servían para reforzar los techos de las casas, con más arte y eficacia que lo puedan hacen ahora la escayola o el pladur. Los cañizos tenían además otros usos, lo que hacía que casi todos tuvieran en Cárcar al menos uno, hecho por la familia Lorente.

Techo de cañizos. Foto: reddemaestros.com

Carmen mientras tanto sintió la vocación religiosa, y asistida en el discernimiento por el P. Rafael Erro, su director espiritual, un 13 de noviembre de 1955, con veinte años de edad, ingresó en el noviciado de la Congregación de las Misioneras de la Inmaculada Concepción de la Madre de Dios, de Barcelona, congregación fundada por la Madre Alfonsa Cavin y cuyo carisma se desarrolla a través de la educación cristiana en los jóvenes, el cuidado de los huérfanos, de los enfermos y ancianos. A estas religiosas se las conoce como monjas Concepcionistas y posponen a su nombre las siglas MIC (Misioneras Inmaculado Corazón).

Convento de las Concepcionistas de Bonanova en Barcelona

El día 4 de julio del año siguiente (1956) Carmen toma el hábito, y su primera profesión religiosa la hace el 16 de febrero del año 1958. Para hacer el noviciado la destinan a la Comunidad de Bonanova en Barcelona, y siendo todavía “juniora”, es decir, sin haber hecho aún los votos perpetuos,  la envían como misionera a Venezuela. En este país emitirá los votos definitivos un 16 de junio de 1963 que es cuando será ya con todo completado una monja Concepcionista. En Venezuela aprovechó para hacer la carreta de Magisterio, a la vez que trabajaba en los distintos colegios que allí tiene la Congregación.

Diez años dedicó la Hermana Carmen Lorente a misionar en Venezuela, y para mayo del año 1973 es destinada a Colombia, al colegio de reciente fundación en la localidad de Fómeque, en el departamento de Cundinamarca. De ahí pasará pronto a la capital, Bogotá. Los tres años siguientes los va a dedicar ahora Carmen a trabajar con las gentes colombianas. Esta experiencia misionera hispanoamericana la marcó mucho, y cuando más tarde recibía visitas de antiguas amistades de aquellos lugares, gustaba de hablar con ellos al modo de estos, guardando para siempre en su léxico particular expresiones propias de aquellas tierras.  
   
Parroquia Inmaculada Concepción de Fómeque

Pronto su vida vocacional en Sudamérica dará un giro radical al ser enviada a Italia. Aquí la destinan en un primer momento al Colegio Via Álcamo, situado en la provincia siciliana de Trapani. No mucho después pasará a Roma, la ciudad eterna, a la Casa General de la Congregación, situada en Vía Monte de Gallo, para más tarde ir destinada a un pueblo situado en la provincia de Salerno, llamado Olévano sul Tusciano, donde trabajó en la parroquia de Santa María a Corte y en la escuela materna Santa María de Lourdes.  Finalmente regresó de nuevo a la Casa General de Roma, que será su último y más prolongado destino, hasta su muerte.

Entre estas tres comunidades, su misión en Italia se prolongó durante treinta y seis años. Una de sus funciones aquí era encargarse de la sacristía de la comunidad, que cuidaba con esmero y en cuya capilla se celebraban cada día varias misas, teniendo siempre a punto todos lo necesario para su celebración. 

La Casa General se encuentra aproximadamente a un kilómetro de la plaza San Pedro de Roma, unos 17 minutos a pie, y eso la mantuvo muy en contacto con los peregrinos, que se sentían con ella especialmente acogidos.

 Asistiendo a misa en la capilla de la Casa de Roma. Foto: archivo familiar Redondo-Lorente

Para saber mejor de su carácter hay que echar mano de quienes mas la conocieron: sus Hermanas Concepcionistas, que dejaron a su muerte innumerables testimonios, destacando de ella su gran espíritu misionero de acogida, su amor por los niños y necesitados, entrañable en el trato, cordial, cercana… 

Comiendo en Comunidad, siempre con su abierta sonrisa. Foto archivo familiar Redondo-Lorente

Pero, sobre todo resaltaban su bondad. Era su franca y alegre sonrisa la que con transparencia delataba su bonhomía, y esto hacía que se ganase el cariño de todos. Espiritualmente poseía un gran fervor eucarístico y su devoción mariana era evidente. Cada día rezaba el rosario a la Virgen, siendo sin duda las advocaciones a las que se acogía, la Inmaculada y la Virgen de Gracia, patrona esta última de su pueblo de Cárcar.

La Hermana Carmen Lorente recibiendo la Comunión en el Vaticano de manos del Papa Benedicto XVI. Archivo familiar Redondo-Lorente

Durante el transcurso de los treinta y seis años que estuvo residiendo en Italia pudo conocer de cerca hasta a cuatro Papas: Pablo VI, Juan Pablo I, Juan Pablo II y Benedicto XVI, especialmente a estos dos últimos. Se cuidaba muy mucho de que ningún familiar o amigo de Cárcar se quedaba sin su bendición papal, que enviaba puntualmente con motivo de recibir estos alguno de los sacramentos, ya fueran primeras comuniones, bodas o aniversarios. 

En su obituario se destaca precisamente ese cariño especial por su familia: “se sintió siempre muy unida a todos sus hermanos, sobrinos y resobrinos, a los que amaba entrañablemente siendo correspondida. A pesar de que toda su vida religiosa la ha vivido fuera de España, no olvidaba nunca celebraciones, aniversarios, contacto y preocupaciones. Se sentía parte integrante y viva de los hogares de sus hermanos y sobrinos”. Y eso era precisamente lo que sus paisanos veíamos cada vez que venía de visita a Cárcar.

La enfermedad y la artrosis le hicieron sufrir, sobre todo en los últimos años de su vida. Falleció repentinamente en la Casa Generalicia de Roma, justo el día de su cumpleaños, en la madrugada del día 2 de junio de 2011. Cumplía ese día setenta y seis años. Las cartas de condolencia no cesaron de llegar a Roma, muestra de la huella que había ido dejando por el camino, especialmente las enviadas por las Hermanas de su Congregación que a lo largo de su vida la habían conocido y tratado. Todas se desvivieron por dejar su testimonio para la que cariñosamente llamaban Hermana Carmencita. 

Una de las mojas compuso por ella una oración espontánea:  “Carmencita, nos has dejado tan de repente que todas sentimos un gran vacío y mucho dolor. Nos consuela pensar que estás con Dios por lo buena que has sido con todos. Tú, con la gracia que Dios te dio, has sabido vivir a tope el mandamiento del amor, especialmente a los hermanos más necesitados de cariño. Pedimos que, el testimonio de entrega incondicional que nos has dejado, sea para nosotras y para todos los que te hemos querido, un estímulo para vivir nuestro carisma misionero en donde estemos”.

En Cárcar, todavía parece escucharse el eco de su voz cantarina y su alegre y franca sonrisa al reencontrarse con algún conocido, que lo eran todos. Y es que venir a su pueblo siempre fue para ella motivo de gran satisfacción.


María Rosario López Oscoz
Diciembre de 2024
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Fuente: 
-Desde la otra orilla. Boletín necrológico N.º 18 de las Misioneras del Inmaculado Corazón de María. Año 2011.